Ramírez: "Bordalás puede poner al Valencia a la altura de los grandes"
El empresario vasco rescató a José Bordalás y le volvió a dar un proyecto profesional. Fue en el Elche, en 2009.
Juan Carlos Ramírez fue el directivo que rescató a José Bordalás para dirigir a un equipo profesional. Han pasado 13 años, en 2009, y no fue un camino de rosas. Ambos lograron cambiar el chip del Elche para convertirlo en un equipo aspirante a todo en Segunda División, con mentalidad ganadora y con la mirada puesta en la Primera División. Durante tres campañas seguidas se quedaron a las puertas. Un año después, con Fran Escribá, se culminó con éxito el final de aquel camino. Ramírez, alejado de los focos, ve ahora los toros desde la barrera. Sigue con admiración a Bordalás, su gran apuesta, y elogia tanto su evolución como la del Elche, su exequipo, del que destaca la evolución a bien que ha tenido desde la llegada de Francisco y de su propietario, Christian Bragarnik.
Bordalás vuelve a Elche, buen momento para recordar donde impulsó su carrera. ¿Qué vio Juan Carlos Ramírez en aquel técnico que ahora por estar al frente de uno de los grandes del fútbol español?
Por aquel entonces, yo acababa de aterrizar en el Elche y estaba comenzando a coger fuerza con las decisiones del club en calidad de máximo accionista. Siempre consideré, desde un principio, que había que cambiar el modelo de juego del equipo. Por aquel entonces, el Elche tenía un fútbol de toquecito, de más estilo sudamericano, y creía que Pepe contaba con esa virtud de jugar bien, pero de hacer trabajar mucho a la plantilla. Ese fue el motivo principal. Fue un reto de riesgo, pero el tiempo me ha dado la razón.
Fueron tres temporadas de luchar por el ascenso, pero no pudieron celebrar el ascenso…
En el Elche, Bordalás lo hizo muy bien. Si no nos llegan a robar en el partido contra el Granada, hubiese subido al equipo a Primera. Y no hay que olvidar que cuando le destituyeron, en abril, en esa misma temporada llegó a ser líder en enero, por delante del Deportivo. Le achacaron problemas en el vestuario, pero en realidad fue por culpa de la falta de apoyo que tuvo. Bordalás es súper trabajador y confía en su equipo técnico y de jugadores, pero si no te dejan libertad y desde la sombra te apuñalan, entre todos te llevan al fracaso.
El fichaje de Bordalás fue impopular. Apostó a contracorriente para ocupar la plaza de un ídolo en Elche como era Claudio con un técnico con pasado reciente en el Hércules. ¿Cómo lo recuerda?
Aquella decisión fue muy, muy criticada. Yo estaba aterrizando y empezando a coger protagonismo y poder de decisión en el Elche. Era difícil que la gente se apartara y te dejara trabajar, incluso siendo el máximo accionista. Sabía en manos de quién me ponía y entre Bordalás, Paco Martínez y yo hicimos un equipo a su imagen y semejanza, con gente de su confianza. Fuimos a por todas. La mía era una lucha en los despachos y la de ellos, en el área deportiva con mi total apoyo. No se dejaba entrar a nadie en esa plaza, no había injerencias ni manipulaciones.
¿Ha cambiado mucho aquel entrenador del que ahora dirige al Valencia?
Pienso que ha cogido más experiencia, pero su modelo de trabajo de sacar el 120% a la plantilla es el mismo de siempre. Los años te dan esa pausa y conocimiento. Ese modelo que ha llevado por donde ha ido, con pocos mimbres y mucho rendimiento, le ha dado grandes resultados. Bordalás necesita una plantilla con gente que tenga ganas de trabajar, que sepa jugar al fútbol y que meta el pie. Es un entrenador excepcional y lo que está haciendo en el Valencia es de sobresaliente, con jugadores defenestrados a los que les ha dado confianza para volver a crecer. Pepe es amigo de sus futbolistas, pero también es el patrón que les dirige y les exige. Es muy minucioso y perfeccionista. Y exige trabajo porque él es el primero que se exige a sí mismo.
Otro de sus fichajes fue el preparador físico Javier Vidal, la mano derecha de Bordalás en todos sus equipos. ¿Qué valor le da a su trabajo?
A Javi le sacamos del Granada; aquello fue una película. Lo de aquel Elche da para escribir un libro, madre mía. Gracias a Dios ahí sigue. Y por merecimiento propio. Bordalás necesitaba gente de su confianza y que no le apuñalaran por la espalda. A un entrenador hay que darle paz. En un proyecto de este nivel, yo tenía claro por dónde había que cambiar la fisonomía del club. En el aspecto deportivo, quería a un equipo para meter el pie y luchar porque con la calidad sólo pueden jugar el Real Madrid y el Barça. Y, a veces, ni ellos a pesar de su presupuesto. Fíjese en Messi. En el Barça se salía porque todo giraba en torno a él y ahora, con dos o tres a su altura, no se le ve igual. En aquel Elche, no había fisuras entre la dirección deportiva, el entrenador y el que mandaba. Javier Vidal es, para mí, el ayudante más importante que tiene Pepe. Nos costó Dios y ayuda sacarlo del Granada. No fue fácil hacer el equipo en base a lo que el entrenador quería. Bordalás era el motor de ese equipo, pero la casa se empezó por Javier Vidal.
¿Por qué piensa que José Bordalás ha tardado tanto en dar el salto a la primera línea del fútbol español?
Para ganarse el cariño del entorno debes cuidar cada decisión y ser un poco político. Pepe es un currante nato y se dedica a trabajar, sin preocuparse por el qué dirán o si molesta a alguien. Si había una línea trazada, se recorría. Si de algo pecamos, fue de ser poco políticos.
¿Verá el derbi del sábado?
Sí, tranquilamente desde mi casa. Hace tiempo que no voy al estadio. Estoy alejado del foco. Fíjese que esta es la primera vez que hablo desde que me aparté del Hércules…
¿Y qué encuentro espera?
El Elche va a dar la cara, sin duda. Cuenta con una plantilla muy buena para asentarse en Primera. Le ha venido genial el cambio de entrenador. Francisco ha hecho una familia, algo que antes, desde fuera, se veía que no lo era. Un vestuario debe estar unido. Y si no lo está, a tomar por saco. Ahí están las declaraciones del anterior entrenador (Escribá, criticando el papel de Benedetto en el vestuario). Nunca hemos visto a Bordalás decir eso, pero Escribá cae de pie y Pepe tiene que ganarse lo que otros entrenadores llevan de serie porque caen mejor a la gente o se echa a los medios al bolsillo. Si Bordalás hubiese sido más político, sus resultados hubiesen llegado mejor a la opinión pública. A pesar de todo, la afición le quiere. Y eso que la gente no sabe todo lo que pasó dentro. Se le hizo la vida imposible.
Cuéntelo ahora que ha prescrito…
No es que haya prescrito. Lo que no puede ser es que metas o saques jugadores del vestuario sin contar con el entrenador y que manipules a los futbolistas para desestabilizar al equipo. A Bordalás había ganas de destituirle por una sencilla razón, porque le trajo Juan Carlos Ramírez.
¿Con quién irá en el derbi: Elche o Valencia?
En el Elche no tengo a nadie con quien me pueda identificar. Sé que se está haciendo una muy buena labor de la mano del propietario (Christian Bragarnik). No conozco ni a técnicos ni a jugadores. Ahora me gusta el Valencia porque me represento con Bordalás, con Javier Vidal y con Albacar, con quien también acertamos con su fichaje. No cabe duda de que quiero que gane el mejor. Y si un punto le vale a cada equipo, al Elche para salvarse y al Valencia para entrar en Europa, lo firmo ya. Prefiero dar el punto al que esté más necesitado y veo que el Elche lo tiene más fácil para salvarse que el Valencia para llegar a Europa.
Albacar, historia viva como futbolista en el Elche, otro fichaje que dio de qué hablar…
Fue una operación que pidió Bordalás. Era un jugador muy interesante e hicimos el trueque con el Rayo por Juli. Pepe confiaba en ciertos futbolistas que trajo y pronto se vio el resultado. Edu Albacar en Elche es una eminencia. En aquel Elche teníamos claro el perfil que queríamos.
¿Mantiene relación con Bordalás?
Sí, claro. Puede pasar un año sin que nos hablemos, pero sabemos que siempre estaremos ahí el uno para el otro. En Navidad nos mandamos mensajes para desearnos lo mejor. Aunque no hablemos con frecuencia, cuando pasa algo trascendente en nuestras vidas sabemos que estamos para lo que nos haga falta.
¿Le ve futuro en el Valencia?
Si le dejan trabajar, sí. El Valencia debe darle ese perfil de equipo que él necesita. Nunca ha entrenado a un club así, con ese presupuesto, aunque estoy seguro de que con menos dinero que Madrid, Barça, Atlético o Sevilla está capacitado para ponerse a su altura y dar mucha guerra en LaLiga. El éxito de Bordalás dependerá de a quién tenga por encima.
Da la sensación de que el Valencia es esa entidad que encaja con Bordalás como anillo al dedo. ¿Lo veo así?
El Valencia es un club señor que siempre ha estado ahí, aunque hace tiempo que no rompe por arriba. Sevilla o Villarreal, por ejemplo, llevan mejores años en la última década. Si le dejan trabajar y reconstruir esa plantilla, le puede sacar el plus que añora Mestalla.
Usted que conoce bien a Bordalás,¿dónde le gustaría estar en la final de la Copa del Rey: en la charla previa del partido o en la posible celebración del título, en caso de ganar el título?
Sus charlas ya las he vivido en primera persona, así que me gustaría disfrutar de su celebración. Si algo nos faltó a los dos en el Elche fue festejar un éxito juntos. Pese a que luchamos tres años seguidos por subir, no lo logramos. En nuestro caso, nos unieron los llantos en esos momentos clave.
Ramírez lloró por perder aquel ascenso ante el Granada. ¿Qué fue lo que más le dolió?
Todo el mundo vio lo que pasó. Granada fue una olla a presión, donde no nos lo pusieron nada fácil. El gol anulado a Pelegrín fue una cacicada. Los árbitros se equivocan como humanos, pero la predisposición también cuenta…
¿Y el caso de David Sánchez?
Es un hecho pasado, pero todos sabemos que tras su salida del Elche estuvo en la órbita de equipos que controlaba Quique Pina, como es el Cádiz. No puedo decir nada más. Se tomó aquella decisión de quitarle de la lista y punto. Si se hace eso es porque no se confía en el jugador.
Volviendo al presente. ¿Qué le parece Francisco como entrenador?
No le conozco. Ha caído con buen pie en el Elche y el equipo lo ha admitido perfectamente. Sólo me guío por los resultados y son buenos. La plantilla unida es lo más importante. La vida del entrenador son los resultados y con sus números, desde que ha llegado, estaría peleando por Europa.
Ahora que los clubes están cada vez más controlados por dueños y propietarios, usted fue el primero que vino de fuera a comprar acciones para gestionar el Elche. ¿Qué le motivó a dar ese paso?
Lo único que tengo claro es que los que estaban no tenían tanto dinero puesto en el club y el que arriesgó para sacar adelante el Elche fui yo. Por cada diez euros que aportaba yo, el resto ponía uno. Esa transición fue necesaria para que el Elche sea quien es en estos momentos. En cualquier caso, hay que estar agradecidos a todos porque los casi cien años de historia del Elche son gracias a las personas que han pasado por la entidad. Un club de fútbol cuesta dinero, trabajo y mucho desgaste. Mi apuesta clara fue por Bordalás y por un Elche que tenía un potencial mayor que para estar en mitad de tabla. Eso sí, era un club con muchos vicios ocultos…
¿Cómo ha evolucionado su relación con el entonces presidente José Sepulcre?
Tengo una buena relación con Pepe Sepulcre. Es buena gente, pero todo el mundo no gestiona igual. Él lo hacía de una forma y yo, de otra. Cada uno ve las cosas desde su punto de vista. Ha hecho mucho por el Elche. Yo no pude subirle a Primera y Pepe sí. También es una desgracia que estando en Primera, te bajen en los despachos.
¿Conoce a Christian Bragarnik?
No, sólo sé que ha hecho una buena operación. Cogió a Pepe agobiado por mil cosas y ha hecho el negocio de su vida.
¿Y su gestión?
Es un inversor que sabe lo que hace. Son dos cosas diferentes. Una es cómo lo adquiere, que fue por la ansiedad de Pepe. Eso le permitió hacer una muy buena operación, a costa de muchos que pusimos y perdimos dinero en el Elche; pero no cabe duda de que sabe lo que hace. Ahora se ve a un Elche fuerte y asentado en Primera División. Y creo que va a ser así por muchos años.
Por cierto, ¿qué es ahora de Juan Carlos Ramírez?
Sigo siendo accionista del Hércules y la verdad es que ahora estoy dedicado a mis negocios y a mi familia. La sangre del fútbol que corría antes por mis venas ya no me fluye tanto. Han sido años de mucho desgaste y llega un momento en el que tienes que decir que o lo cambias todo o debes marcharte. Yo no podía luchar contra todo y por eso me fui.
¿Tan diferentes son el Hércules y el Elche?
En el Elche, intenté cambiar las cosas. Tenía el control accionarial y podía decidirlo todo. En el Hércules debía haber consenso y aquello no salió bien. Es un club que no merece estar donde se encuentra ahora. Y si está ahí es porque hemos cometido muchos errores. Hay que recordar que yo estuve siete años allí sin lograr ascenderlo. Pero, eso sí, en el Elche decidía yo y en el Hércules era diferente. Son dos clubes que no tienen nada que ver.