Niño, Abde e Iturbe, la fórmula de Torres para ser campeón de grupo

El Atlético va directo a los octavos con la vieja fórmula, contundencia arriba y solidez y solidaridad atrás. En ataque, pusieron los goles los habituales, Abde y Niño, que no se pierde una cita; en defensa, salvo un par de errores evitables, Dani, Boñar y el gigante Iturbe desquiciaron al Oporto. El Juvenil de Torres termina primero de grupo (15 puntos) y en la casa sueñan ya con una aventura similar a la del año pasado, cuando el equipo llegó a la Final Four. Por competitividad no quedará.

Se notó rápido que ambos equipos tenían aún en la cabeza su duelo en Alcalá. Allí mandó el Oporto, se estrelló con los postes y con el portero, y acabó ganando el Atlético. En Vila Nova de Gaia, los locales se adueñaron de la pelota, los de Torres formaron un bloque férreo… y pegaron el primer zarpazo. La jugada nació en el robo de Dani con la puntera en el área para evitar un mano a mano de Andrade, el balón llegó rápidamente hacia Santamaría, que condujo hacia dentro y soltó un zurdazo que se estrelló en el codo de Gabriel Brás. Penalti y gol de Niño, el séptimo de esta Youth: ha marcado en todos los partidos, el primero que lo consigue en la historia del torneo.

El 0-1 extremó los papeles de cada equipo. El Atlético replegó en bloque más bajo, con un 5-3-2 muy sólido; el Oporto dominó la pelota para tratar de buscar rendijas. Apenas las encontró en el primer tiempo. Y cuando sí, se topó con un gigante Iturbe. La solidaridad de los rojiblancos en las ayudas acabó desesperando a los portugueses, donde solo Andrade creó peligro. Primero con un tiro lejano, luego con un remate picado en el área. En ambas venció el portero. Sin embargo, la más clara fue para el Atleti. Julio cogió la espalda a toda la defensa, sirvió desde la izquierda y Grás salvo el 0-2 cuando Niño había empujado el balín sin portero. Pese a su claro dominio, el 0-1 era hasta bueno para el Oporto al descanso.

Reacción perfecta al 1-1

A la vuelta, el partido se agitó. El Atlético se complicó en un saque de puerta tocado en corto, Dani le regaló la pelota a Andrade y este, tras dársela a Vasco para que rematara al poste, cogió el rebote y empató. Los chicos de Torres se rehicieron a lo grande. En la siguiente jugada, Mbomio lanzó en largo hacia Santamaría, que cuerpeó con Ferreira y puso el pase de la muerte hacia Abde, que marcó en el segundo palo a puerta vacía. Del 0-1 al 1-2 en apenas un minuto.

El duelo estaba más movido que en el primer tiempo. Al Atleti amenazaba a la contra le costaba alargar las posesiones, y el Oporto achuchaba. Andrade volvió a robar un balón en el área, esta vez a Boñar, pero salvó Mbomio; y Monteiro rozó el gol olímpico, pero lo evitó Dani bajo el larguero. Y si lo intentaban desde lejos, ahí aparecía Iturbe, segurísimo y valiente en todas las acciones. Para el Atleti el partido estaba en cerrar los espacios y salir a la contra o al menos bajar el ritmo del juego moviendo la pelota. Lo consiguió pocas veces, pero realmente tampoco vivió agobiado, consciente de que incluso el empate le servía. El Atleti ganó y fue, de nuevo, un reto imposible para el Oporto, que tendrá que pasar por el playoff...