El balón parado da una tregua a Las Palmas

Uno de los grandes dolores para Las Palmas eran la sangría constante en jugada de estrategia en contra. García Pimienta consciente de este problema comentaba “esta pequeña psicosis de que el balón parado nos condena mucho y es cierto. Por lo tanto tenemos que mejorar si queremos estar arriba”.

Se daba la circunstancia que demasiadas veces el técnico barcelonés a la conclusión de los partidos comentaba que “vuelve a condicionar el tema del balón parado”. Porque era cierto, en tres partidos seguidos se le habían escapado victorias por ese lado. La inseguridad que se generaba era un arma que sus rivales sabían y la utilizaban para sacar petróleo.

Todo esto lastraba al equipo de tal forma que la primera medida de protección fue la de evitar exponerse en la medida de lo posible a estas situaciones. De tal forma que era preferible dejar avanzar al rival en el final del campo que cortar la jugada. De ahí que los amarillos apenas cometieran falta en esa zona del campo.

Y no era para menos el miedo, en los partidos de Burgos, Zaragoza y Lugo, los amarillos se dejaron parte su candidatura a la promoción que quedó prácticamente sepultada tras la derrota en casa ante el Girona. Y fue en esos partidos en los que cuatro de los seis goles encajados vinieron de jugadas de estrategia.

Otra de las medidas más evidentes para intentar cortar la hemorragia fue la inclusión de Álvaro Valles como portero titular, sustituyendo a Raúl Fernández, más allá de los cambios en la estrategia defensiva en jugada de estrategia. Todo esto parece que va dando resultado, porque son tres las jornadas que suma de manera consecutiva Las Palmas sin recibir un gol de jugada de estrategia.

Ante el Valladolid tres de los cuatro saques de esquina botados por los pucelanos no encontraron remate local. Cifra sensiblemente inferior a la que ocurrió una semana antes frente al Girona cuando en 5 de 6 ocasiones los gerundenses se impusieron a su par.

Por agrandar el foco, los amarillos mejoraron su defensa lateral en el último encuentro con respecto al precedente. Ante el Valladolid puso diecisiete centros al área, entre faltas, saques de esquina y centro. De ese total los pucelanos remataron en cinco ocasiones, un 29% total. Tres en los límites del área, y dos en zonas más interiores. Siendo una muy clara, la de El Yamiq.

Frente al Girona, un partido en el que los amarillos se vieron con un jugador menos desde el minuto 37, Las Palmas vieron atacada su área centros un total de catorce ocasiones mediante ya fuera, de jugada o a balón parado, pero en ese partido los catalanes contactaron con la pelota ocho veces, es decir un 57% del total, casi el doble que ante el Valladolid. Algo que unido a la inferioridad numérica ayudó a consolidar la idea de que sería cuestión de tiempo el tanto que abriera la portería de Valles.

Así pues, de consolidar esta racha de tres partidos consecutivos sin encajar, Las Palmas tendrá algo a lo que aferrarse en búsqueda de una mejora en las perspectivas de aquí a final de temporada.