SUPERCOPA EUROPA | JEAN CARLOS SILVA
Jean Carlos Silva: “Fuera del Madrid ves la realidad del fútbol”
Otrora diamante de La Fábrica, Jean, estrella del Rakow polaco, se enfrentó el curso pasado al Atalanta en la Europa League. Radiografía su pasado blanco y la Supercopa de Europa en AS.
“El Madrid es favorito, pero el Atalanta controla muy bien detalles que marcan la diferencia. Mira contra el Leverkusen...”. Jean Carlos Silva (Prata, Brasil, 10 de junio de 1996) conoce bien a los duelistas de la Supercopa de Europa. A los de Gasperini los analiza en AS por haberles enfrentado con el Rakow en la pasada Europa League. A los blancos, porque La Fábrica fue su casa durante cinco años (2010-2015). Una experiencia vivida gracias a la valentía de su madre. “No tenía mucho y nos cogió a mi hermano y a mí, con 13 y 9 años, y nos fuimos a Tenerife”, recuerda. El fútbol de Jean, tras destacar en la isla, les llevó a la capital.
“El Madrid es otro mundo, vives en una nube”. Compartió vestuario y UEFA Youth League (2014-15) con Mayoral o Reguilón, entrenamientos con un Marcelo que frunció el ceño tras ver cómo un canterano le regateaba “un par de veces” y con Isco: “Era magia, me da pena cómo terminó, merecía mucho más”. También sintió la tristeza en sus carnes, auspiciada por la desaparación del Real Madrid C: “Venía de ser subcampeón del mundo Sub-20 con Brasil y me dijeron que había recortes. Zidane había hecho una lista para el Castilla y yo no estaba ahí. Piensas: ‘¿Cómo pude hacer más?’. Fue frustrante...”. Se levantó. “Fuera del Madrid ves la realidad del fútbol”, sintetiza. Debutó en Primera con Paco Jémez y el balón le llevó a Polonia, donde ahora, como estrella del Rakow, es prácticamente ‘hijo adoptivo’. El miércoles tiene una cita con el televisor: “Voy con el Madrid, claro”.
¿Dónde empieza a dar patadas al balón?
Jugando a fútbol sala en Brasil, en Prata, un pueblo pequeño. Allí era muy popular ese deporte y desde chiquitito se iban viendo cositas. A mi madre le aconsejaron sacarnos de allí tanto a mí como a mi hermano, que nos trajera a Europa. Éramos unos niños. Fuimos por nuestra cuenta a Tenerife primero. Mi madre, mi hermano y yo. Ella no tenía mucho, pero conocía a gente brasileña allí en la isla e iba a ser mas fácil empezar.
Mucho valor de su madre.
Muchísimo... Y al principio tuve incluso problemas de documentación. No podía salir de la isla para jugar. Empecé en alevines, en un club local, y en seguida me ficha el Tenerife. Iba con la selección de la isla, luego la canaria... Pero me perdí un torneo de selecciones regionales por no poder salir. Y lo que es el fútbol, cuando ya estaba en La Fábrica coincidí con un chico que me reconoció. “Anda, tú eres el niño que no pudo venir con nosotros por un tema de DNI”. (Ríe) Fue una anécdota curiosa años después.
Entonces usted ya destaca en Tenerife. ¿Cómo llega el salto a Madrid?
Un chico que tenía contactos se me acercó y me dijo que fuera a Madrid, que conocía a gente en el Atlético. Pero justo antes de ir me rompí la clavícula. Fuimos a hacer la prueba, pero no salió bien. Llevaba mes y pico sin hacer nada, por la fractura... Mi madre nos preguntó a mi hermano y a mí que qué queríamos hacer. “¿Volvemos a la isla o nos quedamos en Madrid?”. Le dijimos que queríamos quedarnos y así fue. Jugué un año en el Parla y me salió todo bastante bien. No quiero sonar presumido ni nada, pero al final de la temporada tenía detrás al Atleti, al Rayo, al Getafe... Tendría ahí unos 13 o 14 años.
Y con esa edad, ¿cómo lo gestiona?
Son cosas que hasta que no las vives… Nosotros, además, que tuvimos que abandonar nuestro país, aprender un idioma… Son como recompensas que se quedan de por vida. Teníamos 9 y 13 años cuando abandonamos Brasil con mi madre. Todo lo que hizo ella por nosotros, cómo se arriesgó... Es como empezar a devolverle el esfuerzo. Yo tengo ahora un hijo y no me veo solo llevándolo a otro país, a otro continente, a cruzar el charco… (Sonríe) Soy muy afortunado.
Y entre ese ramillete de equipos, estaba también el Madrid.
Eso es.
¿Mucha impresión al aterrizar en el club blanco?
Es otro mundo. Vivimos allí en una nube. Tienes los mejores entrenadores, compañeros, infraestructuras...
¿Hay algo que le chocase especialmente?
¡El nivel! Pasas de siempre ser el mejor en los equipos donde estás a decir: “Vale, esto es diferente, aquí no voy a escuchar que soy el mejor, que ganamos por mí…”. El nivel es increíble.
¿Se nota también algo de familla ahí? En el colegio, con los amigos...
Sí, algo se nota, la gente lo comenta, habla de ti...
Me hablaba del nivel. ¿Algún excompañero le impactó especialmente en aquellas edades?
Unos cuantos. Hay algunos que esperabas mucho y por lesiones no llegaron. Otros que no esperabas tanto y por trabajo o mentalidad sí. Recuerdo a José Ángel Pozo. Era una cosa… Buf, extraordinaria. Cada torneo pichichi, mejor jugador. Éramos cadetes y él ya estaba con el Juvenil A. Y sonaba mucho. Bueno, le fichó el City.
Buceando encontré que también compartió vestuario con Mayoral, con Reguilón...
Sí, Borja ya ha tenido una carrera tremenda. Un año que metió como 50 goles. Lo remataba todo. Tenía clarísimo que iba a llegar a la élite. Y Regui es un caso diferente. Muy trabajador, muy constante, pero no lograba tener todos los minutos que quizás merecía. Pero se marchó cedido al Logroñés y ahí empezó a explotar. Luego ya lo hizo genial en el Castilla, le ficha el Sevilla...
En menores van a goleada por partido… ¿Se notan ya ahí las ganas que puede tener el rival al Madrid?
Sí, mucho. En casa, sobre todo, ganábamos bien y cuando jugábamos fuera siempre se notaba que hablaban de nosotros, que querían ganarnos. Al final eso te pica un poco (ríe).
Por fechas, usted estrena la residencia de Valdebebas.
Sí. Mi madre prefirió que estuviera ahí, por concentración y control. A esas edades es importante la educación. Estuve en las dos, pero la nueva era un escándalo. Cuando llegamos allí... Las habitaciones, increíbles. Y sala de juegos, de estudio, de descanso… De todo. La comida controlada para deportistas, los descansos, horarios... Todo lo mejor para estar lo mejor posible. También estaban encima de los estudios. No te exigían sobresaliente en todas las asignaturas, pero sí que hicieras lo básico.
¿Era buen estudiante?
Era 50/50 (ríe). Ni era de los empollones ni de los que siempre suspendían. Una cosa intermedia.
Otro de los hitos que vive es la desaparición del Madrid C.
Me tocó. Y creo que influyó bastante en mi futuro. Estabas en el Juvenil A y si no podías ir al Madrid C... En aquel año estábamos 25 jugadores en el Juvenil A y veintitantos que estaban en el Madrid C. Es una desbandada de jugadores que no tienen hueco para entrar.
Difícil de digerir...
Mucho. Yo vengo del Juvenil A. Empecé muy bien, jugando todo. Me lesioné de varias cosas y cuando volví me fui con Brasil Sub-20. Le gusté al entrenador, vuelvo a España a jugar unos partidos y vuelvo a ir a la Sub-20. Quedamos subcampeones del mundo y a la vuelta me dijeron que había recortes. Zidane era el entrenador del Castilla y había hecho una lista. Y en esa lista no estaba yo. Molesta, porque con los años dices: “¿Cómo pude hacer más?”. Entre lesiones, irme con la Sub-20. Con Brasil jugué los 120 minutos de la final, la semifinal, los cuartos... Fue muy frustrante.
“Venía de ser subcampeón del mundo Sub-20 y me dijeron que había recortes. Zidane había hecho una lista para el Castilla y yo no estaba ahí. Piensas: ‘¿Cómo pude hacer más?’. Fue frustrante...”
¿En quién se apoya en ese momento?
Nos pasó a unos cuantos. Y bueno, entre nosotros se habla. Pero tocó y te das cuenta de lo que es la realidad. Te tienes que adaptar. El Madrid es una burbuja, como dicen. Lo sientes cuando sales de allí, cuando ves la verdadera realidad del fútbol. Ahí ves lo que es normal.
¿Llega a entrenar con el primer equipo?
Sí. Morientes organizó algún partidillo con ellos. Una vez me tocó contra Marcelo en la banda. Me fui de él un par de veces. Se paró y me dijo: “Deja de hacer el tonto”. Al acabar le comenté que era brasileño y le hablé en portugués, pero se fue sin decir mucho (ríe).
“Me fui un par de veces de Marcelo y me dijo: ‘Deja de hacer el tonto’”
Estaría también Ancelotti.
Sí. Nos saludaba, era muy cordial, aunque no coincidimos mucho. Era un hombre muy tranquilo.
¿Y qué tal Morientes como técnico?
Lo tuve en juveniles y luego en el Fuenlabrada. Le faltó un poco de suerte, un poco de carácter, quizás, porque era muy bueno y empático. Le pasó factura eso, creo. Los dos años que estuve con él, estupendo. Mejoré como futbolista y fue como un padre, sacó lo mejor de mí.
¿Es el mejor entrenador que ha tenido?
De cada uno coges algo bueno, aunque él me daba confianza en mí mismo. Con él fue con el que más disfruté, me dio mucho cariño personal también.
Me hablaba antes de los entrenamientos con el primer equipo. ¿Alguien le marcó especialmente?
Isco. Modric también. Ver cómo alguien tan pequeño abarca y hace tanto... Pero Isco era magia. Estaba en su auge en ese momento. Me da mucha pena cómo terminó todo para él. Creo que se mereció mucho más en el Madrid. Ya llegó Bale y demás... Pero Isco era una cosa extraordinaria, un mago.
El fútbol es contexto...
Sí, al final el equipo te tiene que encajar. Mira ahora en el Betis. A mí me pasó. En Polonia he estado en tres equipos y en este último, en el Rakow, encajé desde el principio.
“Me da pena cómo terminó Isco en el Madrid, mereció mucho más”
El primer año ganan la liga…
Sí. ¡Y estuvimos a un gol de jugar la Champions! Contra el Copenhage. Encima tuve un desgarro a los 20 minutos del partido de ida, en el aductor. Fue duro, era mi primera lesión en cinco años aquí. Pero bueno, jugamos la Europa League... ¡Y en fase de grupos también nos faltó un solo gol para clasificarnos! Pasó el Sturm Graz por goalaverage general.
Estaba ahí el Atalanta, líder de su grupo. Perder contra el campeón dolerá menos.
Claro, claro. Si te echa el campeón duele menos, qué vas a hacer (ríe).
¿Cómo los vio, qué se encontrará el Madrid?
Son un equipo fuerte, intenso. Con mucha calidad individual. Un equipo compacto. El Madrid es favorito, pero a un partido todo es posible. Mira el Leverkusen, que no había perdido ningún partido...
¿A quién recomendaría a Ancelotti que vigile especialmente?
Lookman, Scamacca (lesionado), De Ketelaere... Individualmente se notan, pero a mi me encantó Muriel. Es muy buen jugador. Aunque a ese nivel son los detalles los que marcan la diferencia. Ellos los controlan muy bien. Les vas a presionar, pero ellos ya saben lo que va a pasar después. Hacen un pase y ya saben dónde va a caer el balón.
“El Madrid es favorito, pero el Atalanta controla muy bien detalles que marcan la diferencia. Mira contra el Leverkusen...”
Tú puedes ser muy físico, muy rápido, muy fuerte, pero pillar ese concepto de lectura de juego es el siguiente nivel. Esa es la diferencia. Xavi Hernández era un gran ejemplo. No era rápido, no era físico, pero mentalmente iba muy por delante del resto. En los rondos con el Madrid, con el primer equipo, pasaba algo así. Estás acostumbrado a ir A, B, C, D... Y ellos ya van por la J, la K y hasta la Z (risas).
Y en su caso particular, ¿qué sintió futbolísticamente al llegar a Polonia?
Técnicamente me sentí un poco superior a ellos, no te voy a mentir. Pero físicamente estaba un poco por debajo. Tuve que igualar ese ritmo.
Bueno, había debutado ya en Primera.
Llegué a debutar con el Granada en Primera, pero no había estado a ese nivel profesional de manera regular. Sustituí a Andreas Pereira, además, que fue mi compi en la selección brasileña y en el Granada.
En aquella selección también estaba Gabriel Jesús.
Sí, y es curioso. Después de aquel campeonato volví y al poco tiempo empecé a leer que le quería el City y demás. Pensé, si hace dos días estábamos haciendo tonterías en el vestuario juntos (sonríe). Fue muy chocante.
Y volviendo al Granada...
Empecé con ellos, con el primer equipo. Hice la pretemporada con Paco Jémez, y le gusté bastante. Pero los resultados no acompañaron y le destituyeron pronto. Ya sabes cómo es Paco, enseguida se calienta.
Muy intenso.
Sí. Muy listo, muy buen entrenador, pero a veces su temperamento… Pienso que habría tenido mejor carrera con otro carácter. Quizá con un mayor equilibrio pienso que habría tenido mayor carrera. Porque tácticamente, futbolísticamente, era increíble.
El Madrid jugará en Varsovia, en el Nacional. Usted disputó allí una final de Copa.
Hace dos años. Es un espectáculo. Hay un clima increíble. Cuando se llena es brutal. Y además es muy moderno. Es ‘estilo NBA’. Mola mucho, de los estadios más modernos en los que he jugado. Una bomba.
“Del Madrid, sacaría de su retiro a Kroos”
Si pudiera fichar a un jugador del Madrid, ¿quién sería?
Muchos dirían Mbappé o Bellingham, pero yo me traería a Kroos. Le sacaría de su retiro para que juegue su último año aquí con nosotros.
¿Con qué momento se queda de su carrera?
Uf. Te diría tres. Cuando me dicen que me voy al Real Madrid de niño, cuando jugué con la selección brasileña de niño y con el partido de clasificación para la Champions el año pasado.
Y un deseo en el plazo corto.
Ganar la liga otra vez y llegar un poquito más lejos en Europa.
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