Locura en las taquillas para ver la final ante el Girona

La soledad semanal del Heliodoro se volvió a alterar. Normalmente, salvo cuando entrena el primer equipo o es día de partido, la zona donde está emplazado el estadio es tranquila. Quienes alquilan las pistas de tenis de los aledaños disfrutan de su partido sin ruidos, los vecinos pasean relajados a sus mascotas y hasta los bares de la zona trabajan con cierta quietud. Este vez, como ya sucediera en la víspera del derbi, la monotonía se vio alterada.

Es que desde las nueve de la mañana se abrieron las taquillas del Rodríguez López para que el abonado pueda canjear su abono –sin pagar nada a cambio-, de cara al partido de vuelta que se jugará el domingo 19 de junio ante el Girona. Además, tenían la posibilidad de adquirir una entrada a un precio más reducido. Por eso desde la noche del lunes había gente esperando.

Uso minutos antes de la hora prevista se habilitaron siete taquillas que a ritmo lento, pero constante, fueron despachando localidades. La cola daba media vuelta al estadio ya que miles de aficionados se acercaron para asegurar su lugar en la final. Por primera vez en la historia, el Tenerife puede volver a la élite jugando en casa. Y esa oportunidad, nadie la quiere perder.

"Por una vez que nos toca aquí y después de que se dio todo de cara contra Las Palmas, no podía faltar", decía un aficionado, ya muy cerca ya de tener el ticket en la mano. "Por mí como si el gol del ascenso lo marca Ramis o el portero en el último minuto. Me da igual. Lo importante es ascender", apuntaba otro.

Durante todo el día se seguirán vendiendo y canjeando entradas para los abonados, por lo que el lleno promete. A partir del jueves se pondrán a la venta las que queden para el resto de los aficionados con precios que van desde 30 a 65 euros. Es cuestión de horas para que se coloque el cartel de 'No hay billetes' y el Heliodoro, solo por unos días, recupere su normalidad.