El fútbol, como la vida, es relativo. Así sucede, por ejemplo, con la situación análoga de Espanyol y Celta, en un contexto clasificatorio seguramente más mediocre de lo que desearían pero alejados asimismo de los terrores del descenso. Y ocurre también con sus propios enfrentamientos. Unos alardearán con que se impusieron (y con claridad) en el partido de la primera vuelta, mientras que los otros pueden echar en cara su racha triunfal más allá de ese tropiezo.
El vaso medio lleno o medio vacío se manifiesta en los datos. En un Espanyol que solo ha sufrido una derrota ante los celestes en los ocho últimos partidos, que se alarga hasta los 12 si solo se tienen en cuenta los encuentros disputados en casa (por ocho victorias como locales y tres empates). Pero en el cómputo de esos ocho partidos totales, de locales y visitantes, también es verdad que el Espanyol solo ha ganado una vez, el 2-1 del 18 de septiembre de 2017, con goles de Gerard Moreno, Pablo Piatti y Pione Sisto.
En el RCDE Stadium, donde ahora vuelven a enfrentarse, el Celta no ha sido capaz de ganar desde el 25 de septiembre de 2016, en un 0-2 obra de Giuseppe Rossi y (de nuevo) Pione Sisto. De hecho, el balance global de los Espanyol-Celta en feudo blanquiazul deparan solo seis triunfos visitantes en sus 65 cruces oficiales. Tal vez este nuevo enfrentamiento entre los equipos de Eduardo Coudet y Vicente Moreno ofrezca una nueva vuelta de tuerca a unas estadísticas de doble cara.