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CHAMPIONS | BARCELONA-OPORTO

Del ”robo” de Van Lagenhove a la penúltima noche mágica del Dream Team

Los Barça-Oporto no han sido frecuentes pero dejan dos episodios para la memoria. El arbitraje de un belga en la ida de los cuartos de la Copa de Europa de 1985 y uno de los cantos de cisne del maravilloso equipo de Cruyff.

Guardiola celebra el pase a la final con Koeman por detrás después de intercambiar la camiseta con un jugador del Oporto.
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No han sido muy frecuentes los Barça-Oporto en Europa, pero sí han dejado rastro. Hermanados simbólicamente como un contrapoder a los equipos de la capital (Madrid y Benfica), de sus enfrentamientos, sin embargo, han salido chispas pese a esa complicidad. Casi 40 años después, en Oporto todavía colea el arbitraje del belga Marcel Van Lagenhove en la ida de los octavos de final de la Copa de Europa de 1985. El Barça se llevó aquel partido 2-0 con goles de Marcos y Schuster. y mucha polémica. En Oporto, aquel partido se recuerda como uno de los mayores ‘robos’ que ha sufrido la institución ‘portista’ en toda su historia. El brasileño Juary, que luego casi le da la vuelta solo a la eliminatoria en la vuelta con un hattrick que sólo neutralizó un gol de Archibald, pidió un penalti de Migueli que en Oporto se dijo que era del tamaño de la Torre de los Clérigos. “Van Leganhove lo dejó sin señalar”, escribió Cruz dos Santos desde Lisboa para el diario El País. O Jogo, periódico de Oporto, tituló: “Robado”. A Bola, desde Lisboa, escribió: “El árbitro derrotó a un Oporto inspirado”. A Juary también se le anuló un gol por fuera de juego ya con 2-0 en el marcador. Los portugueses también reclamaron que la falta que dio origen al 1-0 era inexistente. El vicepresidente del Oporto, Alejandro Magalhaes, se encaró con el delegado de la UEFA, Sergio Zorzi, y le exigió que se le quitase a Van Lagenhove la escarapela de internacional. Artur Jorge, entonces entrenador del Oporto, fue más allá e hizo unas declaraciones que a los más jóvenes le sonarán a un compatriota años después. “Esto no ha tenido nada que ver con fútbol. Hay intereses de otro tipo y el Barcelona tiene mucha fuerza”, dijo. Las imágenes están en Youtube para quien guste. TV3 admite en el resumen que el colegiado no tuvo su mejor día…

El otro recuerdo es mucho más bello para el Barça. El 27 de abril de 1994, y en un formato que la UEFA implantó sin éxito, Barça y Oporto jugaron la semifinal de la Champions a partido único en el Camp Nou. Los azulgrana fueron locales porque habían sido primeros de uno de los dos grupos de cuatro que se hacían entonces. El Oporto había sido segundo en el grupo del Milán. Los dragoes venían con Bobby Robson al mando. En el Barça, Cruyff había tocado con éxito el equipo durante la temporada. Se había ‘cargado’ a Laudrup, que terminaba contrato, para apostar en Liga y Champions por Koeman, Stoichkov y Romario; con un sistema algo retocado y un punto más de juego directo. Así le remontó la Liga al Depor y llegó a la semifinal, en la que arrasó al Oporto. El búlgaro, en un año mágico para él que acabaría coronando con el Balón de Oro después de un gran Mundial con Bulgaria, hizo un doblete empujando dos centros de Sergi, que había sido la revelación de la temporada en el Barça. El 3-0 lo marcó Koeman con un zambombazo impresionante que metió a Vitor Baia dentro de su portería. Un tirazo memorable que el holandés, ídolo de ídolos desde que dos años antes había marcado el gol más importante de la historia de club en Wembley, lo celebró a lo grande. El Barça ya estaba en la final de Atenas, donde se iba a medir al Milan, que había derrotado en la otra semifinal al Mónaco. Fue el penútimo de cisne del Dream Team, arrasado en Grecia por los de Capello antes de que Cruyff hiciese limpia. En Europa, dejó una última gran noche contra el Manchester United (4-0), pero luego terminó de explotar.

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