Brahim aprieta a Rodrygo
El malagueño volvió a triunfar ‘disfrazado’ de Bellingham y su rendimiento grita titularidad. El brasileño ha perdido algo de fuelle y necesita impulso.
Con la derecha o con la izquierda. Es indiferente. Brahim regateó con la primera y silenció el Red Bull Arena con la segunda. Un zurdazo enroscado al palo largo. Gulácsi sólo pudo lamentarse y sacar el balón de la red. El primer gol del partido, el último. El malagueño fue la bebida energética del Real Madrid en Leipzig. El MVP. Sin Bellingham, fuera durante tres semanas por un esquince en el tobillo izquierdo, Brahim. Una vez más. Sexta ausencia del inglés. Sexta titularidad del 21, que exprime cada oportunidad con fuerza. Lo volvió a hacer en la ida de octavos de Champions. Se disfrazó del pichichi blanco, le dedicó el golazo con un abrazo a la grada, le mandó un mensaje muy adecuado por San Valentín (”le quiero mucho. Desde el primer momento congeniamos súper bien; le estoy ayudando con el español y es un grande, un crack mundial”) y pidió la titularidad. Eso lo hizo con fútbol, no a los micrófonos. Con o sin el de Stourbridge.
“Siempre que ha jugado por Jude, no he querido cambiar el sistema, ha ido más por dentro”, explicó Ancelotti. En esas seis noches han llegado cuatro de sus ocho tantos esta temporada. Récord. Con el tercio final de curso por delante, ya ha batido su techo (marcó siete en el Milan en la 2020-21 y también en la 2022-23). Pero como rossonero necesitó 1.868 y 2.684 minutos respectivamente y los ocho de la 2023-24 han llegado en 1.184′. Cada 148′ se encoje de hombros, festejo con marca registrada incluido; cada 107,6′ participa, añadiendo a la ecuación sus tres asistencias, en un gol de manera directa. Números, y sensaciones, que aprietan a Rodrygo...
No “pensar en el gato”
El brasileño tiene toda la confianza de Ancelotti. Toda. Los 200 partidos con el Real Madrid, cumplidos en Alemania, y sus apariciones con capa como claves en los éxitos recientes del club son un contrapeso suficiente. Además, el italiano valora muy positivamente el fútbol participativo, creativo y vertical de Rodry, también su esfuerzo defensivo en la primera línea de presión, pero tanto el técnico como el jugador son conscientes de que el gol está siendo demasiado guadianesco. “A mí me han enseñado que si le dices a alguien ‘piensa en todos los animales menos el gato... lo que hace es pensar en el gato’. Él está jugando y aportando, eso es lo importante. Nunca hablaré con él de los goles que no marca, jamás”, bromeó el de Reggiolo antes de enfrentar al Girona. Como respuesta, el de Osasco enjauló un tanto de bandera. Pero, de momento, es el oasis en los últimos siete partidos.
Sus números globales son indiscutibles. Con 13 goles y ocho asistencias, es el segundo máximo goleador y empata con Bellingham como máximo asistente del Madrid, pero su factor indiscutible y físico de hierro atemperan su promedio: 2.554 minutos, para marcar cada 196,5′ y participar en un tanto cada 121,6′. Ya salió de un bache a comienzo de curso de once duelos sin encontrar portería. “Estaba cabreado, porque intentaba meter goles de todas las formas, y no me salía”, asumió en El País. Encontró la receta: “Llegó un momento en que vi que no me ayudaba estar cabreado, estar triste. Tenía que estar más concentrado, entrenar más, estar más tranquilo en los partidos, y desde ahí empezaron a llegar los goles”. Lo hicieron (ocho en ocho partidos). Dejó de pensar en el gato y ahora Rodrygo necesita repetir mantra. Porque pronto volverá Bellingham, Vinicius es cada día más Vinicius y Brahim aprieta partido a partido. Mucho.
Pendiente del gemelo... y de marzo
El malagueño tiene por delante tres finales más por delante. Ya sacó sobresaliente en Leipzig y en el horizonte aparecen Rayo (domingo, 14:00 horas), Sevilla (domingo 25) y Valencia (sábado 2 de marzo). Para la vuelta ante el Leipzig (miércoles 6) se espera que Jude esté de vuelta y luchará por seguir poniendo pesas en la balanza de la titularidad para entonces. Aunque pasará la noche tocando madera. En su enésima arrancada en el Red Bull Arena, terminó pidiendo el cambio en el 81′. Un pinchazo en el gemelo derecho. “No sé si se me subió el soleo. Mañana (este miércoles) haremos pruebas y no será nada”, tranquilizó en Movistar. El futbolista abandonó el campo con hielo en el músculo, pero sin apenas cojear, aunque serán los galenos blancos los que dicten sentencia. Unas pruebas que finalmente tendrán lugar mañana jueves. La sensación es que no será nada grave, pero internamente se prefiere no anticipar acontecimientos.
Si el gemelo se lo permite, Brahim seguirá apretando. Por la titularidad perenne... y por la Llamada. España juega el 22 de marzo contra Colombia y el 26 frente a Brasil y el malagueño está comprando papeletas para La Roja. Ya en diciembre informaba AS del crecimiento de su valoración para la RFEF y el rendimiento desde entonces no ha hecho sino potenciar la consideración. El jugador no exterioriza nada más que un mensaje colectivo y en clave madridista (”debo seguir así, demostrando sobre el campo el valor que tengo. Y nada más. Yo quiero ayudar al equipo, aportar mi granito de arena”), pero si nada se tuerce...