La Academia enamora al Metropolitano
El juvenil de Torres golea al Genk ante 11.503 aficionados con los tantos de Niño, Abde, Santamaría y Boñar y se verá las caras con el Milan en cuartos. Gismera, motor del medio colchonero.
Si la afición del Atlético necesita motivos para ilusionarse, solo tiene que mirar a su cantera. Con la presencia de Simeone, Gabi, Koke, Saúl, Carrasco (surgido en el Genk) y Barrios, este último hace escasos meses en su piel y hoy espejo para toda la Academia, el Metropolitano se estrenó en la Youth League con una fiesta de goles, talento y futuro, mucho futuro. Todavía hay un Atlético vivo en Europa, aunque haya que acudir a la competición juvenil para seguirlo. Y los 11.503 espectadores que desafiaron al frío en el feudo colchonero se marcharon con la sensación de que una gran camada está llamando a la puerta. También de que a Fernando Torres le sienta como un guante el banquillo del Metropolitano, ese en el que apenas se sentó por sus constantes indicaciones y que está predestinado para ser suyo algún día.
Cuatro minutos tardó Adrián Niño en alargar su idilio con el gol. A sus 18 años, se presentaba en octavos como el primer futbolista en la historia de la Youth League capaz de marcar en todos los partidos de la fase de grupos. Y ya ha puesto el tick a los octavos. Penalti provocado por su gran socio Abde Raihani y ni el escenario ni la ronda supuso el menor temblor para una de las joyas de la cantera. Ya son ocho tantos en Europa y 36 en total. Cerca estuvo de conseguir el 37 poco después en un disparo que obligó a intervenir a Chambaere.
Pero esa siguiente diana estaba destinada a Abde. A la primera que tuvo, Kongolo enmendó en la línea su error y arrebató la gloria al internacional marroquí Sub-20. Pero en el minuto 28 no hubo nadie que pudiese frenar al punta. Robaba Gismera y buscaba en carrera a un Abde siempre inteligente para recortar y mandarla a la red. Una definición de mucha clase. Ya son 57 goles entre la pareja juvenil con más gol de España. Avisaron esta semana en AS que quieren que este sea el primero de muchos partidos en el Metropolitano y se pusieron manos a la obra para demostrarlo.
RESUMEN
Genk: Chambaere; Caicedo, Kongolo (Mirisola, 76'), Al Mazyani, Rommels; Akpan (Swerts, 46'), Bangoura, Karetsas; Martens (Rotundo, 46'), Decresson y Nuozzi (Arabaci, 46').
Goles: 1-0 (4') Adrián Niño, de penalti.
2-0 (28') Abde Raihani.
3-0 (31') Álvaro Santamaría.
4-0 (38') Boñar.
4-1 (59') Julio Díaz (p.p.)
Árbitro: Chrysovalantis Theouli (Chipre). Amonestó a Kongolo (60'), Bangoura (68'), Denia (75')
Estadio: Cívitas Metropolitano: 11.503 espectadores
El segundo gol, precedido de un resbalón de Bangoura, hundió al Genk y desbocó a un Atlético que olió la sangre y tardó tres minutos en matar el partido. Aitor Gismera rompía líneas, Salim El Jebari conducía, golpeaba al palo y Santamaría aprovechaba el rechace para hacer el tercero. El plan de Torres, situando a El Jebari para poner la magia por detrás de Niño y Abde, le salía a la perfección. Y no es casual volver a mencionar a Gismera en el inicio de la jugada. Todo el fútbol mejora cuando pasa por sus botas. Probablemente es, en estos momentos, el canterano más preparado para dar el salto al primer equipo. El mediocentro de 19 años ya fue clave para alcanzar la temporada pasada la final four, al igual que El Jebari, Kostis e Iturbe, y este año ha dado un paso adelante en la sala de máquinas sin Barrios ni Currás.
También presente en la gesta del curso pasado estaba un Javier Boñar hoy en día protagonista. A sus 17 años crece y crece y el cuarto gol fue el premio a un futbolista que lleva toda la vida ligada al rojiblanco. Y no hay gol más colchonero, perseguir y no cejar en el empeño hasta lograrlo. Fue el cierre de una primera mitad extraordinaria, ilusionante y muy diferente a la segunda. El Genk se sabía en la lona, pero peleó por revivir a partir de sus tres cambios de regreso de la caseta. El Atlético bajó la intensidad, dejó de llegar y se vio encerrado por un equipo belga revitalizado, aunque sin mordiente. Torres, consciente del bajón atlético, trató de remediarlo con un triple cambio acompañado de mala fortuna.
Primero, por ver a Abde echarse al suelo con molestias. Y después por un toque desafortunado del recién entrado Julio Díaz en el intento de despeje que se coló en su propia portería. Se repondría el carrilero izquierdo del mal trago de su entrada. No fue una segunda mitad cómoda para el equipo colchonero, sostenido por la fortaleza física de Kostis y Dani Moreno y los pulmones de Gismera y David Muñoz, del que no sorprende que acabase con los gemelos subidos. Sin poder crear, fue el momento de dejar pasar el tiempo y mantener el botín. El Atlético está en cuartos y el juvenil vivió su primera gran noche en el Metropolitano, finalizada en fiesta sobre el césped. Ahora, espera el Milan en cuartos en tierras italianas, último escollo para volver a sacar billete a Nyon. Esta cantera está muy viva.