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GALES - AUSTRIA

Bale, con Gales sí

El extremo, que había dejado claro en la previa que estaba a tope, marcó un soberano gol de falta. Ha jugado más minutos con su selección que con el Madrid este año.

Gareth Bale.
Gareth Bale.DPA vía Europa Press

El pasado domingo, Gareth Bale se caía de la convocatoria del Clásico. Unas molestias en la espalda tenían la culpa. Su participación, sin Benzema, se aventuraba plausible. El Madrid necesitaba gol y el galés siempre ha tenido el punto de mira bien calibrado. La lesión le privó de demostrarlo ante el Barça..., pero no frente a Austria cuatro días después. Un vídeo donde se le vio a tono en el entrenamiento del martes caldeó al aficionado madridista. Y sus declaraciones, que aventuraban una recuperación 'milagrosa', hicieron el resto: "Haré todo lo que pueda para jugar 120 minutos si me lo piden". No fueron tantos, pero los suficientes (lo cambiaron en el descuento) para haberlo hecho más con Gales que con el equipo blanco esta temporada.

Antes del pitido inicial, el 11 de los de Robert Page acumulaba 232 minutos esta campaña con su selección. Siete de un amistoso ante Finlandia en septiembre y el resto de clasificación para el Mundial. 90' contra Bielorrusia, a quienes ajustició con un tremendo hat-trick (2-3), otro partido completo en el empate ante Estonia (0-0) y la primera parte en la vuelta ante los bielorrusos; tuvo tiempo de dar una asistencia a Neco Williams y dejó el encuentro en clara ventaja (2-0 para el 5-1 final). Con el Madrid, a estas alturas de la campaña, solamente suma 270'. Un vistazo más detenido en 2022 arroja otro dato: apenas ha jugado un partido, los 74 minutos ante el Villarreal el 12 de febrero.

Para más inri, demostró algo indiscutible, su golpeo clase mundial. Gales sufría en casa contra la Austria de un David Alaba que no había estado afortunado en los primeros minutos del choque. En el 25' el colegiado señaló una falta en la frontal, algo escorada. Perfecta para un zurdo. Perfecta para Gareth. La teledirigió a la escuadra de Lindner. Poco pudo hacer pues el balón besó la madera por dentro. Tras el refrigerio, Bale refrendó que con Gales sí puede volver a ser el Expreso de Cardiff.

No por sus cabalgadas, pero sí por liderazgo y eficacia. Un córner en el 51' terminó en su bota izquierda. Pequeña conducción y zapatazo al lateral contrario. Al fondo de la red. El Cardiff City Stadium estalló con su capitán, que una vez hacía de brazo ejecutor camino de una gran cita. La victoria final pone a Y Dreigiau (Los Dragones en gaélico) a un solo paso de su segundo Mundial. El primero fue en 1958 y llegaron a cuartos de final. El escollo será Ucrania o Escocia y habrá que esperar a junio para saber quién se jugará la plaza, puesto que el choque ha sido aplazado por la invasión de Putin al país ucraniano.

A seguir haciendo historia... con su país

Bale ya lideró a Gales a su primera Eurocopa: en 2016 donde llegaron, además, a semifinales. También a la segunda, la edición de 2020 jugada un año 'tarde' por razones sanitarias (cayeron en octavos). "Estoy concentrado únicamente en este partido, en esta clasificación. Hay mucho en juego y no estoy pensando en ninguna otra cosa ahora. Esto requiere toda mi preparación de los últimos meses. No pienso en otra cosa que no sea el partido", deslizó, como aviso, en la previa. Y el que avisa no es traidor.

Ahora tiene más cerca escribir una nueva línea dorada con su país. En los 322 minutos disputados con la elástica galesa ha logrado cinco tantos y una asistencia, participando en un gol cada 53,6 minutos. En los 270' con el Madrid, un tanto, al Levante en la segunda jornada liguera. Asimismo, ha vuelto a demostrar que es futbolista de noches grandes. Su última etapa en el equipo blanco no opaca su galopada ante Bartra en la final de Copa de la 2013-14 o sus goles en las de Champions ante Atleti y Liverpool.

Ese talento hace que al aficionado madridista le escueza aún más esta oscuridad de sus años finales en la capital española. Hubo indignación en redes con el cambio de Gareth cuando en el pecho lleva el Dragón y no el escudo del Madrid. Quizá los blancos no vuelvan a disfrutarlo. El 30 de junio hará las maletas cuando termine su contrato. En Chamartín es un problema, en su país una bendición. Este jueves ha demostrado de nuevo que con Gales es otra historia. Con Gales sí.