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ATLÉTICO DE MADRID

Un antes y un después en la historia del Atlético

Los exrojiblancos Raúl García, Antonio López e Ignacio Camacho se reunieron en el décimo Encuentro con Leyendas para recordar la Europa League de Hamburgo y la Supercopa de Europa de Mónaco.

Un antes y un después en la historia del Atlético

Raúl García, Antonio López e Ignacio Camacho. El cartel era inmejorable para el “X Encuentro con Leyendas: El resurgir de Hamburgo”. Un repaso a la gloriosa Europa League que el Atlético conquistó en Hamburgo contra el Fulham gracias a un doblete de Diego Forlán en la final. Las vivencias de aquella temporada de la mano de los protagonistas en un acto realizado por el club en el auditorio del Metropolitano.

El presentador del acto tomó la palabra y dio la bienvenida a los cerca de 300 asistentes. A continuación, fue introduciendo la trayectoria de los invitados. Toman asiento y da comienzo el acto, con Javier Vega, responsable del Archivo Histórico del club, como moderador del evento. La ovación a Raúl García fue atronadora, de alrededor de medio minuto. De esos jugadores que son especialmente queridos por la afición porque se dejaban todo en el campo. Además de los jugadores, entre el público también se encontraban algunos integrantes de aquel cuerpo técnico: Socorro Morales, el delegado; Oscar Pitillas, el preparador; y el doctor Villalón.

En aquella temporada 2009/10, el Atlético empezó con Abel Resino como entrenador y jugando Champions League. Destituyen al técnico, llega Quique Sánchez Flores y el equipo cae a Europa League. “La llegada de Quique la recuerdo con una muy muy buena charla en el vestuario, estabamos metidos en situaciones no muy buenas. Todo empezó de cero en una charla en el Vicente Calderón con una plantilla que estaba hundida”, expresó Antonio López, capitán del equipo.

Antonio López entra durante el acto.
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Antonio López entra durante el acto.@Atleti

El moderador entró a repasar aquella temporada europea. Primera eliminatoria en la primera edicion de Europa League contra el Galatasaray, tras haber quedado apeados de la Champions. 1-1 en el Vicente Calderón y la vuelta en Turquía. “Recuerdo que se hablaba que el ambiente iba a ser muy hostil, pero llegas y te da todo igual”, comentó López. “Todos sabemos lo que son los estadios turcos, tienes ese miedo y respeto de ver qué te encuentras, recuerdo una eliminatoria caliente que te motivaba”, afirmó García sobre el partido de vuelta. Un viaje a Turquía que terminó con una clasificación a la siguiente ronda por 1-2 con un gol de Forlán en el minuto 90.

A octavos de final contra el Sporting de Portugal. Empate otra vez en casa, a cero, y todo se vuelve a decidir fuera de casa, en Lisboa. “Te lo vas creyendo a medida que avanzas de ronda y tienes un buen grupo humano. Vas eliminatoria a eliminatoria”, explicó López.

Cuartos de final contra el Valencia. “Una jugada un poco controvertida”, comentó el moderador. A lo que Antonio López respondió entre risas: “Yo no vi el penalti a Zigic”. “Antonio todavía tiene su camiseta en casa, con el VAR nos hubiesen liquidado”, afirmó Camacho. Ese partido fue en punto de inflexión, el Atleti venía de unos años en los que era “el pupas”, añadió. Antonio López marcó uno de los goles de aquella eliminatoria. “Mi madre decía que la conseguimos gracias a mí”, dijo riéndose.

Entre una cosa y otra, disputando eliminatorias muy ajustadas y saliendo victoriosos por la mínima, el Atlético de Madrid se plantó en semifinales de Europa League. Contra el todopoderoso Liverpool. 1-0 en Madrid con gol de Forlán y la vuelta en Anfield, con un resultado corto, pero con una portería a cero que sería fundamental. Empezaron los ingleses ganando con un gol de Aquilani, se va el partido a la prórroga y 2-0. Hasta que Forlán metió el 2-1 en el 103’. “Si ibamos a hacer algo grande, qué mejor que Liverpool y Anfield. He sido muy crítico siempre conmigo mismo, pero creo que aquel día fue un partidazo”, dijo Raúl García. “Conseguimos salir vivos de allí. Veníamos ganando por la mínima y sufriendo. Y pasar contra ese equipo y esa afición fue algo muy bonito. Acabó el partido y fuimos corriendo a celebrarlo con nuestra afición”, sentenció Camacho.

Raúl García responde a los aplausos del auditorio.
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Raúl García responde a los aplausos del auditorio.@Atleti

El último escalón, la final de Hamburgo contra el Fulham. Largas colas en el Calderón para conseguir una entrada. 12.000 espectadores se plantaron en Hamburgo. “Cuando llegas a una final, es una pereza increíble. Por preparar los viajes, las entradas para los familiares… Son momentos de nervios, de ganas, pero las semanas previas son duras”, explicó García. El Fulham hizo una competición buenísima. Era un equipo muy rocoso, sin individualidades, pero muy físico. En sí el partido, no es un partidazo”, dijo López.

La final se marchó a la prórroga. 1-1, jugada por la banda izquierda de Agüero y gol de Forlán. “Se me ponen los pelos de punta de recordarlo. Tienes una sensación de haberlo conseguido”, expresó el excapitán. “La puesta en escena fue increíble. Las finales se ganan, no se juegan. Es lo más grande que te puede pasar como jugador”, dijo Camacho.

“Antes de subir a recoger el trofeo recuerdo ir a “darles el pésame" (se ríe y desata el jolgorio en el auditorio) a los jugadores del Fulham. Siempre pensé que en ese momento lo celebraría como un loco, pero no. Levantar el trofeo fue lo máximo de mi vida”, afirmó Antonio López. Una final da para muchos momentos y pensamientos. Y la lectura previa de Raúl García era otra: “El mayor miedo es lo que te vas a perder si no se gana. Son momentos muy especiales con amigos, compañeros, familia… Y sobre todo, la alegría de la gente”.

Ignacio Camacho.
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Ignacio Camacho.@Atleti

Al día siguiente y con toda la euforia el equipo volvió a Madrid para celebrarlo por las calles de Madrid. “La llegada iba a ser espectacular, el Atlético de por sí es muy disfrutón. Teníamos ganas de llegar a Madrid y enseñársela a nuestros aficionados”, explicó Camacho. El recorrido habitual que se suele hacer en estos casos, autobús descapotable y paseo por Madrid enseñando el trofeo hasta llegar a Neptuno. “Había tanta y tanta gente por las calles, estaba Madrid a reventar. Se pasa muy rápido y piensas que ojalá ese momento durase para siempre”, comentó el excapitán.

Aquella final quedó marcada para siempre en la memoria rojiblanca. Hace unas semanas, uno de los artífices de la Europa League, Diego Forlán, explicó en una entrevista para AS que aquel título supuso “el puntapié para cambiar la energía mucho más negativa y pesimista que había en el club”. Y, según Camacho, lo que llevó al éxito al Atlético de Madrid fue “el sentimiento de pertenencia que había, es lo que le hizo grande. Los valores, el sacrificio y la afición”.

Una semana después llegaría la final de Copa en el Camp Nou contra el Sevilla. “Otra posible alegría”, comentó este último. 50.000 aficionados del Atleti en Barcelona, el mayor desplazamiento de la historia del club. Aunque esta vez salió cruz. “Ese día fue espectacular. Estuvimos un buen rato aplaudiendo a la afición y recuerdo que después de eso me vino un policía y me dijo: Antonio, que habéis perdido, os tenéis que ir. Los mismos aficionados lo recuerdan como algo espectacular, esa unión entre plantilla y afición”, explicó Antonio López. La demostración de la afición aquel día quedará para el recuerdo a pesar de la derrota.

Meses más tarde, el Atlético de Madrid se vería las caras contra el Inter de Milán, vigente campeón de la Champions, en la final de la Supercopa de Europa. En Mónaco, con 7.000 aficionados rojiblancos desplazados y con Diego Godín y Filipe Luis como refuerzos de lujo aquel verano. “Aquel partido lo recuerdo con menos presión que el resto. Ellos eran los favoritos y tenían la presión”, comentó Lopez. “Eso hace que juegues más liberado”, añadió García.

El primer gol lo marcó José Antonio Reyes, que fue el mejor de aquella final, y después Agüero anotó el segundo. La final estaba encarrilada, pero llegó un penalti en contra de Raúl García: “Ahí pensé: ya la he liado, pero apareció David (De Gea) y lo paró”. Y otra vez campeones. “Estabamos muy bien trabajados, teníamos calidad de sobra y sabíamos que si teníamos ocasiones las ibamos a meter. Ellos fueron confiados y lo acabaron pagando”, añadió Camacho. “Aquella noche la Supercopa de Europa durmió en mi casa”, comentó el excapitán a modo de anécdota.

Una vez finalizado el acto, los exjugadores se quedaron para hacerse fotos con todos los asistentes con los trofeos y las camisetas de aquellas dos temporadas históricas para el club rojiblanco.

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