Una centella en el Metropolitano
Giuliano suma un nuevo MVP con el Atlético. Asistente de Julián, ha participado en ocho goles este curso. Imparable, cada vez decide mejor y suma pausa a su velocidad, fuerza y potencia.


“Lo miras fijamente y él simplemente te devuelve la mirada. Y ahí es cuando llega el ataque". La definición del modus operandi de un velociraptor en Jurassic Park encaja perfectamente con un Giuliano Simeone que mata rival a rival al espacio. Un tormento, un torbellino. Uno de los jugadores más en forma del mundo. Y que partido a partido añade cosas a su juego. El argentino nunca ha dudado a la hora de reconocer que tiene que mejorar ciertos apartados de su fútbol. Con humildad y trabajo.
Para que la velocidad, potencia y fuerza en carrera siga brillando por encima del resto. Pero sus características no se sigan reduciendo desde fuera solo a lo físico. Porque hay mucho más. Giuliano tiene pausa, capacidad para levantar la cabeza, devolver la mirada y buscar al compañero. Contra el Union Saint-Gilloise sumó su quinto pase de gol del curso. El máximo asistente de la plantilla. Si el Metropolitano será durante los cinco próximos años el Local Event Supporter del FORMULA 1 TAG HEUER GRAN PREMIO DE ESPAÑA, Simeone tiene su bólido imparable en su propio hijo. Esa centella que supera rivales. Y que conduce cada vez mejor, centra cada vez mejor, tiene cada vez más confianza y añade tres goles (Alavés, Eintracht y Betis) que le colocan como el segundo máximo goleador de la plantilla tras el propio Julián Alvarez (nueve).
“Está con mucha más seguridad, más confianza. Es joven, está en proceso de aprendizaje, quiere más, seguro que quiere. Para ello necesita trabajo, humildad y seguir en esta línea. Para nosotros, cuando está bien, es muy importante (...) Para llegar a ese lugar tendrá que seguir manteniendo la humildad y las ganas de crecer. Ya se lo he dicho", reconocía el Cholo a la conclusión del encuentro. El técnico le ve como un jugador más, pero le cuestan los elogios más que si fuese otro cualquiera. Que sus pies no se levanten del suelo. Porque vuelan cuando están posados sobre el césped. Y ahí aparece la versión de padre para que Giuliano no se separe del camino.
Ese que le conduce al Mundial el próximo verano como pieza importante también para Scaloni con Argentina. Porque aquel delantero que goleaba en el juvenil rojiblanco ahora es un excelente extremo diestro. O interior. O carrilero. Solo hay que recordarle a Álvaro Carreras y Vinicius la pesadilla que fue Giuliano en el derbi. Un demonio de Tasmania. Que te busca las cosquillas, te mide y te ataca en el momento de debilidad. Un depredador que también defiende. Ayuda al lateral, fuerza faltas y recuperaciones. Todo corazón, garra y cada vez más fútbol. Giuliano tiene una séptima marcha. Va por encima del resto. Pero cada vez decide con más pausa. Corazón caliente, mente fría. Seguir la recomendación de Messi. “Me dijo que estuviera tranquilo, que me tomara un tiempo más en el área porque siempre voy a encontrar a alguien libre para asistir”. Cómo no hacer caso a Leo. Y al Cholo. Giuliano está bien aconsejado. Y sigue su camino. Un nuevo MVP y ovación de un Metropolitano entregado a su velociraptor. Coraje y corazón. Velocidad y Giuliano.
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