NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

GRANADA

El Granada: cuatro puntos de orgullo para no caer en el pozo

El conjunto nazarí ha sacado su esencia en los últimos partidos. Esa de la Eterna Lucha sumando cuatro puntos gracias a una remontada en Vitoria y levantar un 0-2 ante el Rayo

Granada
Molina y Germán celebran el 1-2.
ParkerDIARIO AS

El Granada ha recuperado parte de su ADN. Ese que está escrito en las paredes de Los Cármenes y que en los últimos años ha sido el mantra de un equipo que ha hecho historia: Eterna Lucha. La Eterna Lucha que obliga a los nazaríes a nunca dar por perdido un partido, a luchar hasta la extenuación, hasta el último segundo. Esa idea de que si el rival es superior en calidad o estado de forma, no lo será nunca en ímpetu, trabajo e intensidad. Y, como dijo Torrecilla, igual hacía falta que les dieran una 'ostia' (con perdón de la palabra) para sacar ese orgullo. Pero ante el Rayo salió, igual que en Vitoria.

El Granada ha sumado cuatro de los últimos nueve puntos. Encadena dos partidos sin perder, que en este 2022 es noticia. Cuatro puntos que le han salvado de caer al pozo del descenso. Porque con Cádiz y Mallorca apretando, los nazaríes siguen al filo de la navaja, a sólo tres puntos del descenso. Pero, cuando más falta hacía, salió ese orgullo y esa fe inconfundibles del conjunto rojiblanco. Primero en Vitoria, a donde los de Torrecilla llegaron sin conocer la victoria en el 2022. Sólo valía ganar ante un rival directo que, si vencía, le adelantaba y mandaba a la zona roja a los nazaríes. Empezó bien el equipo, poniéndose por delante. Sin embargo, el conjunto babazorro le dio la vuelta al marcador para poner 2-1. Entonces apareció la magia. La fe. El orgullo. Puertas primero y Luís Suárez después le dieron los tres puntos al Granada. Tres puntos que supieron a gloria. Se llevaba a Los Cármenes tras quitarse un gran peso de encima y conscientes de que ganar seguía siendo vital. El estadio se lleno, porque la afición está respondiendo de diez a pesar de la situación del equipo, pero los nazaríes no aparecieron. Al menos en una pésima primera parte en la que se fueron 0-2 al vestuario. Torrecilla puso las cartas sobre la mesa, tocó al fibra sensible, invocó al orgullo y funcionó. El Granada, con uno más que eso siempre ayuda, logró igualar el partido en el 91 gracias a un penalti que transformó Milla y pudo llevarse los tres puntos con un cabezazo de Molina que se fue al larguero. La Eterna Lucha ha vuelto a Los Cármenes...

Desconexiones

Pero no todo es positivo. Igual que se sacó el orgullo, antes de deambuló por el campo. En Vitoria se salvó la primera parte pero, de pronto, el equipo cortocircuitó y el Alavés remontó. Fue ponerse por delante en el 50' y parecer que el trabajo ya estaba hecho. Así llegaron dos goles en cuatro minutos y otra vez a remar contra corriente. También pasó contra el Rayo. En la primera parte, el equipo no era una sombra de sí mismo. Apático, sin ganas, sin intensidad... Torrecilla admitió que no sabía que había pasado para que el conjunto nazarí no compitiense la primera parte en la que cayeron dos goles en sendos despistes y desorden. Después las tornas cambiaron y resucitó. Pero los datos están ahi. Hay que mejorar defensivamente, un debe de todo el curso. No obstante, desde la llegada de nuevo técnico el equipo ha encajado cinco goles en tres partidos. Muchos, demasiados...