El talón de Aquiles del Espanyol
Con nuevo entrenador y una plantilla renovada, tendrá el equipo numerosos márgenes de mejora la próxima temporada. Como en el rendimiento fuera: el peor de siempre.
Tras la permanencia y la llamada consolidación, buscará el Espanyol dar un salto adelante la próxima temporada. Pero no de boquilla, sino a través de su nuevo entrenador y de una renovación profunda en la plantilla. Es evidente que el margen de mejora es amplio en muchos aspectos, y lo positivo para el club desde el punto de vista analítico es que algunos de sus males se pueden detectar fácilmente. Como el talón de Aquiles de esta recién concluida temporada.
Clasificación | PTS | PG | PE | PP |
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Lo que más ha condenado al Espanyol a terminar decimocuarto, a solo cuatro puntos del descenso pese a no haber tenido opciones reales de bajar en todo el curso, ha sido el rendimiento a domicilio. De hecho, los pericos han firmado su peor puntuación fuera en toda la historia de la Liga, desde que las victorias suman tres puntos. Únicamente nueve ha sumado en sus 19 salidas, con un desolador balance de una victoria (la de Mestalla ante el Valencia, 1-2, el 31 de diciembre), por seis empates y hasta 12 derrotas. Solo en la temporada 2001-02 se igualaron esos registros, pero a cambio consiguió 38 en casa, por los 33 actuales.
Hasta ahora, tanto en la era Cornellà como anteriormente en Montjuïc exceptuando aquel curso de hace dos décadas y Sarrià, el récord negativo se situaba en los 11 puntos de las temporadas 2009-10 y 2015-16. Y el récord positivo lo ostentan los 33 puntos de la campaña 1995-96, con José Antonio Camacho en una Liga de 22 equipos (y, por tanto, no 19 sino 21 salidas), seguidos por los 27 puntos de la 2016-17, cuando con Quique Sánchez Flores acabó el Espanyol octavo. Ese es seguramente el camino.