Terror entre los más pequeños en Saint Denis: “Pensé que iba a morir”
The Athletic reune testimonios de varios niños del Liverpool que acudieron con sus familias a la última final de la Liga de Campeones.
El Liverpool no pudo batir a Thibaut Courtois ni ganar su séptima Copa de Europa, pero a muchos aficionados del Liverpool eso les importó poco dado lo que habían tenido que vivir para conseguir entrar al Stade de France. Los altercados en los accesos provocaron aglomeraciones además de una actuación de la policía francesa con gas pimienta hacia la afición red, que trataba de entrar.
Con la investigación aún llevándose a cabo, la afición del Liverpool reclama culpables y defiende su buena actitud de manera generalizada en el conflicto. Muchos han sido los testimonios de adultos, pero The Athletic reúne varios de algunos que lo vivieron más cerca del suelo. Niños, aficionados del Liverpool, que estuvieron en el conflicto del acceso al estadio nacional francés.
“Pensé que era una especie de bomba. No podía respirar bien. Tenía miedo porque nunca había visto algo así y le pregunté a mi papá quien lo estaba haciendo. Me dijo que era la policía. Tenía miedo, porque siempre había pensado que la policía estaba para ayudarnos”, asegura Carlos Clemente, de nueve años. “Tuve que ponerme la bufanda en la boca. Me escocían los ojos y lloraba mucho. Una vez, la bomba cayó frente a mi papá y él se cayó. Estaba asustado. Solo quería estar con mi mamá. Llamó a mi papá y yo lloraba diciendole que tenía miedo. Solo quería que me abrazara”, añadió.
Maxwell, de solo 11 años, también acudió a la final y se llevó un susto a una edad impropia. “Todo el mundo me gritaba que me tirara al suelo y tapara la cara. No sabía que estaba pasando. Te cuesta respirar. Traté de lavarme los ojos, pero no tenía suficiente agua. Estaba en pánico. Pensé que me estaban envenenando y que iba a morir”, aseguró. Este, afirma este medio, aún tiene problemas en las fosas nasales derivados de esta actuación. “Esperé mucho rato para ver el partido, pero todo era tan aterrador que solo quería volver al hotel”, añadió.
Noel Welsh, de 14 años, afirma en The Athletic que acude a cada partido con cierto miedo desde los hechos sucedidos en París. “Era lo último que esperaba. Físicamente estoy bien, pero creo que esto siempre estará conmigo. He visto fotografías de Hillsborough y me hizo sentir así. Hubo un momento en que íbamos hacia un pilar de hormigón y pensé que nos íbamos a chocar con él. Al día siguiente en el aeropuerto, mis costillas... Nunca había sentido un dolor así. Creo que debo haberme hecho algo por la presión de tanta gente. Estoy sorprendido de que nadie haya resultado gravemente herido o muerto”, asegura.
Su familia, además, fue víctima de un asalto. “Empezó a decirme que quería mi entrada. Luego, le susurró al oído a mi hermano que iba a acuchillar a mi padre, a apuñalarlo. Luego, simplemente empezó a pegarnos. Golpeó primero a mi hermano, luego a mí”, explicó. Este asegura que su padre intentó denunciar ante la policía francesa y “simplemente le echaron”.
Eliott Anderson, de nueve años, afirma que la afición del Liverpool trató de pedir calma a la policía francesa dado que había niños como él, “pero la policía no hizo nada, no les importaba”, afirma. Ellos, además, se perdieron el partido. Aseguran que antes del descanso vieron que sus entradas estaban bloqueadas y no pudieron acceder. Así se dio hasta en 2700 casos distintos de aficionados reds con entradas válidas que se quedaron fuera.