Sólo una huella de Dembélé en el Bernabéu
Aunque el francés no ha tenido un gran peso en los Clásicos, en el de Copa de la temporada 2018-19 hizo estragos. Su papel este domingo, en la que puede ser su última vez contra el Madrid, es una incógnita.
El de esta noche puede ser el último Clásico de Ousmane Dembélé. Con contrato hasta el 30 de junio, después de cinco años de tumbos y poco rendimiento en términos absolutos (cifras) y relativos (sólo considerando el tiempo que ha podido jugar, no el que ha estado parado), su continuidad es una quimera por más que el miércoles se abrazase con Joan Laporta en el Ali Sami Yen de Estambul. Sus últimos meses, sin embargo, le podrían permitir marcharse con un buen sabor de boca del Barça. Sano y sin lesiones, y bastante más maduro en la toma de decisiones en el campo, se ha empleado a un gran nivel el último mes, en el que ha repartido asistencias por doquier (a Frenkie de Jong en Valencia; Memphis y Luuk de Jong contra el Athletic; y Ferran y Aubameyang ante Osasuna), ha marcado un gol y ha cambiado los pitos del Camp Nou por aplausos.
El rol de Dembélé en el partido de esta noche es una incógnita. Xavi debe elegir para el francés un papel de agitador durante el mismo, para encenderlo en la segunda mitad, o como plan desde el inicio en el 4-3-3. En ese caso, resulta difícil verlo en la derecha porque se toma demasiadas licencias tácticas como para pensar que pueda ayudar a Alves con Vinicius. Si es titular junto a Ferran y Aubameyang, podría partir de las izquierda. Si juega Gavi, no obstante, se quedaría en el banquillo.
Dembélé sólo ha dejado una huella en el Bernabéu. Fue en el partido de Copa de la temporada 2018-19, donde fundió al Madrid con sus carreras por la banda. Desde la izquierda, asistió a Suárez en el gol del 0-1. Por la derecha, metió un balón con veneno dentro del área que Varane introdujo en su portería. Fue su gran noche en Madrid y pareció anunciar la confirmación de un jugador grande. Pero Dembélé jamás encontró continuidad en el Barça y, por supuesto, nunca más fue decisivo en los Clásicos. Quién sabe si será capaz de serlo en su último baile contra el Madrid.