El Real Valladolid Promesas, a un paso de consumar su descenso
La derrota inmerecida del filial blanquivioleta ante el Racing le deja pendiente de una carambola a dos jornadas para el final liguero.
No por complicada que fuera la empresa dejó la decepción de apoderarse de algunos jugadores del Real Valladolid Promesas. Oído el silbatazo del colegiado, recibido apenas un puñado de segundos antes el gol del Racing, el descenso a la Segunda RFEF está cerca de ser un hecho, que lloraron ya en el mismo verde los vallisoletanos. Aunque El Sardinero vio al filial ser superior al campeón, la falta de acierto de cara a puerta y el postrero tanto hicieron el resto.
Con seis puntos menos que el Bilbao Athletic y tres menos que el Talavera, solo una carambola puede evitar que el filial caiga con sus huesos en dicha categoría. Para que esta pudiera darse, los pupilos de Julio Baptista necesitan ganar a Deportivo y Zamora, que el filial bilbaíno pierda ante Racing y Sanse y que los manchegos sumen tres puntos, ni más ni menos, ante Cultural o Calahorra, propiciando un triple empate a 42 puntos.
En este caso, se revisaría la 'mini-clasificación' entre los tres contendientes, que sería favorable a los intereses pucelanos, toda vez que ganaron los dos envites ante el Talavera y en Los Anexos ante el Bilbao Athletic. Entretanto, los manchegos vencieron tanto en Lezama como en El Prado, lo que haría que tuvieran seis puntos frente a los tres de los rojiblancos. Por tanto, la empresa es harto complicada y pende de un milagro de terceros.
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Con todo, lo que está en las botas de los de Baptista no sería descabellado que se cumpliera, ya que, sin ir más lejos, en El Sardinero estuvieron durante muchos minutos más cerca de ganar que de la derrota cosechada. No le pesó la situación clasificatoria para imponerse en sensaciones a un Racing a medio gas, contra el cual los blanquivioletas cuajaron un partido muy meritorio con no pocas ocasiones, sobre todo en las botas de Sergio Benito.
Sucedió que la pelotita no entró, al contrario que a sus rivales por la permanencia... y que al propio conjunto racinguista, que asestó en mazazo en el minuto 92, por mediación de Marco Camus, en una de las pocas oportunidades claras de los suyos. No había margen para levantarse, ya que el colegiado había decretado tres minutos de tiempo complementario, que se consumieron como un fósforo y dejaron el descenso a la Segunda RFEF a un solo paso.
