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BARCELONA

‘SuperLewy’ en París

Un Lewandowski ejemplar, con cinco recuperaciones, simbolizó la cultura del esfuerzo que el Barça practicó en el Parque de los Príncipes. Además, generó el 0-1 y fue el jugador que, de largo, más pases completó en el último tercio.

Robert Lewandowski, en el Parque de los Príncipes este miércoles.
Sarah MeyssonnierREUTERS

Confirmando las buenas sensaciones que había dejado en las últimas semanas, Robert Lewandowski sorprendió a todos con un partido de clase y amor propio este miércoles en el Parque de los Príncipes. A cuatro meses de cumplir 36 años, se fajó como un debutante que tiene aún todo por demostrar. El polaco se merendó a los centrales del PSG, Lucas Hernández y Beraldo, a quien ganó todos los duelos; y generó una cantidad de juego desconocida desde que llegó al Barça. En un partido en el que Xavi decidió que el juego pasase lo justo por la medular, él lideró las transiciones. Lewandowski completó 13 pases en el último tercio del campo, el que más del equipo con mucha diferencia. Le siguieron, de lejos, Raphinha, Koundé y Lamine, con ocho pases. Significa eso que Lewandowski fue el principal generador de juego del equipo, una especie de ‘playmaker’. La jugada del 0-1, después de girarse y buscar a Lamine para luego ir a rematar su propia acción, definió bien su partido.

Pero no sólo creó. También destruyó y simbolizó como nadie la cultura del esfuerzo que el Barça practicó en el Parque de los Príncipes. Lewandowski recuperó cinco balones, los mismos que Gündogan y Cubarsí, y sólo uno menos que João Cancelo. Trece pases completados (29 en total), cinco recuperaciones, dos entradas ganadas. Una veintena de acciones positivas en un partido que para el ex jugador del Bayern tenía un punto de revancha personal por jugarse en París, la capital del Balón de Oro que le ha esquivado durante su carrera con especial desprecio en 2020.

Junto a Gündogan, y como en el partido contra el Atlético de Madrid, Lewandowski fue ese líder que el Barça necesitaba hace años en Europa. Un jugador que no se escondió y que tiró de los compañeros dando ejemplo con una actitud excelente que empujó al equipo hacia arriba, también después del 2-1. Lewandowski escogió siempre lo que más le convenía al partido y, de haber contado con la complicidad de Lamine en alguna opción, podría haber estirado todavía más la diferencia. El polaco, que anunció hace unas semanas que acabarían levantando títulos esta temporada en una frase que por entonces sonó a un hablar por hablar, ha recuperado la confianza de la afición y se presenta como un jugador temible en lo que queda de Champions, que el Barça espera que aún sea mucha.

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