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SEVILLA

El genio de Isco y otros brotes mínimos

El Sevilla, que se ilusiona con los destellos del malagueño, al menos corta la sangría.

Kike Salas, junto a sus compañeros.
PAU BARRENAGetty

La exhibición de Isco, todavía sin estar a pleno rendimiento, no fue la única buena noticia en Champions League. Otros detalles esperanzadores le dieron algo de lustre, el mínimo, al Sevilla. Cortó su sangría de goles por primera vez este ejercicio. Siete encuentros le costaron para recuperar una de sus señas de identidad, la fortaleza defensiva. La virtud, reseñable, podría tener trampa: el FC Copenhague es una broma. Y el equipo de Julen Lopetegui no le avasalló.

A falta de físico para llegar con un último impulso a los desenlaces, las ideas vuelan en la imaginativa de Isco. Repartió juego, el nivel de los daneses le ahorró esfuerzos y puso de gol. Sus diabluras hicieron temblar al FC Copenhague, animoso en contadas contras y en sus intentos por aire. José Ángel y Kike Salas, soberbio, formaron en una línea sin fisuras, con Gudelj, práctico y sin un solo error, y Álex Telles. La irrupción de los canteranos le cortan el camino a Nianzou, una de las dos inversiones más importantes del verano. La otra, Marcao, sigue en el ostracismo.

Precisamente, son las incorporaciones quienes siguen en faena de ponerse a tope. Delberg y Januzaj acumulan ratitos. Dolberg, de momento, no dice nada y al internacional belga le esperan para después del parón de la semana que viene. Ese es el verdadero lastre, que los refuerzos no suban el nivel, con la excepción de Isco. Desde el cierre de temporada con el Athletic (1-0), no dejaba el Sevilla su portería imbatida. Ese aspecto está siendo uno de los quebraderos de cabeza de Lopetegui. El balance chirría: 14 goles en siete compromisos. Una media temeraria de dos por partido. Fue con Dimitrovic, en su primera titularidad de la temporada. Nada que achacar a Bono, desde luego. Visto el panorama, el riesgo podría radicar en novedades en el banquillo. Con lo poco potable que tiene en este momento, el guipuzcoano se propuso idear un bloque más fiable. Sin tirar cohetes, encadena dos buenos resultados, con sus múltiples matices: arietes erráticos, dos buenos proyectos de canteranos, pero sin experiencia en la élite, pólvora que va y viene, más el aderezo de un genio que añora compañía.