El balón parado y las lesiones complican el futuro del Atlético

El Atlético tuvo que pelear contra los elementos y acabó sucumbiendo por primera vez en esta Youth League. El equipo rojiblanco regresaba a Alcalá con el pleno de victorias en su casillero y encabezando con brillo su grupo. Y todo comenzó según lo planeado por Fernando Torres, con un penalti bien provocado por Urzain a los ocho minutos de encuentro, adelantándose a un Joel Ordóñez por el que el Brujas se ha rascado el bolsillo, y siendo objeto de la zancadilla del ecuatoriano.

Niño convirtió con maestría, para marcar por cuarto partido consecutivo, y los espacios se fueron abriendo en el ataque colchonero, donde Raihani Ennaou tuvo dos jugadas claras para ampliar la ventaja. Lo que podía parecer de partida una tarde plácida, con la defensa repeliendo bien las intentonas belgas, se acabó convirtiendo en pesadilla. El Atlético, que no contaba con Boñar por sanción ni con Sergio Díez o Salim, tres de sus grandes nombres propios y mejores conocedores de la competición, se fue replegando en exceso y el Brujas comenzó a apretar sobre la meta de Iturbe.

Y, a la media hora comenzaron los problemas. Niño tenía que salir sustituido y comenzaba una concatenación de problemas físicos. El extremo es uno de los grandes argumentos ofensivos colchoneros, que sintió el golpe y le costó volver a entrar en el partido. Los últimos minutos de la primera mitad fueron de asedio para los belgas, colgando más y más balones y exigiendo la máxima atención a los centrales. Sin embargo, los de Torres salieron del vestuario más calmados, volviendo a adueñarse del partido, con Iturbe segurísimo y rebajando las pulsaciones... hasta que las lesiones volvieron a trastocar los planes. Si Torres se veía obligado a suplir a Javier Díaz, el Brujas daba entrada al jovencísimo Furo, de solo 15 años. Y el punta revolucionó pronto el partido.

De un saque de banda cabeceó al palo, y tras el nuevo centro de De Smet se impuso una vez más en el salto, se topó con una mano extraordinaria de Iturbe, pero recogió otro rechace para empatar el duelo. Sin duda que a Torres no le gustó lo más mínimo que el delantero rematase tres veces consecutivas en su área en una jugada originada desde la banda. En cuatro minutos el técnico perdió a otro hombre clave, también lesionado Urzain, y vio como su equipo encajaba de córner el gol de la remontada para el Brujas. Un tanto de De Smet una vez más originado a balón parado del que no se pudo reponer el Atlético.

Sin más ventanas de cambios, el equipo se había orientado a proteger el resultado, y se veía obligado a atacar con defensores haciendo de extremos y varias piezas fuera de sitio. Y Santamaría también acusaba la tensión del partido, acabando totalmente roto, aunque pese a ello tuvo el empate en su cabeza. El equipo rojiblanco se volcó con más corazón que piernas y acabó cayendo ante un Brujas que tuvo a Vroman muy seguro en el juego aéreo. La mejor noticia para el Atlético fue conservar el golaverage tras el 1-3 de una semana atrás en Bélgica. Sale del duelo tocado, pero manteniendo la primera plaza, empatado a puntos con el Oporto y con el Brujas situado un peldaño por debajo con seis. Una derrota imprevista, con una ristra de bajas importante, pero con tiempo para reposar y esperar a un Leverkusen hundido (cero puntos) con la única intención de ganar y jugársela en Oporto.