Pendientes de Mbappé
Se estrena el francés. Aglutinó focos a la llegada a Varsovia y en el entreno. El kilómetro 0 para un fichaje que amplifica el alcance de la Supercopa de Europa.
Tras una pretemporada de siete años, comienza la era Mbappé. Desde 2017, su explosión en Mónaco, muchos intentos. De una u otra manera, no ha sido hasta 2024 cuando el joven Kylian del cómic ha visto cumplido su sueño. El kilómetro 0 es hoy. En Varsovia, el debut puede venir con título bajo el brazo. La expectación por ver al Madrid en Polonia siempre es máxima, pero Mbappé dispara el termómetro de la ilusión. Un amplificador en sí mismo a la expectación que levanta la Supercopa de Europa. En la víspera aglutinó focos. A la llegada, la nube blanca plantada ante el Radisson Collection que ejerce de cuartel general del club rugió al ver a su nuevo número 9. En el PGE Narodowy, en el último entrenamiento preAtalanta, vídeos, fotos, miradas curiosas. Todos pendientes de Mbappé.
Durante el ensayo general se observó a un Kiki, como le llaman cariñosamente, cómplice. Fuentes consultadas indican que su adaptación ha sido instantánea. Sonriente, relajado y muy integrado. También Endrick, que demostró que no negocia la intensidad ni en un rondo con compañeros. Los veteranos le felicitaron por su entrega al tratar de escapar del centro con insistencia. Volviendo a Kylian, aunque los flashes humearan en su dirección, permaneció en un segundo plano. En el partidillo organizado posteriormente fueron Vinicius (ojo a su estado de forma), Güler (su idilio con el gol sigue latente) o Éndricki los más participativos y llamativos. Sin olvidar un misil de Vallejo que dejó temblando a Lunin. “¡Bien Jesuli!”, gritaron desde el cuerpo técnico.
Si algo se pudo extraer del entrenamiento es que los dos recién llegados son los dos delanteros de Carletto. Endrick y Mbappé. El francés estuvo acompañado por Brahim y Rodrygo. Un tridente muy móvil, pero con el ex del PSG como punta de lanza. En el bando contrario, Vini demostró que está fino. Con desborde y, sobre todo, colmillo. Sirva de ejemplo un gran zurdazo desde el costado ante el que nada pudo hacer Courtois. Una sesión que transcurrió por derroteros normales, con buen rollo pero intensa, hasta que los gritos de Camavinga congelaron todo. ‘¡Oh, la, la!’, lanzó al cielo de Varsovia. Su amigo Tchouameni le dio un golpe fortuito, pero es el giro extraño de la rodilla izquierda el que preocupa. Las primeras pruebas aventuran que regatea la gravedad extrema, pero se queda sin final y todo queda pendiente a los exámenes de hoy.
La duda de los 11 metros
El percance del centrocampista dispersó al grupo y comenzaron con concursos de disparos lejanos. De nuevo relajación y complicidad. Curioso que sólo Vinicius y Bellingham ensayasen desde los 11 metros. Sobre ello fue cuestionado Ancelotti en la previa, personificando en, cómo no, Mbappé: “Es un lanzador de penaltis. Vinicius los ha lanzado muy bien también, Bellingham lo hizo en la Eurocopa, Valverde en la Copa América. Tendré que elegir y tendré que hacerlo entre los que empiecen el partido”. Tras los 90 minutos, en la Supercopa no hay prórroga, sino tanda. Pero no será hasta que haya, si lo hay, un penalti durante el encuentro cuando se desvelará la duda de los 11 metros. Y con el carpetazo al entrenamiento, de nuevo focos para Kylian. Especialmente de la prensa local: “Perdone, ¿le podemos hacer una preguntas sobre Mbappé?”.
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