Cambios que no cambian

El viaje de vuelta desde Lisboa fue duro para el Atlético. El 4-0 de Da Luz es un jarro de agua fría a las ilusiones rojiblancas. Muy poco que rescatar, o directamente nada, como se lanzó a decir Oblak. Nada salió bien. A Simeone no le funcionó ni el plan A ni el B. A él tampoco le estaba gustando lo que veía y en el descanso hizo un triple cambio que sorprendió no tanto por realizarlo —no es la primera vez que lo hace— sino por las piezas que sacó. Y a la hora de partido había gastado las cinco sustituciones. El equipo no se enderezó. Muchas notas para libreta, ninguna buena.

Pocos hubieran acertado los nombres de esta triple sustitución del intermedio. Salieron Koke, De Paul y Griezmann, tres de los puntales del Cholo. “No salió lo que queríamos”, explicó el míster en primer lugar. “Sabemos la importancia que tienen estos jugadores. Queríamos piernas y juego aéreo, pero enseguida vino el penal...”, agregó. “Los cambios no nos dieron lo que otros días. La responsabilidad es del entrenador que los hace”, concluyó en la sala de prensa del estadio. Por ellos tres, para tratar de aportar esa frescura, entraron Gallagher, Sorloth y Serrano, redebutante con sus primeros minutos de la temporada. Era un órdago y no salió bien.

Es muchas ocasiones los cambios funcionan a la perfección, como las entradas de Correa y Sorloth en Bilbao y la de Julián en Vigo. En otras, con dobles o triples sustituciones para remodelar al equipo, no tanto. El caso de este miércoles en Lisboa quizá no tenía mucho arregló, pero el plan pinchó. La otra vez en que hizo tres cambios al descanso sorprendió aún más. Fue contra el Espanyol, tras una primera parte de 0-0 pero en la que los rojiblancos habían sido muy superiores (13 remates, 4 a portería). Para evitar sobrecargas y para buscar otras vías al gol, quitó a Julián, Lino y Nahuel por Barrios, Llorente y Griezmann. El 0-0 no se movió. Ante el Leipzig hubo otro tres por tres, pero ya pasada la hora de partido, en busca de energías renovadas. El Atleti ganó en el minuto 90.

Contra el Villarreal y el Rayo, ambos fuera de casa, Simeone envidó al descanso con un doble cambio. En La Cerámica sorprendió quitando a Sorloth, que había marcado justo antes. El resultado no mejoró (iba 2-2 y así terminó), pero sí se vio un equipo más sólido y menos partido. En Vallecas, había sido tan malo el primer tiempo, tan pobre en actitud como explicó el propio Koke, que la charla y los cambios y el paso al 4-2-3-1 (con Sorloth, Julián y la entrada de Correa y Griezmann) reactivaron, sin excesos, al equipo.

Simeone aún está en proceso de conocer a su plantilla, con siete incorporaciones, y cómo acomodarlos en el campo, de tocar teclas. El once varía partido a partido (el calendario y las ausencias obligan), el dibujo también y las sustituciones sirven para corregir o para incidir en una idea aportando piernas frescas. Por ahora, los triples cambios al descanso no están saliendo bien. San Sebastián es el próximo examen para titulares, cambios y “el entrenador que los hace”.

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