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REAL MADRID

Sinfonía del Madrid en Glasgow

Además de ganar, también se impone ahora en el debate del estilo: su tercer gol en Glasgow fue un compendio de precisión, dinamismo y talento.

Los jugadores del Madrid celebran el gol de Hazard en Celtic Park.
Los jugadores del Madrid celebran el gol de Hazard en Celtic Park.

EI Madrid de Ancelotti sabe ganar, lo que más hace, y también jugar bien de distintas maneras. Se confirmó una vez más en el Celtic Park, donde pasó un mal rato sin recibir arañazos en el escudo y acabó con un pasaje futbolístico sobresaliente. El tercer gol, originado tras 33 pases de forma ininterrumpida y 82 toques de balón en total con Hazard atento en la definición final, adquirió una belleza muy singular. Fue un homenaje a la precisión, la armonía, la movilidad y el talento que escenificó la extrema calidad del equipo de Ancelotti.

La génesis del gol tuvo muchos intérpretes, cualidades y momentos que subrayaron su excelencia. En la secuencia intervinieron ocho jugadores (Kroos, Modric, Carvajal, Mendy, Camavinga, Valverde, Hazard y Vinicius) y duró 97 segundos desde que Kroos decidiera sacar una falta lateral en corto en lugar de meter el balón al área. La clave de toda la acción estuvo en la capacidad del Madrid para atraer a los jugadores del Celtic y mover después con rapidez hacia el lado liberado. Venían jugadores a recibir en corto y otros esperaban más abiertos —Carvajal, Mendy o Vinicius—, mientras también se producían aclarados y movimientos de ruptura con la única intención de que el compañero tuviera una línea de pase hacia el otro. Ese dinamismo sin balón vertebró toda la jugada en la que hubo hasta cuatro cambios de orientación, dos de Kroos y uno de Modric y Valverde. De derecha a izquierda, pasando por el centro, y volviendo después al otro lado. Y con Hazard entre líneas para airear el circuito de pases y como finalizador en el área después.

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Kroos y Modric fueron los conductores idóneos. El Madrid giró el juego en una circulación efectiva y viva, y el Celtic cayó en la trampa saltando a lugares que no debía ante la posesión blanca. Ningún jugador escocés tocó el balón desde el 73:01 hasta el 77:16, cuando se dispuso a sacar de centro. Cuatro minutos y 15 segundos de abatimiento. Los 33 pases dados suponen la secuencia más larga de los 434 goles que ha marcado el Madrid en la Champions desde la 2003-04, temporada hasta la que llega la base de datos de Stats Perform. Así entra en el podio de goles con más pases previos en la competición. El mayor registro corresponde a un gol del Barça, también frente al Celtic, en 2013, obra de Tello, después de 40 pases. Antes, en la 2010-11, Stankovic marcó con el Inter al Tottenham en una acción de 35 entregas.

Hazard culmina el gol de todos

En cualquier caso, la sinfonía blanca en la apertura de la Champions responde al estado colectivo e individual de muchos de sus futbolistas. Ante un Celtic apasionado, el Madrid supo cuidar la pelota, alcanzando un 93,5% de acierto en el pase. Kroos fue el flotador al que se agarró en los momentos más difíciles. El alemán aseguró la posesión, asumió las riendas —136 toques y 119 pases— y se asoció con todos —17 balones en largo sin error—. Carvajal se sirvió de su radar para crear tres ocasiones de gol, Valverde se apoyó en él y en Modric para errar solo una entrega en todo el partido —29 pases en el último tercio del campo— y Hazard retrasó su posición para oficiar como un verdadero falso nueve. El repertorio blanco fue majestuoso. Ya el 0-1 de los de Ancelotti se dibujó en una jugada de 22 pases, donde únicamente Mendy no tuvo protagonismo, para desfigurar la presión adelantada del Celtic. La profundidad de Valverde y Vinicius acreditó el poderío del Madrid en las transiciones.

El gol de Hazard en Celtic Park remite a otros que ha hecho el Madrid a lo largo de estas últimas temporadas y reivindica la base estilística de su fútbol. El más recordado fue el que firmó Casemiro en Riazor en 2017 tras 44 pases, récord blanco en este siglo. Duró 107 segundos y participaron los 11 jugadores. La temporada pasada hubo tres goles que también llegaron en jugadas elaboradísimas. Benzema puso la puntilla a un ataque de 31 entregas en la Champions contra el Shakhtar. En LaLiga, Asensio batió al Mallorca después también de 31 pases y Vinicius hizo lo mismo ante el Levante tras 26 entregas. Al mandato histórico de ganar, el Madrid añade la pericia, el talento y la creatividad de su juego. La victoria es blanca, pero el estilo también le pertenece.