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NÁPOLES-REAL MADRID | KVARATSKHELIA

“Crecí viendo al Madrid por la TV; ahora quiero ganarle en el campo”

Khvicha Kvaratskhelia (Tiflis, 2001) es, junto a Osimhen, la estrella de un Nápoles que recibe hoy al Madrid. Antes, se sentó a charlar con AS sobre la visita de los blancos.

Kvaratskhelia posa para la cámara en una sesión fotográfica con el Nápoles para promocionar la camiseta de esta temporada.

Khvicha Kvaratskhelia (Tiflis, 2001) ya ha escrito su nombre en la historia del fútbol. Con Osimhen, ha sido el héroe del primer y único Nápoles campeón de Italia sin Maradona. En el campo encara sin miedo a cualquier rival, pero, fuera de él es un chico humilde y tímido. Su prioridad, antes de fichar por el club azzurro, fue asegurarse que su pareja, Nitsa Tavadze, pudiera seguir sus estudios de medicina. Se sonroja ante los cumplidos aunque, hablando en georgiano con la ayuda de su compatriota Salome Kharatishvili, poco a poco su espíritu competitivo sale a la luz. Kvaradona recibió a AS en el SSC Napoli Konami Training Center antes de medirse por primera vez con el Real Madrid, equipo al que admiraba en la tele durante su infancia en Tiflis. Y al que ahora quiere batir en la Champions...

‘Khvicha’, su cara aparece en cada rincón de Nápoles. ¿Lo sabe usted ya, no?

Claro… (ríe). Siento el amor de esta gente cada vez que pongo un pie fuera de casa y no puedo estar más agradecido. Sin ellos, no habríamos llegado tan lejos. Sentirte tan arropado te da una energía distinta. Lo bonito es que da igual el estadio o la ciudad a la que vayamos, siempre aparece un napolitano sonriente y listo para darte cariño. Todos ellos se merecen lo mejor.

Cerró el curso pasado con 14 goles y 14 asistencias…

Lo conseguí porque encontré un grupo, un cuerpo técnico y un staff increíbles. No habría llegado a estos números yo solo. Todo funcionó perfectamente.

Será, para siempre, uno de los héroes del primer Scudetto sin Maradona.

La gente celebró durante meses, pero me di cuenta de lo grande que era lo que habíamos logrado tras la victoria contra la Juve en abril. Regresamos a Nápoles y estaba la autopista bloqueada por los tifosi, no podía creerlo. Subimos al techo del bus y festejamos con ellos. Yo me puse un sombrero con el Scudetto, lo sigo guardando con cariño.

El Scudetto se celebró en cada rincón del planeta. El nuevo lema del club es Desde Nápoles, hacia el mundo.

El crecimiento internacional es evidente, sentimos la importancia que tiene ser azzurro por todo el mundo. Nos clasificamos para los cuartos de Champions y tenemos la fuerza para seguir apuntando a llegar lejos en Europa. Pudimos hacer incluso más el año pasado.

Cruyff decía que el fútbol se aprende por la calle. Usted lo hizo así y parece llevar aquel espíritu intacto.

Los futbolistas georgianos crecimos jugando por la calle. Tenemos el mismo estilo, el que forjas entre los edificios, como le pasa a los brasileños. Lo seguía haciendo también cuando empecé a entrenar en los equipos: volvía y jugaba en la calle con mis amigos. Allí es donde disfrutaba de verdad.

Pasó de la calle a ser campeón de Italia y uno de los candidatos al Balón de Oro.

Llegando desde un país tan pequeño era difícil imaginar todo esto, me hace sentir que metiendo el alma en lo que haces, tu sacrificio tiene premio. Sueño con ganarlo, algún día, como lo sueñan todos.

¿Quién cree que lo levantará en la próxima edición?

Creo que Messi.

¿Cuál es su gol favorito?

El que marqué contra el Atalanta estuvo muy bien. Y el último, contra el Udinese, también estuvo bien.

Con ese interrumpió una sequía que empezó en marzo.

Como futbolista, sabes que no puedes estar siempre a la altura de lo que te piden. Debes ser consciente de que momentos como este te tocan y trabajar para mejorar tu juego. Las críticas no me importan, de verdad: a mí solo me interesa ayudar al equipo, da igual si es con un gol o con una asistencia. Eso sí, echaba de menos la sensación que notas cuando metes un gol.

Hablando de goles, contra España anotó uno que, quizás, cambió su carrera.

Tenía 19 años. Marcar contra España en un estadio como el Dinamo Arena de Tiflis fue hermoso. Tuvimos ocasiones para ganar, pero no lo logramos, aunque aquel gol me hizo creer más en mí mismo. Un tanto no es suficiente para cambiar una carrera, pero cada uno aporta un paso más a tu camino.

La última vez que se cruzó con la Roja sufrió un durísimo 1-7, hace apenas unos días.

No fue nuestra noche, son cosas que pasan en el fútbol. Somos un equipo que puede jugar cara a cara contra cualquiera y lo vamos a demostrar. Estoy seguro de que a ningún equipo le hace feliz cruzarse con Georgia.

¿Sigue a Mamardashvili, su compañero de selección, que es dueño y señor de la portería del Valencia?

Claro. Es un gran amigo, tiene un verdadero talento y es un gran profesional. Le considero uno de los mejores porteros del mundo.

Ahora le toca una noche histórica: llega el Real Madrid al Diego Armando Maradona.

Crecí viendo al Madrid por la tele y ahora son mi rival en el campo, además en nuestro estadio. Imposible no ser feliz con una noche como esta.

Dijo que entre sus ídolos estaban dos blancos, Guti y Cristiano Ronaldo.

Los miraba e intentaba imitar su juego, sus fintas, sus remates. Me inspiraban.

El canterano español quiso regalarle su camiseta.

Adoraba la manera con la que trataba el balón, estuve mirando sus jugadas durante toda mi infancia y nunca habría imaginado que, algún día, me habría llamado para tener este detalle. También nos intercambiamos mensajes y me hizo feliz. Fue como cumplir el sueño del pequeño ‘Khvicha’.

En Georgia hay muchos hinchas del Madrid…

Ya, pero creo que ahora habrá más del Nápoles (ríe).

Entre sus rivales estará otro gran extremo izquierdo como es Vinicius.

Es buenísimo, un enorme talento: el mejor en este papel. Será una gran experiencia jugar contra él y contra los campeones que tiene el Real Madrid. Modric, Bellingham, Kroos… Podría nombrar a toda la plantilla. Los respetamos mucho, son jugadores de nivel top.

¿Qué Nápoles se encontrará el Real Madrid?

Un equipo que respeta a todos, pero que no le tiene miedo a nadie. Somos los campeones de Italia y haremos todo lo posible para ganar este partido.

Dijo que quiere llegar lejos en la Champions League. El Nápoles nunca se había clasificado para los cuartos.

Ha sido un gran objetivo, y ahora soñamos con superarlo, no queremos parar. El tiempo nos dirá hasta dónde podemos llegar en Europa.

¿Cómo han vivido el cambio en el banquillo?

Antes que nada, debo darle las gracias a Spalletti: creyó en mí e hizo explotar mi potencial. Nunca tendré palabras suficientes para demostrarle mi agradecimiento. De vez en cuando hablamos y nos sigue apoyando. Rudi es un gran entrenador, estamos mejorando poco a poco para aprender sus tácticas y su visión. Estoy seguro de que pronto llegaremos a nuestra mejor versión. Somos un grupo disponible y con ganas de seguir las ideas del míster.

Usted y Osimhen se entienden de maravilla.

Es que Victor es un chico especial, como lo veis en el campo: siempre está disponible para echarte una mano, en la cancha y fuera.

¿Le da las gracias por todas sus asistencias?

Sí, siempre (ríe).

¿Cuál es el defensa que más le complica la vida sobre el terreno de juego?

El capitán, ¡Di Lorenzo!

Logró mucho, pero apenas tiene 22 años. ¿Qué objetivo tiene para su futuro?

Me queda muchísimo por mejorar y quiero ganar todo lo que es posible ganar.

¿Un sueño?

Tengo dos: levantar una Champions y disputar una Eurocopa o un Mundial con Georgia.