Aprobados y suspensos del Barça: Aubameyang es el 'genio' de Xavi

Ter Stegen: Soberbio. Y no sólo con el balón en los pies, donde siempre dio el pase preciso y acertado, sino también con dos intervenciones muy meritorias, sobre todo una a un remate muy ajustado de Valverde. Tuvo un rifi rafe con Vinicius tras intentar un piscinazo para provocar un penalti.

Araújo: Jugó de lateral derecho para frenar a Vinicius, cumpliendo con creces. El central uruguayo no sólo tuvo un papel importante en defensa, sino que además fue vital en ataque, marcando un gran gol de cabeza, superando a un Alaba desconcertado, en un saque de esquina enviado por Dembélé. Se le vio tan crecido y sobrado, que se permitió el lujo de subir por la banda de varias acciones. No desentonó a la hora de subir el balón.

Piqué: Otro partido para enmarcar del central catalán, y ya van…Todo lo hizo con criterio y con un sentido táctico primoroso. No perdió ningún balón, intentando abrir el campo con algunas salidas en largo. Un líder de pies a la cabeza. No se le notó que estaba mermado físicamente.

Eric: Perfecto. Un partido de 10. Y no sólo en defensa sino en sus acciones con el balón, donde siempre encontró al compañero más desmarcado, ofreciendo soluciones y recursos de tipo en la salida de pelota desde atrás.

Alba: Otro viejo rockero que nunca falla. Desde la llegada de Xavi no sólo ha ganado en confianza, sino que ha redoblado en dinamismo e ímpetu. Rodrigo apenas apareció en el campo ante la efectividad del lateral.

Sergio Busquets: Es el mejor pivote defensivo del mundo. Casemiro haría bien en repasar este partido para comprobar el significado del juego total en todos los sentidos. Para ocupar esta posición se necesita el músculo más importante, el cerebro, y aquí el de Badia anda más que sobrado. Lección táctica del minuto 1 al 90.

Frenkie: Otro que ha dado un paso adelante. El holandés realizó un partido completísimo, aportando inteligencia e intensidad en el mediocampo, y apoyando al equipo en el juego ofensivo. De hecho, el tercer gol empezó tras una enorme jugada suya, con pase incluido a Aubameyang.

Pedri: Es el mayor talento del fútbol español y casi del mundo. Quien dude de esto es porque le ciegan los colores porque objetivamente no hay un jugador con más clase en el panorama mundial. No sólo por su consistencia en el juego sino por los apuntes de genialidad que exhibe en cada partido. Espectacular su medida vaselina a Ferran Torres, que estuvo cerca de aprovechar.

Dembélé: Fue de más a memos. Firmó dos asistencias, una tras una gran jugada personal con un centro medido a Aubameyang, y otro tras un saque de esquina que puso con precisión milimétrica a la cabeza de Araújo. Estuvo muy sacrificado en labores defensivas para evitar las incursiones de Vinicius. Tanto trabajo le acabó pesando, siendo sustituido por Adama.

Aubameyang: Mikel Arteta seguramente debe estar dándose golpes en la cabeza porque no es normal 'regalar' prácticamente a un jugador que va a gol por partido desde que está en el Barcelona. En el Bernabéu no sólo hizo un doblete, con un gol de cabeza extraordinario y un remate ajustado y medido para superar a Courtois, sino que además dio una enorme asistencia a Ferran Torres con taconazo incluido.

Ferran: Si hubiera salido con el balón en el Bernabéu tras hacer un 'hat trick' nadie se hubiera extrañado. Marcó un enorme tanto, pero tuvo dos ocasiones solo ante el portero, fallando por muy poco. Es un fichaje estratosférico, marque o no marque.

Cambios

Memphis: Salió por Aubameyang a falta de veinte minutos. Estuvo cerca de marcar, pero su remate lo repelió Courtois con dificultades.

Gavi: Salió con la misma intensidad que siempre y extrañamente no vio una amarilla en esta ocasión. Dibujó un slalom increíble, con dos regates supersónicos, que frenó Lucas Vázquez con falta.

Adama: Entró por un desgastado Dembélé. No tuvo mucho protagonismo en ataque, aunque en defensa colaboró con acierto.

Nico: Entró para dar aire y músculo al mediocampo.

Alves: El brasileño se ubicó en la banda izquierda. No tuvo apenas presencia al tener pocos minutos.