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Cabeza alta, corazón encogido

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Tenemos que estar muy satisfechos con la imagen que ha ofrecido la Real Sociedad en todo un escenario gigante como es el Parque de los Príncipes. Especialmente en la primera parte. Realmente, ha sido muy emocionante ver competir al equipo txuri-urdin cara a cara y sin complejos contra un súper equipo como es el Paris Saint Germain, siendo superior en muchos tramos y haciendo méritos más que suficientes como para haber llegado al descanso por delante en el marcador. Eso nos va a quedar para siempre, uno de esos momentos históricos que recordaremos durante toda la vida, porque no es habitual verle lucir de esa manera en uno de los campos más grandes de Europa.

La pena es que hacer un notable primer tiempo contra el PSG que no sirve de nada sino lo materializas en el marcador. Porque en la segunda parte las tornas cambiaron de manera radical. La Real Sociedad no dominó tanto, a pesar de mostrarse con la misma personalidad; y pagó muy caro un detalle que puede marcar la eliminatoria. Me refiero al primer gol de Mbappé, porque viene de un fallo grave de Kubo en la marca después de la lesión sufrida por Traoré. Porque a partir de ahí el equipo donostiarra se deshizo como un azucarillo de manera extraña, no fue capaz de levantarse del golpe recibido y lo acabó pagando muy caro, porque después llegó el gol de Barcola para poner mucho más complicada la eliminatoria. Y realmente pudo ser mucho peor, porque en ese momento lo pasó realmente mal y no fue capaz de parar el arsenal ofensivo del PSG.

La sensación que me queda es que el golpe que recibe con el primer gol del PSG es que le deja tan tocado que no es capaz de levantarse, y que llega a duras penas al final del encuentro de la mejor manera posible para poder conseguir el mejor resultado posible dentro del contexto en el que se había generado en el partido. Y creo que al final lo logra, aunque evidentemente el resultado final nos deja a todos muy chafados. Sobre todo porque sin gol es imposible soñar con cualquier tipo de heroica. Pero esta Real se ha ganado el derecho a creer. Lo que hay que hacer es levantarse de verdad de este primer round y preparar con mimo y con sangre en los colmillos el segundo round que se disputará en el el Reale Arena. Duele mucho, claro que sí; pero más disfrutaremos de la gloria cuando llegue. Porque me agarro también a la estadística. El PSG ha caído perdiendo en la vuelta en las dos ultimas temporadas en esta eliminatoria de Champions. Así que espero que no haya dos sin tres. Nos vamos de París con la cabeza alta, pero el corazón encogido. Que una cosa es soñar, y otra bien distinta no ser consciente de la cruda realidad.

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