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GIRONA

Un Ibiza de viejos conocidos

Germán Parreño, Cifuentes y Cristian Herrera, que jugaron en Montilivi, militan hoy en el conjunto balear.

Un Ibiza de viejos conocidos
Girona FC

En prácticamente todos los equipos de la categoría se puede encontrar a algún jugador que haya vestido la camiseta del Girona durante su carrera pero lo que no es tan habitual es que esto ocurra en tres ocasiones y con futbolistas que son habitualmente titulares en su equipo. Es el caso del Ibiza, próximo rival de los catalanes, que cuenta con Germán Parreño, Cifuentes y Cristian Herrera entre sus filas. Tres futbolistas que han jugado en el Girona, aunque con un peso y una importancia muy distintas.

El fin de semana será Germán Parreño quien ocupe la portería del Ibiza tal y como ha hecho en los últimos partidos. De hecho ha sido el portero titular en buena parte de la campaña, algo que no logró conseguir en Montilivi. Su paso por el Girona, fugaz, no fue el que hubiese querido: disputó un solo partido, de Copa, y fue suplente durante toda la temporada. Becerra era quien guardaba las porterías de Montilivi. Con Machín al frente del equipo, hablamos de la 2015-16, coincidió con el que hoy es su compañero, Crisitan Herrera.

El paso de Herrera por el Girona fue mucho más exitoso. Duró dos temporadas, en las que acumuló 54 partidos, nueve goles y tres asistencias. Además, formó parte del equipo que ascendió a Primera siendo una pieza clave del mismo: esa temporada jugó 31 partidos. Una situación muy parecida a la que se ha encontrado en Ibiza, donde lo ha jugado prácticamente todo. En los últimos diez partidos ha marcado cinco goles jugando en diferentes posiciones de la zona atacante.

Finalmente el otro jugador del Ibiza con pasado en Girona es Cifuentes que, de hecho, militó en el club catalán en dos etapas diferentes. La primera en la 2014-15 y tras una temporada entre Málaga y Elche regresó para vestir de rojiblanco en la 16-17. Cifu fue un fijo en el carril derecho (40 partidos la primera temporada) y contribuyó decididamente al ascenso en la segunda (24 partidos). Además, es un jugador muy querido por el público del Girona y que quedó completamente prendido de la ciudad y el club: lleva el ‘skyline’ de Girona tatuado en el brazo.