MALLORCA
Luis García, entre sollozos: "Si algún día me necesitan, vendré nadando si hace falta"
"Ha sido un día duro, difícil, complicado, sentía que perdía un puesto de trabajo, pero no solo eso, sino muchas cosas más, perdía un sitio donde he sido muy feliz", explica.
Una y media del mediodía, sala de prensa del Visit Mallorca Estadi. Minutos antes, un selecto grupo de aficionados le reciben en el aparcamiento entre vítores, le regalan una camiseta bermellona y una bufanda mallorquinista y al sentarse ante los medios de comunicación e iniciar su despedida, rompe a llorar como un niño al que le pasado una desgracia.
Es la imagen de Luis García en su despedida como técnico del Real Mallorca, al que ascendió a Primera con récord de puntuación en la historia del club y al que una racha nefasta de resultados ha tumbado.
Casi sin poder articular palabra, Luis García manifiesta que "ha sido un día duro, difícil, complicado, sentía que perdía un puesto de trabajo, pero no solo eso, sino muchas cosas más, perdía un sitio donde he sido muy feliz, donde he trabajado muy a gusto, donde creo que íbamos cumpliendo los objetivos que nos marcábamos..."
Pensando en un futuro que ya no es suyo, el madrileño apunta que "si os juntáis jugadores y afición, lo vais a conseguir, por eso quiero agradeceros a toda la afición ese cariño que he recibido con vuestros mensajes que me han llegado, y quiero decir que me siento uno más, he intentado entender el sentimiento mallorquín desde que llegué, la cultura del club y d ela ciudad, y he intentado adaptarme, tanto mi familia como yo, y solo quiero tener palabras de agradecimiento".
Sobre la destitución, Luis García asegura que "yo no tengo que entenderlo, lo que tengo es que aceptarlo y si me preguntan si estaba capacitado para sacar al equipo adelante, sí, y lo digo con total sinceridad, me veía con fuerzas, a los jugadores les transmitía, a pesar de la mala racha, una ilusión que no perdí nunca, pensaba y pienso que conmigo o con el que venga, lo van a sacar y lo van a sacar porque creo que, sobre todo, hay un vestuario que sabe lo que tiene entre manos".
Finalmente, Luis García Plaza se dejó querer: "Había una serie de dibujos animados en la que entre dos amigos, uno le decía al otro: 'Si me necesitas, silba', pues lo mismo digo yo ahora, si algún día me necesitan, vendré nadando si hace falta", aseguró.