El día la marmota blanquiazul
El Espanyol no se sacude de encima al VAR. En Anoeta le privó de un punto y se repitió la historia en el Wanda. Ante el Atlético de Madrid, este curso, los partidos duran 100 minutos.
Lo imposible. 95 minutos de lucha, yendo primero al paso, luego al trote y al final al galope no le sirvieron al Espanyol para salir con puntos del Wanda Metropolitano. Hacer sudar a un equipo como el Atlético, en su estadio, pese a estar cerca de 20 minutos con diez jugadores, es para sacar conclusiones positivas. En caliente cuesta de digerir, pero se verá mejor en frío. Aunque una cosa está clara: la pesadilla perica con el VAR parece ya habitual. Si en Anoeta, al bloque blanquiazul se le privó de un punto, en el Wanda fue el día de la marmota. El Comité Técnico de Árbitros tendrá difícil sostener por qué se señaló la pena máxima por manos de RdT. En definitiva, el Atlético sonrió, el Wanda retumbó y recorrió la banda a la carrera junto a Simeone para festejar el penalti de Carrasco, el 2-1. El Espanyol puede mantener la cabeza muy alta: Simeone tuvo que rogarle al cielo para ganar, otra vez.
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Inexplicable. Impotencia y enfado en su mayoría, pero multitud de sensaciones recorrieron las mentes de los jugadores del Espanyol cuando se transformó el penalti del 2-1. Darder charló con Oblak, Vicente Moreno y Sergi Gómez gesticularon y se quedaron sin saber qué había señalado el colegiado tras hablar con él y el grupo fue desfilando uno a uno por un túnel de vestuarios en el que están serigrafiadas las palabras coraje y corazón, justo lo que se hizo suyo el Espanyol ante el Atlético. Una decisión le dejó sin puntos, pero es que no ayudó que el monitor donde el árbitro vio repetidas las supuestas manos de RdT estuviese tan cerca del banquillo atlético. La presión fue tremenda y Mario Hermoso fue el mejor asistente. No dejó de señalar al colegiado dónde debía mirar. Impunidad total para acabar pitando una pena máxima ante un bloque perico que se quedó compuesto y sin premio. Como los cerca de 50 aficionados blanquiazules que se dejaron ver en las gradas del Metropolitano. Maravillosa minoría que lució los colores del Espanyol por el centro de la ciudad, en el metro de línea 7 camino al campo y en la Avenida Luis Aragonés.
Sistema. Vicente Moreno apostó por una línea de cinco defensas, tres centrales, y logró maniatar en la primera mitad al Atlético. Tal fue así que el único remate a portería fue perico: un cabezazo de Cabrera. Tras el descanso, Simeone introdujo a Cunha, Carrasco y Griezmann y todo cambió. El técnico perico metió a Aleix Vidal por Óscar Gil, fundido y con amarilla. Llegó el 1-0 y el lenguaje corporal blanquiazul no era el mejor, pero ahí estuvieron Darder y RdT para tirar del carro. Los Batman y Robin que dirigen a este Espanyol. Y sí, dénles lo que quieran (y más), pero no se pueden escapar. El medio dio un recital por momentos de conducciones vertiginosas, pases en largo estratosféricos y forzó la falta (y la roja a Kondogbia) que acabó con el gol del delantero. Un dúo que se quedó sin poderle restar puntos al Atlético. Lo cierto es que este Espanyol ya se estaba apuntando el tanto de haber sido capaz de quitarle puntos a los seis primeros clasificados esta Liga, pero debe conformarse con haberlo hecho con cinco: Madrid, Barcelona, Sevilla, Betis y Real Sociedad.
Presente. Sin puntos en el Wanda, al Espanyol le esperan unas últimas jornadas de Liga de nada. Con los objetivos ambiciosos a vista de lince, solo queda el orgullo y el no bajar los brazos. Reconforta ver cómo se están recuperando para la causa a jugadores como Calero, que está rozando un nivel más que notable, y a Melendo se le vieron destellos en el Wanda. Debería tener mayor continuidad, aunque necesita esforzarse más en la recuperación (no se libró de varias miradas retadoras por parte de Vicente Moreno). También hubo un mensaje del entrenador perico que, tras salirle bien la defensa de cinco, apostó por, al final del partido, dar entrada a Wu Lei. Con 1-1 y el Atlético con diez jugadores, deshizo su 'invento', volvió a la línea de cuatro defensas y formó con RdT y Wu Lei en punta. Quería el partido.
El detalle. Todo esto podría no haber sucedido. RdT estuvo a punto de salir del terreno de juego tras un mal pase a Pedrosa en el 68'. El punta miró al banquillo abatido y Vicente Moreno instó rápidamente a Dani Pastor a activar a alguno de los jugadores que estaban calentando en la banda. Se lo repensó, hubo reconciliación, pausa y se optó por no precipitar los acontecimientos. El resto, historia sabida.