Camavinga ‘honoris causa’
El francés fue el hombre orquesta de Ancelotti contra el City: recuperó balones, evitó la amarilla y como guinda, el gol del empate. Recorrió 11,5 kilómetros en el partido.
Estaba apercibido, pero la advertencia fue para Guardiola. Camavinga como volante fue una de las mayores lecciones de cara al Etihad. Ya fue un elemento reactivo en la remontada de hace dos temporadas. En esta ocasión, Cama fue actor principal y no un secundario alzando (mucho) la voz. Como titular en la que para muchos es su posición fetiche, aunque no para él (“prefiero jugar de pivote”), el de Cabinda se doctoró. El gol fue solamente la guinda de todo lo demás.
Camavinga estuvo en todas partes. En la tela de araña blanca que no dejó al centro del campo del City, el despliegue del de Cabinda fue crucial. Controlado, en una faceta que en otras ocasiones le costó disgustos, amarillas prematuras y sustituciones en el descanso. Una cartulina le hubiera dejado sin vuelta y la regateó. No por falta de ímpetu. Robó seis balones, completó una entrada con éxito, interceptó un balón e igualó con Bellingham como el futbolista que afrontó (12) y se impuso (seis) en más duelos. Todo acompañado por sus 11,5 kilómetros recorridos, por encima del promedio del líder del Madrid en Champions: Carvajal, con 11,1 por partido. Ancelotti pidió dos cosas, “coraje y personalidad”. Oído cocina. “Tanto el equipo como yo lo hemos hecho, ha sido un buen partido. Hemos jugado bien, pero no hemos ganado. Tenemos que hacer muchos más esfuerzos en la vuelta”, sentenció Camavinga.
Y por supuesto, el gol. Una de las peticiones de Carletto de puertas para adentro para con el centrocampista: más llegada. También propia. “Debo tener más concentración, marcar más goles, dar más asistencias y estar más enfocado... ¡Y también tengo que mejorar con derecha!”. Esos deberes se autoimponía en marzo. Con el encuentro en estado de alarma, escuchó de Reggiolo y a sí mismo. Control en banda, conducción horizontal y chut. El acta le sustrajo el tanto, por haber golpeado en Rúben Dias, pero ello no le arrebató la celebración de alegría desbordada. “Todo el mundo me dice que tengo que chutar más y lo he hecho hoy. Lo más importante es el gol para el equipo”, sintetizó. “El empate es casi como una derrota”, analizó Valverde. Sin Camavinga y su estupendo partido, el discurso habría sido diferente.
Revancha en el Etihad
Si hace dos temporadas brilló como agitador, la pasado no pudo hacerlo de inicio. Aunque no tuvo la oportunidad de exponer sus aptitudes como centrocampista. La lesión de Mendy y su polivalencia le ‘obligaron’ a ser el lateral izquierdo del Madrid en la eliminatoria. Bernardo Silva fue una pesadilla que supo explotar, auspiciado por el planteamiento de Guardiola, las carencias del tres improvisado. El próximo miércoles en el Etihad, esta vez sí, con Kroos de pivote, Camavinga volverá a aparecer como interior. Tendrá su revancha particular. Consagrado tras su exhibición. Contar con el alemán como sostén permite que el 12 pueda poner en marcha la maquinaria, sin las limitaciones posicionales intrínsecas a la posición de ancla. Al City of Manchester se presentará un Camavinga doctorado honoris causa.
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