Fernando Redondo: “La Séptima y la Octava posicionaron de nuevo al Madrid en el lugar que se merecía”
El argentino recuerda con AS cómo fue la Séptima hace 25 años: “Cuando en Dortmund pasamos a la final ya en el vestuario sentimos que podíamos ganarla”.
Fernando Redondo (6 de junio de 1969) fue uno de los héroes en la noche de la Séptima. Vive en Argentina con su mujer y sus hijos. Discreto como siempre y muy familiar. Atiende a AS para revivir uno de los momentos más maravillosos de la historia del Real Madrid. El punto de inflexión del Madrid moderno. Con ellos volvió a las vitrinas la Copa de Europa 32 años después. Orgulloso de todos sus hijos, Fede, el pequeño, jugará ahora el Mundial Sub-20 con Argentina. “Ya no le conocen como el hijo de Redondo, ya dicen Fede”, cuenta. La conversación fluye por teléfono. Recuerda cada detalle, reflexiona en momentos más íntimos y personales que se escaparon a los ojos de cualquiera. Un placer siempre encontrarle y hablar con él. Pasen y disfruten.
-25 años de la Séptima, ¿crees que fue un punto de inflexión en la historia moderna de Real Madrid?
-Absolutamente. La verdad es que sí. Bueno, me lo decís y me vienen infinitos recuerdos, fantásticos todos. De la etapa previa, de ese gran deseo por conseguir esa Séptima después de tantísimos años. E inmediatamente el proceso y la explosión final, consiguiéndola, recordando a toda la gente volcada en la calle desde que llegamos al aeropuerto hasta Cibeles, qué sé yo, tendríamos horas y horas para hablar de esto.
-Y en ese proceso con un altercado en semifinales cuando la portería se fue abajo ante el Borussia Dortmund
-Fue el paso de llegar a una nueva final, nos enfrentamos al que era el campeón, con los problemas que tuvimos en el Bernabéu con la portería, era un equipo duro, pero nosotros la verdad es que teníamos jugadores de mucha jerarquía y además estábamos muy enfocados en esto. Ese partido en Alemania lo recuerdo muy bien porque creo que en ese vestuario cuando nos clasificamos para la final sentimos que podíamos ganarla. Teníamos jugadores de gran jerarquía, de una madurez importante y estábamos como muy unidos en lograr eso tan ansiado para todo el madridismo.
-Y os fuisteis a Ámsterdam unos días antes. Recuerdas que estabas a las afueras de Ámsterdam concentrados, más que un equipo de jugadores eráis un grupo de amigos con el objetivo de devolver esa Copa de Europa al madridismo.
-Sí, absolutamente. La verdad es que nos sirvió también para prepararnos. En ese momento la Juve venía de ganar todo y eran los favoritos. Nosotros internamente sentíamos que podíamos disputarles absolutamente y ganar esa Copa. Entonces sí nos sirvió. La verdad es que, como te decía anteriormente, el equipo estaba formado por grandes jugadores, pero sobre todo por hombres que dentro del campo asumían responsabilidades y que se imponían ante la adversidad. Y creo que eso y la unión que tuvimos, que siempre para conseguir un éxito es fundamental, fue determinante. No sólo tiene que haber calidad técnica, sino muchas más cosas. Y esa mentalidad, ese deseo, sabiendo también el anhelo que había, la carga que llevaba el club y el equipo de muchísimos años de volver otra vez al primer plano europeo. Bueno, todo eso lo transformamos en energía para conseguirlo.
-¿Cuánta culpa tuvisteis los jugadores? Porque una semana antes de la final, Heynckes fue a ver a Lorenzo Sanz para decirle que no podía seguir en el equipo, que no podía…
-Yo te soy sincero, Carmen, la verdad es que de eso no me enteré. Pero te diré que Heynckes fue muy importante en esta consecución. Más allá de los problemas que pudo haber tenido el equipo a lo largo de la temporada. Yo le tengo un gran cariño, una gran estima y también crecí como futbolista con él. Entonces creo que el hecho de ganar esa Séptima también supuso para él una gran alegría. Nos sobrepusimos a situaciones difíciles que un club como el Real Madrid siempre tiene que afrontar. Sabemos que en el Madrid uno está obligado siempre a ganar todo y que eso no es fácil. Era un momento duro, pero él fue muy importante también en la preparación del partido, en trabajar y analizar tácticamente cómo enfrentarnos a la Juventus y a tratar de neutralizar sus fortalezas y aprovechar lo nuestro. Así que yo a él la verdad que le atribuyo también una parte importante del éxito.
-Y Capello, muchos son de la opinión que la semilla empezó con Fabio un año antes.
-Comparto, comparto eso también, la verdad es que esa Liga que ganamos con Capello, fue importante. Ahí el equipo empezó a formarse, a gestarse en diferentes aspectos y sabiendo todos que el gran objetivo era la Copa de Europa, la Séptima. Creo que cada uno de nosotros te lo puede corroborar que era llegar al Madrid y sentir que teníamos que ganar la Séptima, era el objetivo prioritario. Sí, son muchas las personas que fueron parte de esa coronación y Capello también, por supuesto, fue uno de ellos.
-Y Lorenzo Sanz…
-Lorenzo Sanz fue el gran impulsor, la motivación y el apoyo que nos transmitió. Era muy cercano a nosotros. Su cercanía, digamos, nos trataba más como un padre y bueno también la satisfacción nuestra de poder devolver esa alegría.
-Fer, en la grada esa noche yo recuerdo que tenía a Tomás Guasch a mi lado y me decía: “Chata, han pasado 20 minutos y seguimos 0-0, esto marcha. Ya estamos en el descanso y seguimos 0-0, esto nos beneficia”. ¿Cuál era vuestra sensación, porque nadie os da por favorito? ¿Qué os bullía por dentro?
-No, nosotros estábamos muy, muy, muy, muy concentrados y no había otra posibilidad que ganar. Esa es la realidad. Y después también, que se corrobora hoy con el paso de los años y todas las Champions que ganó sucesivamente el Madrid y que seguirá ganando, y es que el Madrid tiene algo que es eso, ¿no? Cuando el Madrid juega finales y está en situaciones que son extremas, siempre saca un plus y muestra lo mejor de esos jugadores y de lo que tiene. Y la realidad es que nosotros estábamos tan concentrados y tan enfocados que vivimos ese partido, con las dificultades que tenía una final frente a un gran equipo, con toda esa tensión. Se vivió así, como una final muy intensa, muy táctica. Quizá no fue del todo vistosa, pero tiene muchos más atributos desde otros puntos de vista. Justamente por lo que había en juego y por la importancia para nosotros de esta Séptima y por los jugadores a los que nos enfrentábamos. Fue todo una combinación muy interesante y lo recuerdo con grandísima satisfacción y alegría.
-¿Qué imagen tienes en tu retina como más especial?
- Uf, es amplia la pregunta. Es difícil, viste. Yo disfruté mucho lo que hablábamos del compañerismo, de cómo vivimos esa etapa. Y sobre todo porque logramos conseguir lo que muchos jugadores que pasaron por el Madrid en esos 32 años de espera no pudieron. Grandísimos, excelentes jugadores que por una cosa o por otra, sabemos que el fútbol tiene, no lo pudieron lograr. Toda esa etapa es única. También para el para el club fue un antes y un después. Esa Séptima y posteriormente la Octava posicionaron de nuevo al Madrid en el lugar que se merecía. Y a partir de ahí, bueno, lo que vivimos hoy, ¿no?. Fue un no parar, pero creo que esa Séptima fue, sin duda, muy pero muy especial.
-¿Tampoco sabías que Pedja estaba lesionado?
-Sí, absolutamente, claro, absolutamente…
-Sólo lo sabía Suker, Hierro y, por supuesto, Pedro Chueca y de la importancia que tuvo. Al final es un ejemplo más de se era una gran familia…
-Exactamente, todos no quiero olvidarme de nadie. Me acuerdo de Alfonso del Corral, de la relación que teníamos con él, con Pedro, con Juanito Muro. No quiero ser injusto y olvidarme de gente. También de los utileros, de todo el mundo.
-Y ganáis y celebráis con el cava de la Juve porque vosotros no llevabais.
-Sí, tal cual. Pero eso tiene que ver un poco con estas cosas que tiene el fútbol y que tienen que ver un poco con la mística o estas cosas. Pero fue bueno el gesto de la gente de la Juventus de cedérnoslo.
-Y llegó la fiesta, improvisada, en el hotel, más de 500 personas. Sin protocolos, incluso con aficionados. Todo muy natural…
-Así fue, muy especial. Fue muy familiar con la familia, los amigos, compartimos todos y estuvo bueno eso. Que todos se sintieran parte de ese logro. Para todos los que transitaron con nosotros y para todos los madridistas, eso fue la mayor alegría.
-Y ese paseo por por Madrid en coches descapotables, como pasó en la Sexta…
-Sí, eso fue único. Había visto imágenes de Di Stefano cuando también habían ganado y habían hecho el recorrido en descapotables y poder repetirlo ahí y, sobre todo, ver la alegría de la gente, desde chicos a personas mayores, todos realmente con una alegría enorme. En ese entonces todavía podíamos subir a la Cibeles y mirar desde ahí hacia Alcalá, Paseo del Prado…. Todo lleno, explotado de gente, fue algo inolvidable.
-¿Y donde tienes la medalla guardada?
-(Sonríe) La tengo, la tengo junto con la Octava y después la del Milan también. Están en un cajón en mi escritorio.
-Y las copas también, porque os dieron réplicas.
-Sí, tal cual. También las tengo en mi escritorio. Con el tema de las mudanzas las tenía guardadas y después decidí que las tenía que tener a mano, así a diario las podía ver y recordarlo.
“El Madrid es el rey de Europa. Salir de situaciones complejas lo convierten en un equipo único”.
-Fer y cuando piensas lo que costó ganar esa Séptima y que han llegado siete más después, ¿qué te pasa por la cabeza?
-Es fantástico. Por eso yo decía que esa Séptima tuvo como un un significado muy especial, ¿no? Yo que tengo corazón madridista la verdad que lo disfruto. Y es increíble porque como hablábamos, no es fácil hacerlo de manera continuada. Y el Madrid es el rey de Europa. Y lo que se ha hecho en los últimos años sacando adelante situaciones complejas que por eso lo hacen un club y un equipo único. Las remontadas del año pasada fueron tremendas.
-Habrá que esperar un año más para ir a por la quince.
-El Madrid siempre vuelve más fuerte y siempre está…
-Gracias por recordar tantos momentos bonitos.
-Gracias, nos vemos en España.