El Racing es el campeón
Fiel a su estilo, tomándose el partido en serio, concediendo poco y marcando tres buenos goles, el Racing fue justo vencedor sobre un Andorra sin ritmo
La gran temporada del Racing ha acabado con el justo título de primer campeón de la historia de la Primera División RFEF. Y el trofeo se va para Santander después de un partido en el que el Racing fue coherente con su campaña. Desde el once inicial, titularísimo, a la seriedad con la que el equipo de Guillermo Fernández Romo gestionó el partido. El Racing fue el Racing hasta el último minuto de la temporada. Ni el mes de asueto fue capaz de desnaturalizar al campeón. El Andorra jugó a lo suyo, pero a cámara lenta.
Ya desde el pitido inicial se vio que ambos equipos llegaban al desértico A Malata dispuestos a ser fieles a sí mismos. El Andorra monopolizando el balón y el Racing, ordenado, cerrando líneas de pase por dentro, y esperando la posibilidad de lanzar a sus liebres a la contra. Así han llegado ambos a este partido de campeones. El problema es que a los de Eder Sarabia le faltaba ritmo. Todos los pases eran al pie y la mayoría a cámara lenta. Sin prisa, pero con pausa.
Lo mejor del primer acto, con muchísima diferencia, fue el tanto de Cedric. Un oasis en el desierto. Apertura de Pablo Torre a la izquierda, al espacio por donde aparecía Javi Vázquez, y desde allí el sevillano puso un pase medido al nigeriano, que se hizo un hueco en la frontal entre los dos centrales. Y a partir de ahí, la maniobra de Cedric la podría haber firmado Benzema: control orientado con el muslo izquierdo y, a botepronto, trallazo durísimo junto al palo izquierdo de Nico Ratti, que no pudo más que mirar como el cuero reventaba las mallas. Golazo.
La segunda mitad arrancó todavía mejor para el Racing, que a cada minuto que pasaba parecía más cómodo en el campo. La defensa y los dos estajanovistas de la presión que tienen por delante, Ïñigo y Tienza, se sobraban para blindar a Parera, mientras que los otros cuatro estaban preparados para matar a la contra. Y lo hicieron. Hubo primero un mano a mano de Pol Moreno que sacó muy bien Nico Ratti, pero los dos tantos llegaron en dos contras de manual. Una, combinando, con un pase para untar de Pablo Torre a Cedric y la otra con una carrera brutal de 50 metros de Soko, que resolvió recortando con maestría.
La parte final del partido, con el Andorra tan ayuno de chispa como de ánimo (solo tuvo un tiro a puerta, bien tapado por Javi Vázquez), fue la fiesta fin de curso perfecta para los cántabros, con sus dos centenares de fieles disfrutando en la grada al grito de ¡Campeones, campeones! y los futbolistas exhibiendo autoridad de campeón en el césped. La que se han ganado con unos resultados extraordinarios. La Primera RFEF tiene un gran campéon.