Las diez bicicletas de la discordia de Vinicius en Braga
El extremo brasileño deslumbró en Braga y fue otra vez decisivo. Sin embargo, enfadó al público portugués por una jugada en la banda.
Vinicius Jr. ha vuelto. Después de la lesión que le mantuvo apartado durante casi un mes de los terrenos de juego, de agosto a septiembre, el brasileño recuperó su mejor nivel en Braga. Fue, de nuevo, la principal punta de lanza del Real Madrid, y jugó dicho papel en un partido en el que se le pedía, a gritos, ser protagonista del propio ataque blanco. Estuvo en los dos goles y en todas las jugadas de ataque de los de Ancelotti. Tan solo le faltó la guinda del pastel: el acierto en la definición.
Él sigue con su estilo, el que le ha hecho llegar a ser el jugador que es. Habilidoso, vertical, descarado, alegre… Propio de sus orígenes futbolísticos en las calles de Brasil.
Desde que tiene ficha en el primer equipo del Madrid (2019-20), ha intentado un total de 1.215 regates en todas las competiciones que ha jugado, habiendo salido victorioso en 496. Es el dato más alto entre todos los jugadores de las cinco grandes ligas. Por otro lado, ha recibido un total de 428 faltas, y tan solo futbolistas como Grealish y Zaccagni han sido objeto de más infracciones en las cinco grandes ligas.
Este martes en Braga intentó ocho regates, de los que salió victorioso en cuatro, en un encuentro en el que los focos volvieron a él por una jugada. Escorado a banda, realizó un total de diez bicicletas, en parado, ante el defensor que se encargó de marcarle durante todo el encuentro, Serdar Saatçı. Zalazar, centrocampista del conjunto portugués, se acercó a hacer la cobertura a su compañero para que el balón terminara perdiéndose por fuera de banda.
Después de esta acción, el Municipal de Braga arrancó una pitada general hacia el jugador del Real Madrid, y el propio Zalazar acudió a recriminarle la previa acción. “Estamos jugando al fútbol”, dijo el uruguayo en unas imágenes que captó Movistar+ a un Vinicius, que salió riéndose del marcaje. Él se lo toma así, porque forma parte de su forma de ser y de su juego, pero su acción fue motivo de controversia y no gustó nada al público y equipo portugués dada la poca utilidad que tuvo. Pero es el estilo de Vinicius, casi único en el mundo. De ahí que este tipo de situaciones no justifican el hecho de que reciba abusivas patadas o acciones realmente agresivas sobre el campo, ni sea increpado fuera del mismo, como sucedió este martes.
Mikel Camps, portavoz del FC Barcelona, publicó un tuit mientras veía el partido, que más tarde borró: “No es racismo, se merece una colleja por payaso y vacilón, que es lo que representan estas bicicletas innecesarias y sin sentido en el centro del campo”. Una salida de tono de índole racista que Rodrygo, hermano de Vinicius en el vestuario, catalogó de “lamentable”.