La penitencia de Villalibre se prolonga
Le toca por cuarta vez este curso parar tras sufrir ante el Celta, con 26 minutos en el campo, una lesión en el aductor. Había soportado tres en el bíceps femoral. Peligra lo que queda de temporada.
Asier Villalibre enfilaba el túnel de vestuarios 26 minutos después de salir al verde de San Mamés tras el descanso como revulsivo para enderezar un envite ante el Celta que se puso cuesta arriba. El delantero del Athletic, lastrado este curso por hasta tres lesiones en el bíceps femoral-aductor de la pierna izquierda y sus posteriores recaídas, se marchaba cariacontecido. No tiene suerte, desde luego, aunque esta vez le afecta al músculo aductor de la pierna derecha, pero supone su cuarta lesión para prolongar un particular calvario y penitencia para el voluntarioso ariete de Gernika.
"Dentro de todo lo malo que hicimos hoy, lo peor ha sido la mala suerte de Villa. La lesión es en el abductor, no en la zona que había tenido. Es menos importante y espero que esté lo antes posible disponible", lamentó su técnico, Marcelino, calificándola tras el envite ante el Celta como "la gota que ha colmado el vaso". Villalibre suplía en el minuto 46 a Iñaki Williams y tenía que ser relevado en el 72 al reclamar él mismo el cambio por el joven extremo Serrano. Se desconoce hasta no explorarle oportunamente el tiempo exacto de recuperación, pero parece claro que causa baja para este jueves ante el Cádiz en el estadio del Nuevo Mirandilla. Padece, en concreto, según el parte médico emitido por el club de Ibaigane, una lesión muscular en el aductor mediano de su pierna derecha.
El delantero enlazó entre los pasados meses de septiembre y noviembre tres lesiones consecutivas en el bíceps femoral de la pierna izquierda, recayendo. El Búfalo sufrió su primera lesión el 21 de septiembre en el partido frente al Rayo Vallecano y se volvió a lesionar el 23 de octubre ante el Villarreal. El 19 de noviembre contra el Levante se marchó de nuevo lastimado en la misma zona de su musculatura. Un cuadro médico que le ha impedido rendir como se espera del delantero más específico del equipo. Ante el Celta, tras apenas tres carreras al espacio, en un choque sintió el dolor en el aductor que le provocó una nueva salida del campo. Villalibre maldecía su suerte. Le toca parar por cuarta vez este curso.
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