Sin Fantásticos, con banquillo
Ni Mbappé, ni Vinicius, ni Bellingham brillan en el doble Euroderbi. En cambio, Brahim, Camavinga o Modric, claves. Entre Vini y Kylian, ¡4 de 23 regates! en el Metropolitano.


A Bellingham, Mbappé y Vinicius se les atragantó el Atleti. Algún chispazo, pero poco brillo. Más ruido que nueces. Pues solo uno de Los 4 Fantásticos se ha puesto el traje de gala en los Euroderbis. Rodrygo, y en la ida. Ahí fue el MVP. Con solo dos goles del Madrid en 210 minutos, el Rayo dibujó el primero. Y eso, en una eliminatoria de mínimos, es mucho. Porque el resto de la clasificación fue un ejercicio de supervivencia. Uno más en un equipo que convierte los acordes de la Champions en himno propio. Una victoria donde los protagonistas esperados no lo han sido. Una eliminatoria que da la razón a Ancelotti: “Un cambio bien hecho puede marcar la diferencia”. Y vaya si lo ha hecho. En el Bernabéu, Modric. En el Metropolitano, Camavinga. Y un Brahim entre dos aguas. Entre la titularidad y la suplencia. Entre lo fantástico y lo obrero. Que corre y decide. El mejor reflejo de una eliminatoria de destellos... y de banquillo.
Y Ancelotti, ahí, ve el vaso medio lleno. Porque entiende que el polvorín es cuestión de tiempo que vuelva a prenderse. De manera natural aunque no lo haya hecho contra el Atlético. Y ha constatado que tiene más piezas para el puzle de la temporada. Algo capital con un calendario sobrecargado, como el físico de sus jugadores. Empezando por el propio Brahim. Por el Quinto Fantástico. De inicio, por el sancionado Bellingham, puede ser diferencial. Véase la ida con su gol de museo. Y, a pesar de la gripe que le atormentó los días previos, también puede ser diferencial como jugador número 12. Véase la vuelta. En un Madrid espeso supuso reacción y clarividencia en el tramo final: 19 de 19 en pases en el último tercio. “Ha aportado mucho”, valoró Carletto.
“En el más complicado, a su mejor versión”
Siguiendo por Camavinga. Recuperado para la causa con su entrada al campo en el 64′. Que ha vivido una verdadera carrera de obstáculos esta temporada, con más lesiones (18 partidos de baja) que certezas. Pero que, cuando más se le discutía, mayor ha sido su rendimiento. Tras naufragar en la ida, en la vuelta contra el Atleti solo falló un pase (30/31), recuperó tres balones y completó cinco de las seis entradas que intentó, el mejor, de largo, en ese aspecto. Y estuvo fresco y atinado en la conducción, lejos de las dudas que había dejado con balón en el primer asalto. Un giro de 180 grados que Ancelotti quiso destacar: “Ha estado en el partido más complicado a su mejor versión. En los últimos no había estado a su mejor nivel. Camavinga ha jugado un partido muy bueno a nivel ofensivo y defensivo”.
Como bueno fue el nivel de Modric. En una situación antónima a Brahim, pero gemela. Suplente en la ida, su rendimiento le compró la titularidad para la vuelta. Cuando nadie lo veía posible, Ancelotti desafió a la estadística: por primera vez en la temporada, Luka salió de inicio dos partidos consecutivos en tres días. Completó el duelo ante el Rayo y hasta el 64′ contra el Atleti. En el Bernabéu hizo un pleno al 50 en pase (100%). En el Metropolitano fue medalla de plata en envíos al último tercio (35), fue líder en centros (cinco) y se manejó por encima del 94% de acierto en el pase. Si había alguna duda, está preparado para las noches de alta tensión.
4 regates... de 23
Y del vaso medio lleno, al medio vacío. Porque aunque se entienda como algo coyuntural, el del Metropolitano fue el tercer partido en un tramo de cuatro sin gol ni asistencia de Vinicius o Mbappé. El oasis fue el Rayo. En la vuelta contra el Atleti estuvieron cerca. Porque el francés, en prácticamente la única ocasión en la que logró quitarle el corsé a su fútbol en toda la noche, desarboló a la zaga rojiblanca y forzó un penalti. Una pena que fue máxima, pero para Vinicius: el brasileño lo mandó a las nubes. Fue la gran ocasión. El resto, intención sin concreción.
Más por parte del 7, más activo que un Kylian que solo fue un 9 por dorsal, alejado de la zona de remate (no realizó ni un solo disparo en todo el partido) y desconectado del juego. La mejor radiografía de la incomodidad de ambos, su ¡4 de 23 en regates! Un 17,4%. Vinicius completó tres de los 15 que intentó (un 20%) y Mbappé solo uno de ocho (12,5%). Ya sea por el tobillo, por un problema muscular o por algo derivado de su paso por el dentista, el Atleti fue un dolor de muelas para Mbappé. Y una pesadilla para Vinicius. Una vez más, además, pues ya son 17 derbis para el de São Gonçalo y un solo gol...
Sin Hey Jude
Y mientras que Rodrygo estuvo algo más afinado, sin llegar a alzar la voz y con la salvaguarda de su actuación de la ida, Bellingham, ausente en el Bernabéu por sanción, no logró entonar el Hey Jude. El esfuerzo va intrínseco en su fútbol. Recuperó siete balones, completó las tres entradas que intentó, ganó tres duelos aéreos... En la intendencia sí aportó. Siempre lo hace. Aunque en tierra hostil no sacó la artillería. Sí que realizó cuatro regates (de cinco) con éxito y forzó tres faltas, pero lejos del área. Lejos de la zona donde más rédito saca el Madrid a su talento. Remató dos veces sin encontrar portería y apenas generó 0,05 goals expected (goles esperados).
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Es más, no marca desde el 11 de febrero, la ida ante el City. Algo más de un mes sin abrazar al gol. Todo condicionado por sus sanciones, el fuck off y el ciclo de Champions, pero una realidad: dos tantos en los últimos diez partidos. La misión en el Madrid es recuperar al soldado Jude y volver a afilarle los colmillos a Vinicius y Mbappé. Porque, aunque haya banquillo, sin Fantásticos no hay paraíso. Y Ancelotti lo sabe.
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