El Brest vive su proeza en un exilio a 113 kilómetros
Recibirá al Madrid en Guingamp porque su estadio no cumple los criterios de UEFA. “Jugamos los ocho partidos fuera”, se lamentan.
![Brest's team celebrates with their supporters after winning the UEFA Champions League 1st round day 1 football match between Stade Brestois 29 (Brest) and Sturm Graz, at the Roudourou Stadium in Guingamp, western France, on September 19, 2024. (Photo by FRED TANNEAU / AFP)](https://img.asmedia.epimg.net/resizer/v2/INBLF43RWUBZDEMEW7LEKJCRXM.jpg?auth=1d1c2c35efb9b922c9afee08ef9e27f06efac43d34cdcb65d863b8b34ef68c5e&width=360&height=203&focal=3723%2C2045)
Como dice Éric Roy, técnico del Brest, “en la Champions jugamos todos los partidos fuera de casa”. Sí, también los de teórico local. El Stade Brestois y la propia ciudad de Brest están teniendo que acogerse a lo más estoico del carácter bretón para soportar el vivir el gran año de sus vidas fuera de su hogar, el centenario estadio Francis-Le Blé. Cuando cada vez era más palpable la casi inimaginable presencia del equipo de la región de Finistère en esta Champions, rápido se generó el pánico. ¿Se podría jugar de alguna manera al calor de su gente? La respuesta inmediata de UEFA fue un ‘no’ que aún resuena, por doloroso, en Brest.
Un panel de expertos del máximo organismo continental se desplazó el pasado 22 de marzo a inspeccionar el estadio y el veredicto fue contundente: de las cuatro gradas, todas aptas para los criterios de seguridad de la Ligue1, solo una cumplía lo requerido por UEFA. Además de lo surrealista que tendría que ser jugar con tres cuartas partes del estadio cerradas a cal y canto, tampoco se podría hacer. Esa única grada con el visto bueno solo podría acoger a 4.500 aficionados, y el aforo mínimo exigido para un partido de Champions es de 8.000. Hubo que buscar un incómodo plan alternativo.
![Brest's players celebrate after winning the French L1 football match between Stade Rennais FC and Stade Brestois 29 (Brest) at Roazhon Park stadium in Rennes, western France on January 18, 2025. (Photo by DAMIEN MEYER / AFP)](https://img.asmedia.epimg.net/resizer/v2/QTE3QNWVBLSEARSM3X5T3SOYNM.jpg?auth=0d789c345b0ab5faa58e42c2963a870649cff9029a9fd739d15b422101cad1c3&width=360)
Pudo serlo Saint-Denis, el templo de la selección francesa en París, pero la afición del Stade Brestois se manifestó en contra. La solución fue acudir a un club ‘vecino’ pero muy rival, el En Avant Guingamp, a 113 kilómetros de distancia tierra adentro. Una entidad que ya es una rara avis en sí misma. Guingamp solo cuenta con 7.200 vecinos y el coqueto estadio de su equipo, el Roudourou, tiene capacidad... para 16.000. Eso sí, avalado por UEFA. Ese otro club-milagro jugó allí la Copa de la UEFA y dos veces la Europa League, la última hace solo once años. Así que hasta allí, a Guingamp, le ha tocado llevarse los bártulos a los hinchas del Brest para ver a su equipo ganar al Sturm Graz (2-1), empatar con el Leverkusen (1-1) y doblegar también al PSV (1-0).
Un alquiler de 20.000 euros
No le sale gratis tampoco al Brest el tener que tomar la carretera y ‘mudarse’ cada partido europeo. El alquiler de Roudourou le cuesta 20.000 euros por partido. Pero es más bien la cierta tensión entre dos clubes rivales. “Históricamente es un gran derbi en la Bretaña y las relaciones entre hinchadas no es buena”, explica Pierre Henry, periodista de Le Télégramme y que cubre la actualidad del rival madridista este miércoles. Roces pero con matices, o al menos, matizados. “Ambos equipos no han jugado el uno contra el otro desde 2010, porque cuando uno está en Ligue1, el otro en Ligue2 y viceversa”, desarrolla Henry, que además apunta a la buena relación entre los presidentes de ambas entidades.
![Guingamp (France), 23/10/2024.- Pierre Lees-Melou (R) of Brest scores the 1-1 goal during the UEFA Champions League soccer match between Stade Brestois 29 and Bayer 04 Leverkusen, in Guingamp, France, 23 October 2024. (Liga de Campeones, Francia) EFE/EPA/YOAN VALAT](https://img.asmedia.epimg.net/resizer/v2/ZCIIVWNE63YUHQJMXGY5KU64W4.jpg?auth=75a923a4789f063531f63891ed6e0e7cb6df3d7067a955707497ef006f35a2aa&width=360)
Un tormento logístico
Sucede que el En Avant Guingamp, el club propietario del Roudourou, ha tenido que modificar cuatro veces (por ahora, porque deberá hacerlo también en dieciseisavos) la disposición interna del recinto para poder ‘crear’ la zona de los hinchas visitantes. La venta de entradas fue un problema porque el Brest usa un software distinto, las carreteras sufrieron colapsos para recibir a la marea roja en Guingamp, los ultras locales se negaron a que los del Brest ocuparan su grada... Un pandemonio que lo será menos, seguro, cuando aparezca el Real Madrid. Lo expresa gráficamente el periodista Pierre Henry: “En Rondourou caben 16.000 espectadores y creo que podrían haberse vendido 50.000 entradas...”. Si París bien valía una misa, recibir al campeón de Europa bien vale un exilio.
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