Vinicius, escaparate ‘de Oro’
El brasileño, en su mejor curso y estado de forma, gana enteros en la lucha por el galardón dorado, con la Champions como trampolín. En el horizonte, su mejor marca goleadora.
EI próximo Balón de Oro viene con novedad bajo el brazo. UEFA lo coorganizará junto a France Football “para mejorar la estatura y el alcance global del premio”. Una formalidad. En lo que a consideración respecta, en el último trimestre de 2024 se conocerá, en París, al heredero de Leo Messi. No hay más. Una gala planetaria a la que mira con ojos de deseo Vinicius. Poco a poco ha ido remando, cada vez ve más cerca el galardón. En 2022, el año de su explosión (22 goles y 20 asistencias) con el gol de la 14 como guinda, fue octavo. En 2023, con el rol de líder blanco (23 goles y 21 asistencias), subió dos peldaños. En 2024 busca escalar seis más. El acelerón tras Año Nuevo le coloca entre los favoritos. Llevar al Madrid a Wembley como actor principal le acercaría a escalar el ochomil dorado.
Las lesiones del amanecer del curso están bajo llave. Dos percances que le arrebataron 75 días de calendario en dos tramos, 13 partidos de baja. En cuanto el físico estuvo afinado, Vini afiló los colmillos hasta promediar los mejores números de su carrera. En global, 21 tantos y 11 asistencias, rumbo a su techo goleador. Si metemos el bisturí y prorrateamos cada 90 minutos, las cifras relucen aún más: 0,69 goles y 0,3 asistencias, prácticamente una participación de un tanto (0,99) por encuentro completo. En la 2021-22 promedió, en el compendio de goles más asistencias, 0,8 y el curso pasado 0,79. El mejor Vinicius, además, en el mejor momento.
Y en su escenario favorito. Porque la Champions es su jardín. En las últimas tres temporadas, nadie ha intervenido en más goles que el extremo de São Gonçalo (31), ni ha dado más asistencias (15), pases decisivos (66) ni completado más regates con éxito (101). La punta del iceberg es el citado tanto en París al Liverpool en 2022, pero ha dejado actuaciones memorables como su exhibición en Anfield el curso pasado. Ese día, en el templo red, Vinicius caminó solo para convertir un 2-0 en 2-5. “Es el futbolista más desequilibrante del mundo”, aseveró Ancelotti tras aquella noche.
Lo demostró en el Allianz. En una ida de semis Champions donde fue un diablo. Dos zarpazos, uno cocinado por Kroos y el otro desde los 11 metros, para volver del infierno de Múnich con una sonrisa. Mañana tendrá un nuevo examen por el Balón de Oro en su Bernabéu. En cuartos, tras la hazaña del Etihad, se quedaron en el camino Haaland y De Bruyne. Dejar KO al Bayern ‘eliminaría’ a Kane y perfilaría, si el PSG logra remontar al Dortmund, una final entre Madrid y los parisinos. Una final entre Vinicius, Bellingham (el enemigo puede estar en casa) y Mbappé. Una final por la Orejona y, con permiso de Europa y Copa América, por el Balón de Oro.
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