La eterna duda de Ancelotti
El bajón de Asensio ante el PSG le ha hecho perder el puesto. Pero Rodrygo jugó ante el Mallorca y no dio un golpe sobre la mesa. Vuelve el debate.
El Madrid vuelve a las andadas: diez jugadores son indiscutibles, pero una vacante baila cada jornada, la banda derecha. El debate más latente en Chamartín. Un cañón a estribor con dueños alternantes. Asensio, tras su latigazo al Granada, detonó un boom que le hizo afianzarse el puesto a golpe de meritocracia. Pareció el fin del runrún, incluso la consagración de un once tipo sin eslabones débiles. Pero duró un mes. Asensio cuajó una eliminatoria insípida ante el PSG, tanto en París, donde más excusa tenía (pues el nivel general rozó lo paupérrimo), como en Madrid, donde se levantó de la silla. En Mallorca se fue al banquillo, salió Rodrygo y este... No dio ningún golpe sobre la mesa. Conclusión: ha vuelto el debate; la historia interminable.
Y en vistas de Clásico, lo hace más caliente que nunca. "Elegiré en función de las características de cada partido", señaló Ancelotti hace semanas al ser preguntado por sendos jugadores. Y con ese argumento sobre la mesa, lo lógico sería pensar que el domingo jugará Rodrygo -siempre y cuando se lo permitan las molestias con las que abandonó Mallorca-, pues fue el escogido para el partido de la primera vuelta, en el Camp Nou (1-2). Pero en esta baraja de póker aparece el último as de Ancelotti, el de 'si lo haces bien, sigues; si bajas tu rendimiento, sales'. Siguiendo esa tesis, el desabrido partido del brasileño este lunes le debería relegar al banquillo.
En lo que a números se refiere, Asensio gana. Ha jugado 1.606 minutos esta temporada entre todas las competiciones (1.247' en Liga; 159' en Champions; 132' en Copa; y 68' en Supercopa), repartidos en 31 partidos. En ellos ha firmado 10 goles, uno cada 160 minutos. Su actuación más sobresaliente fue ante su ex equipo, el Mallorca, pero en el cruce de la primera vuelta: marcó un hat-trick para ejecutar a los baleares con un apabullante 6-1. La clave de su explosión futbolística fue destapar la mirilla del francotirador que tiene en la pierna izquierda. Con él, por ejemplo, también rompió la Gloriosa muralla del Alavés. "Está siendo decisivo, bien abriendo partidos o sentenciándolos", apuntó Carletto.
Rodrygo, por su parte, anda a la retaguardia, pero muy cerca. Al menos en minutos, porque donde pierde de manera apabullante es en el pulso de la pólvora: sólo ha marcado dos goles en 34 partidos. Ha disputado 1.497 minutos entre todas las competiciones (775' en Liga; 340' en Champions; 266' en Copa; y 116' en Supercopa), cosechando un ratio de una diana cada 749 minutos. Donde gana por goleada es en asistencias: lleva siete, por sólo una de Asensio (en Champions, contra el Shakhtar). Contra el PSG salió e insufló revolución en la revolucionaria segunda parte. Pero ante el Mallorca volvió a la versión de su atolladero particular.
Un Plan C
Hay más cartas además de Asensio y Rodrygo, pero están infrautilizadas. La más viable, dados los datos, sería Lucas Vázquez, cada vez más asiduo al lateral. Tal es el caso, que este curso sólo ha jugado seis partidos como extremo, por 22 como lateral. Otras opciones serían Bale (con 270 minutos esta temporada, de los cuales 74' fueron en La Cerámica y 193', en las tres primeras jornadas), Hazard (877 minutos... Y un gol, al Elche en la épica remontada copera) o, incluso, Fede Valverde, que en su abanico de polivalencia también ha demostrado poder cumplir como extremo. Elecciones remotas para un puesto que, otra vez, vuelve a ser ojo de debate entre dos extremos que resucitan su pulso particular: Asensio y Rodrygo. La banda derecha, tras un mes de tiranía balear, ha vuelto a quedarse huérfana.