El Athletic acumula rodaje ante un Chivas muy inferior
Berenguer y Sancet, estelares en un equipo que mostró mucha superioridad en San Mamés. Un entrenamiento con público. La vuelta del Torneo Árbol de Gernika, en julio
Athletic y Chivas iniciaron los actos por el 125 aniversario de la fundación del club bilbaíno. Comparten muchas ideas y, sobre todo, una filosofía similar, ya que los bilbaínos sólo actúan con gente del entorno y los de Jalisco, con jugadores mexicanos. Con menos afluencia de la esperada en la grada, un tercio poblado que deparó un ambiente muy desangelado, se notó el distinto rodaje de ambos conjuntos. La Liga ha parado, pero el equipo bilbaíno se trae mucho carrete desde agosto, tanta exigencia como la que se pide para ser cuartos, en zona Champions, a estas alturas de curso. Las Chivas aún se están adaptando a los métodos de Paunovic y es un bloque a media cocción. Berenguer hizo mucho y se notó, y en la segunda parte Sancet aportó unos pocos destellos que también arrancaron aplausos. Fueron los mejores en una tarde invernal en la que puede decirse los vascos realizaron un entrenamiento con público.
Ambos clubes articularon dos amistosos, con ida y vuelta a la vieja usanza sin ‘goal average’, sin límite de cambios, aunque con tres ventanas para hacerlos, sin que una fuera el descanso. Este es el Trofeo Árbol de Gernika, que se resolverá el 16 de julio de 2023 en el estadio Akron de Jalisco. Valverde puso en liza un once bastante reconocible, con Vesga y Dani García como pivotes, un dúo ya clásico del pasado reciente. Tras la pertinente ofrenda floral de los aztecas, por tratarse de su primera visita a San Mamés, se vio un partido blando, sin una férrea presión ni tampoco un dueño claro. Eso sí, Yeray no entiende de amistosos y se empleó con la contundencia habitual, como si los puntos contaran para la Liga.
También brillaron en la primera parte Yuri, que va cogiendo el tono a la espera de ser el de antes, y, sobre todo, un Berenguer que tuvo la primera ocasión nada más arrancar. En las Chivas, los más impulsivos eran Cisneros por una banda y Muñoz entre líneas, pero la estrella fue el meta Jiménez, que evitó un resultado más amplio. Su labor contrastó con la de Agirrezabala e Iru, que casi ni sudaron. Tras minutos de verdadero correcalles, con un toma y daca entretenido, eligieron un juego más posicional y Muniain cogió las riendas. Muñoz se dejó caer en el minuto 23 ante Yeray en el área y este le reprochó la picardía. Villalibre tuvo una buena ocasión, que no pudo embocar. De sus botas nació el 1-0 a la media hora de juego, tras filtrar un pase a Berenguer, que cruzó muy bien a las mallas. El extremo estuvo muy participativo desde la derecha y a la salida de un córner centró perfecto, aunque Yeray, completamente solo, no pudo cabecear a gol.
La segunda parte entró en el esperado carrusel de cambios y se perdió algo el ritmo. El Athletic mudó toda su defensa. Y en los visitantes, entró Beltrán, autor del 0-1 ante el Getafe. Los leones se dedicaron a controlar el partido, aunque con pocas llegadas, pero menos tuvieron los jugadores del Guadalajara. Tocaban y tocaban, hacían grande el campo y frente a la idea rival de buscar pelotas a la espalda de la zaga en la primera parte, tras el descanso, se diluyeron. Al final Txingurri empleó a 22 jugadores, todos los que tenía.
Morcillo tuvo el 2-0, pero el que lo firmó fue Sancet, con un control, recorte y disparo. Fue coser y cantar para los leones, con Guruzeta sumando minutos y rozando el gol, con la clara demostración de que está muy fino. Capa volvió a tener minutos y Balenziaga acabó de interior. El ‘Rebaño Sagrado’ lanzó su primer córner cerca del final, se quiso estirar, pero no tuvo capacidad. Lekue metió en apuros a Iru, que solventó la papeleta. Herrera no pudo actuar, aquejado a última hora por un cuadro de gastroenteritis. Lo próximo del Athletic será la sesión del martes, se supone que ya con Iñaki Williams tras el descanso por la corta participación mundialista con Ghana. Luego solo faltarán por incorporar su hermano Nico y Unai Simón.