El Top-8 lo cambia todo
El Atlético sabe que si gana en Salzburgo estará entre los ocho mejores. Se asegura 11 millones y libera un calendario sobrecargado.
EI Atlético pone rumbo hoy a Salzburgo con el objetivo de rematar la faena. No ha sido fácil llegar a este momento para Simeone y su plantilla. Al finalizar la jornada 3, el Atlético ocupaba el vigesimoséptimo puesto de la tabla que se estrena este curso.
Solo nueve rivales por debajo, en un lugar en el que quedaba directamente eliminado de Europa y 19 equipos a los que superar para estar en el Top-8. Por entonces, el equipo rojiblanco sumaba tres puntos y su diferencia de goles era de -5. Una losa. Ahora afronta la jornada 8 como el quinto mejor equipo del torneo, con 15 puntos y un +5 en goles. El ejercicio de resistencia con premio final ante el Bayer Leverkusen sitúa a los rojiblancos a un triunfo de asegurarse matemáticamente estar entre los seis primeros de la Champions. Es decir, dentro del Top-8 y hasta holgado.
Con el doblete de Julián Alvarez ha sumado 12 puntos consecutivos, cuatro victorias ante PSG (1-2), Sparta de Praga (0-6), Slovan de Bratislava (3-1) y Bayer Leverkusen (2-1) que dejan al equipo con esos 15 puntos y ese +5 en la diferencia de goles. De ganar en Austria en la última jornada, el Atlético será tercero en el mejor de los casos (para quedar segundo necesitaría una debacle del Barça y muchísimos goles) y sexto en el peor. Los octavos, conseguidos. Puede servirle el empate. Si suma un punto no dependerá de sí mismo, pero es plausible.
Visita a un Salzburgo que ya está matemáticamente eliminado, ha sumado tres únicos puntos y su diferencia de goles es de -19. Y solo ha jugado en el Santiago Bernabéu en las últimas semanas mientras su Liga se mantiene parada. El objetivo del Atlético es lograr el quinto triunfo europeo seguido. Y que tiene su peso en oro... y tiempo. Clasificarse directamente para octavos asegura 11 millones de euros. Más lo ingresado durante el torneo por su disputa y las victorias conseguidas, el montante se situaría en una cifra cercana a los 50 millones.
Un refuerzo tremendamente importante para las arcas del club. Y también en el apartado institucional. En la primera clasificación grupal de Champions con este nuevo sistema, ser uno de los ocho mejores equipos de la máxima competición europea supone un espaldarazo. Y todo teniendo en cuenta que en junio disputará el primer Mundial de Clubes en su nuevo formato, representando a España junto al Real Madrid. Un Atlético que se ha ganado por derecho propio ser uno de los clubes más prestigiosos del mundo y un candidato al título.
Simeone tiene como objetivo esa final del 31 de mayo en Múnich. Y en este calendario tan cargado, cada partido cuenta. Acabar en el Top-8 implica la clasificación directa a octavos y evitar una eliminatoria a vida o muerte en febrero. Los dieciseisavos, cuya ida se jugará el 11 o 12 de febrero y la vuelta, una semana después. Ya no es solo el riesgo de la eliminación, es la carga de partidos, tensión y minutos en las piernas de los futbolistas.
Y más teniendo en cuenta que el 8 de febrero el Atlético visita el Bernabéu para medirse al Real Madrid en Liga. El esfuerzo de jugar con diez durante 66 minutos contra el Bayer Leverkusen se pagó ante el Villarreal. Simeone tuvo que rotar, dejó en el banquillo a Giménez, De Paul, Griezmann... y el equipo se resintió. Reducir el calendario y el riesgo de lesiones es otro apartado fundamental en juego en Austria. Un Top-8 con un valor enorme para el Atlético. Ganar en Salzburgo tiene mucho premio.
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