El VAR indulta a Mamardashvili

El partido estaba teniendo un efecto dormidera hasta que Mamardashvili, portero georgiano del Valencia, cometió una pifia de las que llenan telediarios al intentar despejar. El balón salió de frente, sí, pero hacia Borja Mayoral. La primera impresión es que la pelota golpeó al futbolista del Getafe, quien recogió el rechace de inmediato y marcó gol a puerta vacía. Así lo entendió también el árbitro, que concedió el gol. Sin embargo, las imágenes de televisión aclaraban que el balón había dado en las manos de Borja Mayoral al evitar recibir un balonazo en la cara. VAR mediante, el árbitro rectificó y acertó al anular el gol.

Era una noche de reencuentros. Bordalás regresando al Coliseum, Quique Flores enfrentándose al Valencia…. el sentimentalismo duró lo que tardó en rodar e balón, pues un remate de cabeza de Cuenca en el minuto 1 recordó que allí se estaba para jugar desde el principio. La cosa iba en serio. A los cinco minutos ya se habían realizado seis faltas. El balón estaba más tiempo parado que en juego.

El Valencia estaba menguado por las bajas, seis. Lesionados Gayá y Lato tuvo que ser Jesús Vázquez, el lateral izquierdo del filial, quien jugase de titular. Como tiburón que huele la sangre, el Getafe quiso buscar las cosquillas al canterano atacando por su costado, pero cuál fue su sorpresa al comprobar que el chaval resultó ser más sólido que el cemento.

El dominio era azulón y también lo fueron las aproximaciones a portería. Sandro lo intentó (8’) desde fuera del área, Maksimovic (14’) desde la frontal y Únal a punto estuvo de conseguir su objetivo (43’) al rematar de tacón un centro de Sandro que Mamardashvili sacó sobre la raya.

Lo más vistoso del Valencia eran los caracoleos de Bryan Gil, y la mejor ocasión del equipo de Bordalás fue un remate en propia puerta de Cuenca al intentar despejar un centro de Bryan Gil. Fue lo único que inquietó a Soria en la primera parte.

Una internada en solitario de Foulquier hasta la línea de fondo anunciaba que el Valencia traía nuevas intenciones en la segunda parte. Sin embargo, la emoción nunca llegó. Arreones pero nada de ocasiones. Hasta que sucedió esa acción del minuto. Ese gol anulado por el VAR. El Getafe tendría ocasión de resarcirse en una clara ocasión de Óscar Rodríguez (83’), pero su remate salió alto.