Histórico. Simeone no miraba en los lanzamientos. Lanzaba una patada al aire simulando el disparo. En el primero, en el segundo, en el tercero... Sabía por los gritos de la hinchada que el Atlético encarrilaba el pase a los cuartos de final de la Champions. Cuando Lautaro lanzó el tiro al cielo de Madrid, el Cívitas Metropolitano explosionó. El Atlético dejó fuera de la competición al Inter. Mereció hacerlo mucho antes, aunque tuvo que ser a los penaltis... Benditos penaltis. En esta ocasión el equipo rojiblanco salió vencedor y Oblak fue el héroe. Nadie se movió de su asiento. Nadie quiso perderse un segundo de una noche mágica, una de esas que se recordarán para siempre. El Atlético fue el Atlético de las grandes ocasiones, ese equipo único que aparece en los momentos que quizá menos se espera.
Presagios. El Inter había ganado todo en este 2024 y aparecía como uno de los favoritos para ganar la Champions. Y desde Italia pocos aventuraban el pase del Atlético. Ya desde el momento que salió el sorteo indicaron que el Inter era mucho mejor equipo y nadie daba un duro por los del Cholo. Con el 1-0 de la ida, muchos dieron por seguro el pase del conjunto italiano. Muchos habrán descubierto ahora los motivos por los que el Metropolitano es un estadio único en Europa. Y que la afición siempre lleva en volandas a su equipo.
Remontada. Mientras escribo esto Griezmann se hace una foto con Oblak. La gente se va marchando consciente de que ser del Atleti es esto. En la grada visitante, silencio. Y estupor. Unos 3.400 seguidores del Inter estuvieron en el recinto del Atlético, que tuvo récord de aforo. Al estadio rojiblanco le hacía falta una remontada así. Hace dos años el Atlético se quedó a las puertas ante el Manchester City. En esta ocasión hubo remontada. Con buen fútbol, con emoción, con suspense, con la gente dándolo todo... Atleti en estado puro.
Honor. La gloria se consigue luchando. El fondo sur del estadio lució una pancarta con ese significado. Me está escribiendo Marina, mi niña que tan mal lo ha pasado. “Papá, es hora de volver a ir al estadio”. El triunfo hace que todos veamos con mucha ilusión el futuro más inmediato. Con esa Champions que tanto anhelamos de fondo.
Dedicatoria. Seguro que el partido nunca lo olvidará Andrea Modesti, nuestro joven seguidor de Trani. Dejó el colegio y junto a su padre Giulio se cogió un avión desde Bari. En los prolegómenos del partido se encontraba triste porque la tienda estaba llena y no había podido comprar una camiseta del Atleti. Lo hará antes de regresar a su país. Podrá presumir de haber estado en un partido de leyenda. Me acuerdo de mis amigos de la peña de Lorca, inasequibles al desaliento. Y de la abuela Herminia. Virgilio me promete un día sí y otro también que aunque es madridista se alegra de los triunfos del Atleti por ella. Muchos habrán soñado con una noche así, con un triunfo épico. El Atlético sigue en la Champions. Mientras nadie apuesta por los del Cholo, la gente vive noches mágicas.