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Camavinga, sus ídolos y los saltos de alegría por el Real Madrid

El centrocampista francés ha concedido una entrevista a 'One Football' y ha confesado que se fijaba en Zidane, Ronaldinho y Pogba cuando era niño.

Camavinga, sus ídolos y los saltos de alegría por el Real Madrid
AFP7 vía Europa Press

Eduardo Camavinga ha contagiado su fútbol y su alegría al aficionado blanco desde su fichaje y ahora, en un momento clave para el devenir de la temporada del Madrid, también ha conquistado a Ancelotti. Las bajas de Kroos ante la Real Sociedad y de Casemiro ante el PSG le abrieron las puertas de los minutos en dos choques decisivos. Destacó. El técnico italiano, preguntado por la conclusión que sacaba tras sendos encuentros respecto al rendimiento del francés, no tuvo dudas: "Es presente, pero también futuro". Le colocó como parte del relevo generacional del centro del campo del equipo. El jugador, en una entrevista a One Football, demuestra tener los pies en el suelo, pero no oculta su entusiasmo por pertenecer al equipo blanco.

"Está Casemiro jugando ahí e intento aprender mucho de él tácticamente. Antes de los partidos, cuando soy titular, Casemiro me dije que juegue de manera simple y que sea eficiente. También están Luka (Modric) y Toni (Kroos). Aprendo mucho del trío, porque puedo jugar en cualquier parte del centro del campo y debo aprender de todos para el momento en el que el míster me coloque en el terreno de juego", razona, confiado, pero consciente de los tres futbolistas con los que comparte vestuario.

El día que explotó mediáticamente

El citado partido ante el PSG no fue su primera gran actuación ante los parisinos. Y es que, con 16 años, se dio a conocer internacionalmente con el Rennes con una verdadera lección de fútbol, que le valió ser el futbolista más joven en recibir el premio a mejor jugador de un encuentro. Fue en agosto de 2019 y lo recuerda de manera especial: "Fue uno de mis primeros partidos como profesional. Nos preparamos para hacerlo bien y, por supuesto, tras el partido recibí una locura de mensajes. Hasta mis padres me felicitaron. El día siguiente me decía: '¡Lo que hiciste fue una locura!'. En ese momento no me había dado cuenta lo que había hecho".

"Pero es verdad, en lo que al mundo respecta, ese partido cambió la forma en que todos me veían. Para mí fue un partido más. Hice un gran partido, sí, pero no puedes quedarte con eso porque luego vienen más encuentros y tienes que seguir rindiendo a buen nivel", continúa. Hacía poco que había debutado y reconoce que los comienzos como profesional no fueron sencillos: "En mi primer entrenamiento... lo pasé mal físicamente (...). Creo que casi vomité, hicimos muchísimas cosas, pero me adapté". Lo hizo, llegó ese enfrentamiento con el PSG y se colocó en el centro del escenario mediático. Fue la primera vez que el Real Madrid apareció en su horizonte. "La primera vez que escuché que el Madrid estaba detrás nuestras - o debería decir detrás de mí-, mi agente vino a mi casa, al final del mercado de fichajes. En primera instancia no saltamos de alegría, porque sabemos que en el fútbol nada es seguro", contextualiza.

Los goles de Bale

Sin embargo, vino el golpe de realidad y ahí saltaron. "Después, cuando vimos que el interés era real, saltamos de alegría. Es un club donde todo el mundo quiere jugar. Desde el momento en el que firmas el contrato entras en una nueva dimensión", asume, antes de continuar narrando sus primeros recuerdos del que ahora es su equipo: "Vi la final de la Champions contra el Atlético de Madrid. En mi cabeza, cuando digo esto, pienso en el gol de cabeza de Bale. También vi la final contra el Liverpool, con el tanto de Bale a pase de Marcelo. Muchos de esos momentos en la Champions se quedaron grabados en mi cabeza".

La Decimocuarta y sus ídolos

Todo ello trae la palabra presión a la charla. Sin embargo, Camavinga no lo ve así: "No diría presión, es algo que te impulsa. Sabes donde te metes, en un club que ha ganado 13 Champions Leagues. Sabes que es el objetivo del club. Sabes que cuando juegas en la Champions debes darlo todo para ganar la Decimocuarta". El centrocampista, a pesar de sus 19 años, tiene claro dónde está y qué hacer para dar los pasos adecuados.

Reconoce que sus ídolos cuando era niño eran Zidane, Ronaldinho y Zidane, a los que pone como ejemplo de "grandes jugadores" en los que fijarse. Si logra extraer un poco del jugo de cada uno de estos tres futbolistas, en el Real Madrid pueden sonreír del mismo modo que lo hace nuestro protagonista. Está en el camino. "Lo primero que aprendes como futbolista es que el fútbol es implacable. Puedes estar arriba y arriba rápidamente. Hay que ser consistente. Soy muy duro conmigo mismo", expone.

Métodos tradicionales por delante de aplicaciones

Puede parecer un verso libre en ocasiones, pero dice que nadie le exige más de lo que se exige él mismo: "Si hago un buen partido, pero cometo algún error, me los quedo en la cabeza. Hablo de ellos o me veo de nuevo en el partido. Tengo una aplicación que te permite ver todo eso. Pero yo prefiero ver el partido y luego discutirlo con mi agente". Camavinga tiene más que clara la hora de ruta que marca el éxito y da un paso al frente en el mejor momento de la temporada.