La Selección ilumina a Ferran
El valenciano dobla sus cifras con la Selección: frente a los 0,26 goles por partido que hace en el Barça, marca 0,54 con España. En Sevilla marcó su único hat-trick con la Selección.
Ferran Torres (29-2-2000) tiene fe en que Sevilla le aclare las ideas hoy en el partido contra Portugal. La ciudad le inspira. En La Cartuja hizo su único hat-trick como jugador de la Selección el famoso día del 6-0 a Alemania, una de las mayores expresiones futbolísticas de lo que sueña Luis Enrique con la Selección. El caso de Ferran, la diferencia entre sus números en la Selección y en el Barça, merece un análisis. A las órdenes de Luis Enrique ha marcado 13 goles en 24 partidos (0,54). Con Xavi, 7 en 26 (0,26). Su promedio, por tanto, es el doble con España.
Aterrizado en Barcelona el pasado mes de enero después de que el Barça desembolsase 55 millones de euros al Manchester City, si bien algunas fuentes aseguran que el traspaso se fue hasta los 62 millones, Ferran empezó lúcido. Después de un debut oscuro en la Supercopa, en la que acusó la inactividad de la lesión (fractura en el pie derecho) que se produjo en la semifinal de la Nations League ante Italia, en Milán, apenas vio el balón contra el Madrid en Arabia. Luego, sin embargo, sólo una semana después, marcó un golazo en San Mamés, en Copa; y luego se estrenó en Liga en Vitoria y también le marcó al Atlético de Madrid.
Todo parecía ir bien para Ferran que, sin embargo, empezó a entrar en barrena. Algunas voces alrededor del Barça entienden que el jugador empezó a autopresionarse demasiado. Su precio, y sus mismas ganas de triunfar, le han generado ansiedad hasta el punto de estar cerca de llegar a las lágrimas en algún partido como el del Nápoles, pese a que aquella noche había hecho un gol de penalti. Más allá de partidos puntuales como el del Bernabéu, el resto de su media temporada en el Barça no ha sido excelente. Y sus gestos de auto-frustración, algunos tal vez exagerados porque le da la cosas al equipo, han ido en crecimiento.
En Barcelona ya hay instalado cierto debate sobre si Ferran vale el precio que se pagó por él. Y hay que saber vivir con eso. Ferran es un jugador devastador con espacios, como demostró precisamente contra el Madrid o como también ha enseñado con la Selección. Su partido contra Alemania, como sus goles con Italia en la semifinal de la última Nations en otra de sus noches memorables, hablan de un jugador con un instinto especial para atacar los espacios. A Ferran, que siempre ha declarado su preferencia por jugar en la banda derecha, le falta, sin embargo, habilidad para desbordar en situaciones de uno contra uno en la banda, donde carece de ese ingenio para improvisar con el regate. SIn espacios, el fútbol se le complica, porque lo que mejor hace es atacarlos. Además, le está costando localizar los ángulos. Ha desaprovechado una cantidad ingente de ocasiones claras desde que juega de azulgrana, obsesionado por buscar los rincones más que la misma portería. Para ser súperelite, la efectividad es obligatoria.
Para Luis Enrique, sin embargo, es indiscutible. Capaz de mantener niveles altos de intensidad durante los partidos, obediente tácticamente y con una tremenda capacidad física para desmarcarse una y otra vez. Aparentemente, en la Selección se quita presión y fantasmas y se expresa mejor. Sevilla es el mejor sitio para inspirarse.