El Racing busca director deportivo para Segunda
Si se asciende, es segura también la continuidad de Romo. El nuevo mánager debe tener experiencia en Segunda, asumir al entrenador y apostar por la cantera
La consigna es clara en el Racing: el ascenso no está hecho hasta que matemáticamente sea irreversible. Pero los números son tan buenos, tres partidos de ventaja a falta de siete por disputar, que en la planta noble de El Sardinero han tomado la decisión de empezar a buscar la piedra sobre la que edificarán, en caso de ascenso, su proyecto en Segunda: un director deportivo. En ese sentido, es firme la intención de que el nuevo mánager debe tener experiencia en la segunda categoría del fútbol español y, desde el principio, asumir tanto a Romo en el banquillo, que renueva en caso de ascenso, como la apuesta por la cantera de la casa.
A pesar de que los números de la actual temporada podrían avalar la gestión que han realizado en el primer equipo Guillermo Fernández Romo y Víctor Alonso, su amigo y director general, la anterior experiencia del Racing en Segunda, hace dos temporadas, ha convencido a Alfredo Pérez y Pedro Ortiz de que es una categoría con un mercado que no tiene nada que ver con Segunda B/Primera RFEF ni con Primera y quieren un auténtico especialista. A Romo se le puede considerar un experto en el tercer escalón del fútbo español, en el que lleva trabajando las siete últimas temporadas en seis clubes diferentes, pero nunca se ha responsabilizado de hacer un equipo en Segunda.
Por otro lado, el que sea elegido para el cargo sabrá desde el día cero que la apuesta del Racing por contar con jugadores de la cantera es firme y que en la plantilla del primer equipo eso debe tener un claro reflejo. Además, los propietarios están más que satisfechos con la estructura de La Albericia, encabezada por César Anievas, Gonzalo Colsa y Ezequiel Loza y les gustaría que siguieran al frente del fútbol base racinguista. Uno de los papeles a jugar por el nuevo director deportivo sería el de intentar evitar las fricciones que este año han surgido entre Romo y Víctor Alonso, por un lado, y los dirigentes de la cantera por otro.
Desde que Alfredo Pérez y Pedro Ortiz se hicieron cargo de la presidencia y vicepresidencia, respectivamente, del Racing, tras la dimisión de Manolo Higuera tras la debacle de Zubieta, en mayo de 2018, optaron primero por dar todo el poder deportivo del primer equipo a Chuti Molina (el resto del club no le interesaba), más tarde dieron un volantazo y montaron una estructura en torno a un hombre mucho más interesado en la cantera que en el día a día del primer equipo, Josemari Amorrortu, y esta temporada, por fin, crearon una estructura completa en la cantera y dejaron al entrenador que hiciera la primera plantilla, mano a mano con el director general. La próxima campaña, si se consuma el ascenso, habrá un nuevo modelo.
Con respecto a la continuidad de Guillermo Fernández Romo en caso de cumplir con el perseguido ascenso a Segunda, no hay debate. Pese a que no salieron bien las cosas con Iván Ania, que fue destituido en noviembre tras haber ascendido unos meses antes, en el club piensan que lo justo es respetar el contrato y que, además, el técnico que ha cumplido el objetivo se merece la oportunidad de continuar su labor en la categoría superior. Por otro lado, nada garantiza en el fútbol los resultados de un entrenador o de otro. Tampoco del que pudiera ser contratado en su lugar.
