El furor por la Champions se apaga
A una semana de enfrentarse al Slovan de Bratislava quedan por vender unas 2.000 entradas
Uno de los grandes rompecabezas del Girona este verano fue como repartir las entradas para los partidos de la Champions. La negativa de la UEFA a autorizar las gradas supletorias de Montilivi reducían considerablemente el aforo del estadio, dejando al club con más abonados que asientos disponibles. Desde la entidad que preside Delfí Geli se optó por no incluir estos partidos en el abono y por establecer un sorteo para asegurarse que todos los abonados, por lo menos, pudieran acudir a uno de los cuatro partidos que el equipo tiene que disputar en casa en esta fase. Parecía que el problema iba a ser la escasez de entradas, pero está siendo justo el contrario.
A una semana para el partido contra el Slovan de Bratislava quedan todavía unas 2.000 entradas por vender. Evidentemente hay un hecho particular de este partido que no puede omitirse: el rival y el horario. Es sin duda el equipo menos atractivo que pasará por Montilivi y el partido se jugará el martes que viene a las 21:00. Además, los de Míchel acumulan dos derrotas en dos partidos en la competición, limitando sus opciones de acceder a la siguiente fase de la competición. No está ni mucho menos descartado, pero será difícil. Pero además de todos estos condicionantes hay un malestar de fondo en la afición por cómo se está llevando a cabo todo el reparto de las entradas. Y eso también afecta.
Una de las imágenes más sorprendentes del duelo contra el Feyenoord, que supuso el debut del Girona en la máxima competición continental, fue ver partes de la grada vacías. Tanto es así que el propio club emitió un comunicado explicando cómo había ido el reparto de las mismas, en un acto de transparencia agradecido por los socios. En total, contra el conjunto neerlandés, quedaron vacantes unas 1.000 localidades, fruto principalmente de gente que no acudió al partido pese a tener entrada (llovió bastante) y a entradas que se liberaron a última hora. Antes de arrancar el choque solo quedaban a la venta 112 localidades, pero los huecos en las gradas fueron mayores.
Es por eso que ante el Slovan de Bratislava el club ha bajado el precio de las entradas que quedan a la venta, que ya puede comprar cualquier aficionado. Los socios que se apuntaron al sorteo no han comprado todas las que pidieron y todo hace pensar, lamentablemente, que Montilivi no se llenará.
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