En casa del debutante, pata de palo

La U.D. Las Palmas estrenará Can Misses, estadio de la U.D. Ibiza-Eivissa. Equipo en el que se encontrará con el extécnico amarillo Paco Jémez y el canterano amarillo Cristian Herrera. Será el conjunto balear el decimoquinto debutante al que visitan los grancanarios en lo que va de siglo, algo que dista de ser un buen presagio para los de Pío XII.

Si ya de por sí los ibicencos con Paco Jémez se han mostrado invulnerables en casa, siete partidos en los que no conoce la derrota y ha ganado cuatro encuentros, se suma el hecho poco propiciatorio de Las Palmas cuando juega de visitante en casa de un debutante.

Decimos esto porque en los catorce partidos anteriores que ha disputado en el estadio de un recién ascendido a Segunda, Las Palmas tan solo se ha traído tres puntos de vuelta a Gran Canaria en tres ocasiones, dos de ellas ante filiales. Atlético Malagüeño, Villareal B y ante el U.D. Extremadura. Ante los de Almendralejo fue cuando consiguieron la última victoria y data del 16 de septiembre de 2018. Posteriormente a esa fecha ha visitado los campos de unos neófitos Rayo Majadahonda, Fuenlabrada y Amorebieta. En todos esos partidos cosechó empates, dos cero a cero y el último, esta misma temporada a un tanto contra los vascos.

Si bien las victorias no suelen ser habituales en estos casos, Las Palmas permanece invicta desde enero de 2013, cuando salió derrotada de Anduva en la jornada 40. Un partido que heló el alma del aficionado amarillo ya que a falta de dos partidos sacaba a los grancanarios de la zona de promoción, una plaza por la que peleaba junto a la Ponferradina. Una sexta posición que cerraría in extremis en la última jornada, cuando a pesar de vencer en casa al Numancia, perdió en la Nueva Condomina en el cierre. Por lo que tuvo que esperar que la Ponfe pinchara en dos partidos seguidos, como así sucedió. Especialmente recordado fueron los dos goles anotados por el examarillo Mauro Quiroga vistiendo la camiseta del Lugo con un Quique Setién en el banquillo en el último encuentro liguero.

Desde ese día de 2013 no pierde Las Palmas en casa de un debutante. Pero echando la vista más atrás, hacia los ocho partidos previos a la última derrota, en cuatro de esas ocasiones Las Palmas se vino de vacío del campo del debutante. Ciudad de Murcia en 2004, Ponferradina y Vecindario en el 2006, y el gran taponazo de Santo Domingo de 2010 así lo atestiguan. En este tramo se produjeron las otras dos victorias restantes, de las tres conseguidas en este siglo XXI. 0-1 ante el Atlético Malagueño en 2003 y Villareal B por 2-5.

En este tiempo, por tanto, Las Palmas ha disputado 14 partidos, en los que ha acabado ganando 3 partidos, empatado 6 y perdido 5. En ocho encuentros no fue capaz de anotar un gol, promediando 0,79 tantos por partido. Por contra, sus rivales consiguieron de media 1,29 goles y en cinco ocasiones dejaron a cero la portería los grancanarios.

A nadie extraña que el Ibiza con Paco Jémez como local no haya dejado ningún partido sin marcar goles, promediando 2,42 goles por encuentro. Además en todos los partidos lo hizo al menos por partida doble, salvo ante el Leganés. No obstante, a excepción del Eibar, en todos los encuentros disputados en Can Misses con el grancanario en el banquillo sus rivales anotaron. Promediando 1,29 goles por encuentro. El partido irá por los derroteros que dicte el Dios del fútbol, sin embargo, a priori, se plantea un encuentro donde se juegue de poder a poder y es que como dijo Saúl Coco del rival amarillo, “es un equipo que no anda con medias tintas”.

Las Palmas recupera el olfato goleador

Una de las señas de identidad de Las Palmas es la posesión, el que más de la categoría, justo por delante del Ibiza, rival de este fin de semana. Este hecho internamente se asocia en fútbol como una característica ofensiva y es que como decía Saúl ayer en rueda de prensa "somos un equipo que propone". Algo que une a la cantidad de disparos que realiza, tercer máximo chutador de la temporada.

Arrancaba la liga con los amarillos a lomos de la posesión y el gol como característica principal. Creciendo hasta alcanzar el que sería el pico de la temporada, tercer puesto. Cuando concluía el primer tercio de la temporada tras conseguir su primera victoria a domicilio, los pupilos de Mel eran los terceros máximos goleadores de la categoría y los séptimos más chutadores a puerta. Además habían anotado en once de los catorce encuentros disputados.

Sin embargo vino el parón. Llegó el invierno y como si de una finca de aguacates se tratara, la producción goleadora de Las Palmas se cayó. Desde ese pico a inicios de noviembre hasta su valle a mitad de marzo, en el partido ante el Girona, pasó de ser el tercer máximo goleador de la categoría a ser el sexto por la cola.

Las Palmas había perdido el olfato y con él la pelea codo con codo con la sexta plaza. Paradójicamente a lo largo de este tramo, empeoró su puntería pero mejoró sus números de tiros. Fueron los terceros de Segunda que más chutaban cuando antes eran los séptimos. Solo Valladolid y Almería, dos popes de Segunda, tiraban más a portería.

Tras tocar fondo, en decimocuarta posición, García Pimienta agitó a la plantilla. Sadiku volvería al ataque y comenzaba a exigir a Kirian aportación, con tintes pigmalionicos. Necesitaba goles y necesitaba jugadores que se responsabilizaran de ello. "Kirian está teniendo minutos y es un jugador importante porque prácticamente juega de momento siempre. Y naturalmente pues tiene que aportar mucho más. Lo está haciendo y el equipo necesita que siga con ese nivel, porque tiene la capacidad y creo que lo está haciendo bien".

Y el equipo empezó a responder al tratamiento. Desde entonces se ha convertido en el máximo equipo goleador de Segunda con diez tantos, empatado con Mirandés y Valladolid, promediando dos por encuentro. Además, ha enlazado seis partidos consecutivos marcando. El máximo de la temporada está en nueve encuentros, del 24 de octubre al 12 de diciembre.

Así Las Palmas ha vuelto a sacar su esencia, el gol. Y con el gol ha vuelto a reverdecerse en una pelea por la sexta plaza que, como decía la historia, no ha logrado nadie salvar tanta ventaja a las alturas en las que estaba tras caer ante el Girona.