CHAMPIONS (SEMIS, VUELTA) | REAL MADRID - BAYERN
Una final para estar en la final
Un once de gala y un Bernabéu a reventar para llevar al Madrid a Wembley. Jugará Lunin. Nacho o Camavinga, duda blanca. Musiala y Kane, peligros bávaros.
Madrid y Bayern han ganado el 30 por ciento de las 68 ediciones de la Copas de Europa disputadas hasta el momento. Suman 20 títulos y 880 partidos en la competición. Nadie se les acerca en perseverancia. También se han enfrentado ya 27 veces con eras y partidos muy cambiantes. Este se presenta en un Bernabéu a reventar, con viento favorable al Madrid por el empate de la ida y la inercia de la temporada en general, pero incierto por la capacidad regeneradora de los alemanes, probablemente el alma gemela del equipo blanco: el mismo orgullo, la misma resistencia a la derrota, el mismo espíritu ganador (sigue el partido en directo en AS.com).
De Múnich a aquí han cambiado pocas cosas. Y si lo han hecho ha sido a mejor. El Madrid llega con la Liga ganada y recupera a Carvajal, sancionado en la ida, lo que no es poca cosa: el mejor lateral derecho de la historia blanca en su mejor temporada. Insuperable en defensa, ha marcado cinco goles y ha dado otros tantos. Por su banda volarán Musiala o Sané, según los casos, y conviene contar con él.
También ha mejorado el panorama en el Bayern. Para Sané, el de la ida era su tercer partido en abril después de haber superado una molesta lesión muscular. Ahora ha tenido una semana más de rodaje, como Gnabry, que fue suplente en la ida por sus problemas físicos y titular ya ante el Stuttgart en un once con mayoría de suplentes. También parece que estará listo De Ligt, que sentará al coreano Kim, el maldito de la noche en el Allianz Arena, y faltará Guerreiro, lesionado en Stuttgart. Tuchel, pues, dispondrá de un buen grupo de apoyo para los dos grandes peligros del destronado campeón alemán: Musiala y Kane.
Musiala y Bellingham
Musiala, 21 años, nació alemán, se crio como inglés y en Alemania se le reconoce una fantasía latina. Hijo de nigeriano y germana, dejó su Stuttgart natal a los siete años para vivir en Southampton, donde su madre se matriculó en la Facultad de Sociología. Solo en aprender inglés tardó seis meses. El fútbol le resultó más fácil. El Southampton le incorporó a su cantera hasta que una gran actuación ante el Chelsea le permitió ingresar en la academia ‘blue’. Su progresión fue tan brutal que con 16 años el Bayern decidió pagar por él 200.000 euros. Duró poco en las categorías inferiores: con 17 años y 115 días se convirtió en el jugador más joven en debutar con el Bayern en la Bundesliga. Recorrió todas las selecciones inferiores inglesas, de la Sub-15 a la Sub-21, hasta que en 2021 se decidió por Alemania, con la que ya había disputado dos encuentros como Sub-16. “Cuando me preguntan sobre en qué idioma pienso, respondo que en los dos. Siento ambos países como propios. Para decidir escuché a mi corazón y me incliné por Alemania; al fin y al cabo es el país donde nací”. “Cuando entrenas todos los días en el Bayern rodeado de alemanes…”, se lamentó Gareth Southgate, seleccionador inglés, buscando una explicación para la pérdida. Mientras jugó para Inglaterra entabló una gran amistad con Bellingham, tantas veces compañero de habitación. Aún siguen siendo íntimos: “A veces comentamos que es una locura ver dónde hemos llegado”.
La temporada pasada ya hizo 16 goles y dio 13 asistencias. En esta sus cifras son más modestas, pero la progresión no se ha detenido. En la segunda parte del Allianz fue una pesadilla para el Madrid y dejó claro que por él pasa el futuro del Bayern. “Puede ser el Messi que viene, tiene personalidad, pase y rapidez de ideas”, dice de él Matthäus. “Ya ha dejado su estatus de Bambi (el apodo que le puso Sané y por el que le conoce el vestuario), de ser todo talento, aunque debe seguir conservando ese gen de fútbol callejero; tampoco necesita ser Gattuso”, dice de él su extécnico Julian Nagelsmann. Tuchel no le llevó a Stuttgart para evitar una recaída en su tendinitis, pero hoy estará en el Bernabéu.
La otra gran amenaza bávara es Harry Kane, un jugador que elige mejor los remates que los clubes. 44 goles 44 partidos con el Bayern pueden ser papel mojado si su equipo cae hoy en la única competición a la que aspira. Leyenda del Tottenham, dejó el club sin haber ganado un título. A día de hoy suma cinco finales perdidas, incluida una de Champions. “Tuve grandes temporadas, pero sin un trofeo nunca seré candidato al Balón de Oro o a cualquier premio individual”. En toda la campaña no ha pasado más de dos partidos sin marcar. Ahora lleva cuatro encuentros consecutivos marcando (cinco goles, tres de penalti). En la Champions es el jugador que más kilómetros ha recorrido (114) tras Kimmich (133).
Vinicius, desatado
En el Madrid solo inquieta la euforia que envuelve al equipo. Ancelotti lleva días recordando que la final es hoy y no Wembley. El aplazamiento de la celebración de la Liga forma parte de ese intento de enfriar el entusiasmo. También los resultados deben rebajar las perspectivas: el equipo lleva cuatro empates consecutivos en la competición.
El once, como en la ida, baila en dos puestos. Ancelotti ya anunció que Lunin será su portero hoy y que no mira más allá por mucho que le pregunten desde todos los flancos, pero debe resolver dónde juega Tchouameni: si es como central se cae Nacho, si es como mediocentro se queda fuera Camavinga. Por lo demás, al equipo inicial volverán todos los que descansaron ante el Cádiz: Kroos, Valverde, Bellingham, Rodrygo y Vinicius, que llega en fase explosiva (cinco goles, cuatro asistencias, 23 tiros, 48 regates, 34,7 km de velocidad punta y 78 km recorridos en esta Champions). En definitiva, una alineación de gala para un partido incierto como los 27 anteriores entre dos equipos que se admiran, se temen y se odian a partes iguales.
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