Frenazo del Castilla en Andorra

La racha triunfal del Real Madrid Castilla pegó un frenazo en casa del Andorra; no fue un inesperado, no en vano el equipo tricolor es el líder del Grupo 2 de la Primera RFEF, pero al fin y al cabo supone volver a perder, lo que el filial blanco no hacía desde el 8 de marzo, y cortar una tendencia alcista, con 13 puntos sumados de los últimos 15 posibles. En un ambiente hostil por parte de la grada del club propiedad de Gerard Piqué, el Castilla estuvo incomodísimo en la primera parte, aunque logró sacar la cabeza para ver cómo se la hundía de nuevo un Andorra abrasivo cuando ataca por fuera.

Raúl dispuso su teórico once de gala, al menos por lo visto hasta ahora, con la única ausencia del recién operado Miguel Gutiérrez, suplido por Retu en el lateral izquierdo. Un doble pivote formado por Dotor y Blanco, Aranda y Peter en las alas, Arribas poniendo la chispa en la media punta y el gigante Latasa como ariete. Sin embargo, el equipo de Eder Sarabia, otrora segundo de Quique Setién en el Barcelona, entre otros clubes, neutralizó al filial blanco en el primer tiempo con una presión altísima y haciendo daño por fuera, con Hervel y Bover en la derecha y Vilà y Marc en la izquierda. El Andorra encerró al Castilla durante un buen rato y terminó encontrando el premio con un centro raso de Vilà en el que Carlos Martínez y Bover distrajeron la atención de los centrales, facilitando la llegada solo de Hevel, al que Retu dio un metro de más.

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Hasta entonces, el duelo había sido de dominio local y parco en ocasiones, con apenas un tiro raso de Marc desde la frontal y un par de centros de Peter desde la derecha sin final feliz; en el primero, Dotor reaccionó tarde y le faltaron centímetros; en el segundo, Latasa no impactó limpio el testarazo. Pero el gol de Hevel espabiló al Castilla, que se serenó con balón y, en su acción más prolongada, dio con el empate, gracias a un estupendo pase filtrado de Blanco, un centro atinado de Aranda y un cabezazo preciso de Dotor, de cabeza, al palo más lejano de Ratti. Los de Raúl se ganaron in extremis un descanso sin turbulencias, que sí llegarían tras el mismo.

En el segundo tiempo se desplegó con más sentido el Castilla, lo que le llevó a la frontal de Ratti más habitualmente. El portero colaboró con un regalo a lo Mendy para Dotor, que no se lo esperaba y que la mandó alta con la zurda, con todo a favor. Segundos antes el Castilla había pedido penalti por un agarrón grosero de Vilanova sobre Gila; lo hubo, aunque el central madridista también sujetó demasiado en el rival, poniéndole al árbitro fácil olvidarse de la acción. Se quedó el Castilla masticando esos dos detalles y, cuando se quiso dar cuenta, volvía a remar a contracorriente.

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Fue una acción casi idéntica a la del 1-0, esta vez con Marc aprovechando la espalda de Santos, con Vilà como lanzador, y poniendo un balón raso que remató a la red el nueve del Andorra, Carlos Martínez, comiéndole la tostada a Retu, que no pasó su mejor noche en el marcaje. El Castilla le echó valor al cuarto de hora final buscando el empate, aunque a la vez se descubrió atrás, sin otro remedio. Fueron ataques con más intención que intelecto, con Sarabia refrescando piernas y haciendo correr el reloj. Aranda tuvo la mejor ocasión para el empate, con una falta desde la esquina del área; el tiro llevaba veneno, pero salió central y a Ratti le valió con poner la mano tensa. Y Arribas probó en una de las últimas jugadas tirando de pizarra; era prometedor, pero la ejecución no merecía un empate que se le escapó al filial de Raúl, un directo al mentón cuando empezaba a sentirse cómodo en el ring de la Primera RFEF.