El adiós a un capitán de leyenda
Oier Sanjurjo, después de 15 años en el primer equipo y 356 partidos vistiendo la camiseta de Osasuna, jugará el domingo su último partido con Osasuna. Esta tarde ha vivido un emotivo y merecido homenaje.
Con El Sadar como testigo, rodeado de familia, amigos, todos sus compañeros de equipo, directiva y cuerpo técnico, y cientos de aficionados poblando las gradas del feudo rojillo. El capitán de Osasuna, Oier Sanjurjo, no podía despedirse de otra manera, tras anunciar hace unos días que no continuará en el club rojillo. Ya entonces las redes se poblaron de mensajes de cariño al de Estella, hoy lo ha vuelto a sentir en el estadio en el que ha jugado tantos partidos. Atrás quedan 15 temporadas en el primer equipo rojillo y 356 partidos vistiendo la camiseta del conjunto navarro, el sexto jugador que más veces lo ha hecho en la historia del club.
Ha habido tiempo durante todos estos años para ascensos, descensos, lesiones, alegrías, goles, alguna que otra lágrima y, sobre todo, mucho trabajo sobre el terreno de juego y en el vestuario.
Pasadas las seis de la tarde, el capitán rojillo saltaba al césped de El Sadar, acompañado por el presidente, Luis Sabalza, en medio de una sonora ovación y mientras los capitanes de cada uno de los equipos del club rojillo ondeaban la bandera de Osasuna. El acto comenzó con un vídeo de imágenes de la vida, dentro y fuera de los terrenos de juego, del navarro.
El primero en tomar la palabra fue el presidente del club que aseguró: “Hoy se mezclan muchos sentimientos. Por un lado tristeza porque Oier no estará la próxima temporada y por otra, alegría de ver a tantas personas, que llevan a Osasuna en su corazón, en este homenaje”. Refiriéndose al protagonista, dijo: “Por encima de todo es osasunista. Es un chaval que ha crecido llevando Osasuna en su corazón. Tuvo la valentía de salir a Vigo buscando minutos y volver para ser protagonista. Es la extensión del entrenador sobre el campo. Es un capitán que por encima del brillo individual hace que sus compañeros sean mejores”. Sabalza quiso referirse a los chavales de la cantera allí presentes: “Aquí tenéis un espejo en el que miraros. Oier no siempre ha tenido las cosas fáciles, pero jamás se rinde. Es el ejemplo de los sueños que se cumplen, pero se cumplen porque se persiguen y con trabajo. Honra a su equipo dentro y fuera del campo. Es una leyenda”.
El presidente rojillo no ha pasado por alto que: “Cuando llegué a la presidencia, viví situaciones muy duras y Oier siempre arrimó el hombro. Es justo que hoy le dé las gracias”. Y para terminar se refirió al capitán diciéndole: “Dejas a Osasuna en una situación que ni tu ni yo hubiéramos imaginado hace unos años. Quiero que te sientas orgulloso”, dijo fundiéndose en un abrazo con el 6 rojillo.
Llegó el turno de un emocionado Oier que no pasó por alto dar las gracias absolutamente a nadie. Destacó el agradecimiento a su mujer e hijos: “Vosotros sois los que me sostenéis todos los días”, y a sus padres: “Aita, ama… ¿qué deciros? Vosotros me habéis inculcado todos los valores; trabajo, respeto… Os quiero”.
Por supuesto, tuvo tiempo para dedicar unas palabras a sus compañeros, a algunos de los cuales les costaba reprimir las lágrimas: “Mis compañeros de fatigas y todos los jugadores con los que he tenido el gustazo de compartir vestuario, lo que para mí siempre ha sido mi segunda familia. Hemos compartido experiencias vitales. Trabajando juntos y en equipo hemos sido capaces de dar respuesta a situaciones complejas, poniendo siempre por delante el interés común y no el individual. Así lo entendemos y así lo hemos hecho”. Y continuó emocionado: “No os podéis imaginar lo que he disfrutado de vosotros. Os voy a echar muchísimo de menos, cabrones”.
Para ir acabando apunto: “Me voy amigos y amigas. Cierro una etapa con una inevitable mezcla de sentimientos encontrados. Con la tristeza de saber que mañana será la última vez que voy a poder disfrutar del entrenamiento como jugador de Osasuna en Tajonar, todo un lujo, un tesoro. Con la nostalgia de ser consciente de que se acaba la oportunidad de poder compartir momentos inolvidables con vosotros en el día a día. Hoy os pido que nunca olvidemos de dónde venimos y que siempre seamos plenamente conscientes de hacia dónde queremos seguir caminando todos juntos”. Para acabar, manifestó: “La realidad ha superado cualquier sueño que pudiera imaginar. El patrimonio emocional y el aprendizaje que he acumulado en esta aventura, es enormemente enriquecedor. ¡Gora Ossauna!”.
Las sorpresas no habían acabado para Oier Sanjurjo. Emocionado vio el vídeo que le quisieron grabar excompañeros, a modo de agradecimiento, como Puñal, Cruchaga, Miguel Flaño, Hugo Mallo, Damià, Cejudo, Nino, De las Cuevas, Oriol Riera, Xisco, Fran Mérida, Brandon y su compañero Roberto Torres.
Un aurresku en su honor y el regalo de su foto enmarcada celebrando el gol marcado al Getafe y una camiseta suya, con su propia cara sobreimpresa, enmarcada, fueron los regalos que recibió por parte del club. Luego llegó el turno de inmortalizar el momento con su familia, compañeros y amigos. El capi no se libró del manteo de sus compañeros.
Un poco más calmado, ya en la sala de prensa confesó que le costó controlar sus emociones: “Creo que me he dejado todas las lágrimas en casa. Aterrice Tajonar con 17 años, con humildad y un poco de vergüenza. Veía a mis compañeros y pensaba que eran mejores que yo. Poco a poco me he ido haciendo mi camino. Siempre he estado para sumar. Nunca he tenido la pretensión de ser un futbolista de primer nivel pero el camino me ha llevado en esa dirección. Igual eso me ha hecho tener los pies en el suelo. Mucha culpa de eso la tiene mi entorno. Han pasado muchísimas cosas en estos años”.
Curiosamente debutó con el equipo ante el que se despedirá de Osasuna, el Mallorca: “Estoy muy orgulloso de todo lo que he vivido, precisamente porque no ha sido fácil”. Sin palabras para explicar lo que ha vivido hoy, sabe que el domingo será muy especial. De momento no sabe dónde estará su futuro, si seguirá jugando al fútbol o no, pero tiene claro que el domingo quiere una victoria. Ha recordado que ha jugado de todas las posiciones menos como portero y delantero. Con la sinceridad que la caracteriza ha confirmado que su escasa participación le hacía saber que su tiempo en Osasuna había acabada: “Haber estrenado El Sadar, jugar en el centenario como capitán… Lo he cumplido todo. Tengo que reconocer que jugar poco este año me ha afectado un poco”. Y ha desvelado que para él, el momento más duro fue en que su segunda lesión de rodilla: “Estuve a muy poco de tener que retirarme y fíjate lo que me ha venido después. ¿Cómo no voy a estar agradecido? El mejor momento igual ha sido hoy, que mis hijos hayan visto ahí a su aita”.